I need you...

Odio... ¿Amor?

A la mañana siguiente, un Jeno animado estaba preparándose para el colegio, tan temprano cómo de costumbre. Su atención fue llamada por una pequeña luz de fuera a pesar de que aún estaba saliendo el sol, fue entonces que se asomó y se encontró con la figura de JaeMin al otro lado.

Por lo poco que podía ver, eso no impidió que notara la parte superior de JaeMin desnudo. Jeno se convirtió en un tomate.

La distancia entre las casas no era tanta, así que las ventanas de las habitación daban con la de junto y fue por ello, que Jeno pudo observar a Nana embelesado, cómo si fuera todo un Dios.

—Vaya, de verdad es tan lindo... Y apuesto...— Pensó Jeno, quién tuvo que ocultarse cuándo JaeMin se detuvo y volteó en dirección a la ventana de Jeno.

Lee Jeno, ahora tenía una sonrisa en los labios, ¿Quién se lo quitaría? Nadie. Ese chico era tan guapo, ahora lo admitía.

Una vez en el colegio, se encontró con sus amigos, RenJun y ChenLe, adentrándose al aula para tomar sus respectivos lugares. Tras ellos, Mark y JaeMin ingresaron. El primero se acercó a Jeno y lo miró con cierta agresividad.

—A ver, cerebrito, necesito que hagas mi tarea y no te estoy preguntando.—

—Déjame en paz...— Jeno lo miró casi temeroso pero, encontrándose frente a Nana, intentó parecer seguro de sí mismo y tan fuerte.

—¿¡No entendiste!? Haz mi tarea ahora mismo.— Mark le quitó la mochila al pelinegro y la puso de cabeza, logrando que los libros, cuadernos y algunos útiles cayeran al piso. Seguidamente, lanzó la mochila y dejó su cuaderno en la mesa de Jeno.

JaeMin lo miró y no dijo nada.

—Imbéciles...— Dijo RenJun cuándo ese par se alejó para ir a sus asientos.

Un Jeno enojado se encontraba abriendo la libreta de Mark, encontrando las actividades que debía hacer.

Las horas pasaron, Jeno cumplió lo que debía hacer para Mark y ahora, se encontraban todos en el descanso escolar.

ChenLe, RenJun y Jeno estaban hablando bajo el árbol, mientras comían tranquilos y a gusto su sándwiches. Hablaban sobre qué habían hecho por el resto del día, los videojuegos, incluso Jeno llegó a comentar el tema sobre que su madre era amiga del padre de JaeMin.

—Extraño ¿No?— Comentó Renjun con una gran sonrisa.

—Jeno, ¿Te imaginas? Que tu madre y el padre de JaeMin...—

—¡Chenle, cállate!— Jeno se quejó mientras, arrugó la servilleta con la que recién se había limpiado las migajas del sándwich para tirárselo al mencionado.

—¿Qué? Yo sólo digo... ¿No es extraño que se reúnan cada tarde a platicar?— Dijo el chino entre unas carcajadas, esquivando la bola de papel suave.

—Zhong... Sólo son amigos. Quizás se cayeron bien, además, la madre de Jeno siempre ha sido amable, ¿Qué tiene de malo hacer amistad con el vecino?— Jeno miró a Renjun e internamente, le agradeció.

—Sí, pero...—

—¡Pero nada, Lele! Ya, se acabó, el tema ya me incomodó, ¿Podemos cambiar?— Jeno se irritó, ¡Y oh! El timbre lo ayudó, fue su única salvación.

Los tres se levantaron de sus lugares y comenzaron a caminar hacia el edificio de su aula. Para mala suerte de Jeno...

Mark, Lucas, JaeHyun y JaeMin, se encontraban saltando la barda del colegio. Jeno los había visto y aquéllo, llamó su atención hasta hacerlo detener. Fue entonces que Lucas se dio cuenta y en una señal, le hizo entender al pelinegro que se callara. Una amenaza.