Mientras tanto, en Paris, Francia. Una chica rubia acompañada de sus mejores amigas Támara Newton y Dominique Weasley intentaba seguir la conversación que llevaban el par, estaba concentrada en sus pensamientos, después de todo en dos días se iría a Londres a conocer a la familia de su novio. Si, estaba nerviosa por qué quería caerles bien, pero también estaba emocionada, después de todo vería a su preciado pelirrojo.
—¡Mare!—La llamó Támara moviendo la mano repetidamente frente a su rostro.
—¿Si?—preguntó la rubia algo desconcertada.
—¡Llevo hablándote desde hace minutos!—le reclamo empujándola de la cama.
—Déjala—advirtió Dominique entre risas—Estaba en FreddieLandia—bromeócausando un exagerado color carmesí en las mejillas de su amiga y unas carcajadas de parte de Tammy.
—Lo siento, intentaré no distraerme ¿Que sucede Tam?— Preguntó clavando sus ojos océanicos en la figura de su amiga
—¿Ya sabes que te pondrás?
—-En realidad no.—comentó la rubia mordiendo su labio, como generalmente lo hacía cuando estaba nerviosa.—Esperaba que ustedes me ayu...—ni siquiera había terminado la oración cuando su morena amiga ya se encontraba en su armario escogiéndole ropa que se le vería "divina", incluso forzaron a America a modelar los cambios mientras ponían música de Shawn Mendes, un álbum entero después la maleta estaba lista.
Se encontraban pintando sus uñas cuando Dominiquee pregunto algo a America.
—¿Que te gusta de Fred?— America sabía que si amiga se moría por hacer esa pregunta desde hace mucho, Dominique era muy curiosa. Por no decirle "chismosa"
—Querida Dom, sería mejor que preguntaras que no me gusta de el—Dijo soltando un suspiro.
—Yo aún no lo conozco—Dijo Támara haciendo un puchero.
—Espera que te enseñó una foto—le dijo America revisando en su celular muggle, para después pasárselo a su amiga.—Solo recuerda que es "mío" y no puedes enamorarte de él.
—¿Tan irresistible es?—bromeó Támara para fijar la vista en el teléfono, donde un pelirrojo le sonreía.
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—Es bastante guapo—le dijo sinceramente a la rubia que veía su movil embobada.
—Y también es divertido, y muy cariñoso conmigo—le sonrío- ademas...
—¿Además?- le inquirieron sus amigas interesadas en saber qué diría la rubia enamorada.
—El me mira como si yo fuera lo más hermoso del mundo, y me hace sentir única y especial...nunca nadie me había echo sentir así—Dijo la rubia con un brillo especial en los ojos y sus mejillas ligeramente teñidas de rojo.— Ya saben que he salido con varios chicos del instituto pero hay algo en Fred que me hace muy muy feliz.
—Tu amiga mía, estás completamente enamorada del primo de Dom—le dijo Támara enternecida por la descripción del chico.
—¡Y eso es serio!—comentó Dominique pensativa.
—¿Serio?—preguntó America a la pelirroja.
—Malditas arpias se aliaron para ser primas postizas y dejarme de lado.— les reclamo Tamara golpeándolas con la almohada.
—¿Por que es serio Dom?
—Porque tu eres 1/4 parte vela, y te enamoraste de Fred, nunca vas a poder amar a nadie mas.
—¿Por que?—Dijo interesada Támara.
—Por que las velas sólo se enamoran una vez en la vida—comentó America comprendiendo lo que su abuela le había dicho de pequeña.
—Así que mi primo no tiene que cagarla—aseguró Dominique.—Por que si tú le amas eso significa que seremos primas, y seré tía de tus pequeños—Chillo con repentina emoción a medida que hablaba.
—Fred no lo hará, no la cagara.—Dijo confiada la rubia riéndose de lo fantasiosa que era su amiga.
—¿Como lo conociste?—preguntó atenta Támara, haciendo que la pelirroja Weasley pusiera los ojos en su amiga la rubia, puesto que ella tampoco conocía esa historia.
—Pues como saben mi casa queda justo enfrente del Hotel Castle, y pues Fred se estaba hospedando ahí, había venido a Francia acompañando a su padre por unos negocios de "Sortilegios Weasley" y cómo todas las mañanas yo fui al café de a un lado de mi casa, la fila no avanzaba y yo no entendía por qué tardaban tanto, resulta que Fred no podía hacer su pedido por qué no sabía una pizca de francés.— se burló recordando la anécdota.
—Adivinó, tu lo ayudaste a ordenar—inquirió Dominique burlona.
—Lo ayude—aseguró la rubia.—El estaba embobado mirándome mientras pedía lo que él quería, y después me invitó a sentarme con él, decía que era lo menos que podía hacer por una chica tan guapa y amable como yo y pues es bastante guapo, así que no opuse resistencia—rio un poco— Recuerdo que leí su nombre en el envase de la bebida que había ordenado y me llamó la atención por qué no habían escrito Fred, si no "Gred". Me la pase fabuloso con el, y resultaba que se quedaría por todo un mes en Paris, al final del desayuno, el me pidió una cita al día siguiente, excusándose de que no conocía el lugar y que yo era una traductora estupenda, nos vimos todos los días, visitamos lugares y nos besábamos cada que podíamos, tanto él como yo sabíamos que teníamos una especie de amor de verano, y nos tendríamos que despedir cuando partiera pero simplemente no fuimos capaces de dejarlo.
—Y me pidió que fuera su novia, y yo realmente lo necesitaba, le quería y no perdía nada en intentarlo, y pues aquí estamos. Un año después y aún hacemos que esto funcione,nos vemos todos los meses y nos llamamos y escribimos a diario.—les contó complacida a sus amigas quienes sonreían al ver a su amiga tan contenta.
—¿Ya subieron al otro nivel?—Preguntó Dominique curiosa.
—¿Siguiente nivel?—Dijo confundida America.
—Dominique se refiere amiga mía, a si ustedes ...¿Ya tuvieron relaciones?—le soltó claramente la morena.
—Un par de veces--Dijo muy tímida y colorada, haciendo a las chicas chillar de emoción.
-¡Cuenta los detalles!-exclamo la pelirroja-Espera rubia...mejor no, que es mi primo y se me hace bastante raro-Hizo una mueca de asco generando carcajadas de parte de las otras dos.
—¿Por que te interesa tanto su vida sexual eh Dom?— bromeó Tamara golpeándola con el codo.
—Es que...¡Me preocupo por mis futuros sobrinos!— grito la pelirroja tan dramática co le era habitual. Haciendo a todas soltar la risa.
Y así paso la noche, con un trío bastante peculiar hablando hasta que el sueño les ganaba y los párpados les pesaban.
—¿Dom?—preguntó la rubia en la oscuridad.
—¿Si Mera?—contestó la otra a punto de dormirse.
—Estoy nerviosa. Ya sabes, por conocer a tu familia—le declaró la chica Rossier.
—No tienes por qué sunshine, estoy segura de que te adorarán—le respondío la pelirroja. Haciendo que su amiga durmiera más tranquila.
