Ilusiones rotas

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Los días transcurrieron perfectamente para ambos chicos, Jaemin continuaba con su grupo de amigos, aguantando los malos comentarios de ellos y los tratos que le daban al resto de los chicos. A Jeno.

Jeno seguía con sus dos fieles amigos, soportando las burlas de ese grupo pero todo estaba bien si Jaemin lo protegía. Sabía que él no dejaría que algo malo le sucediera.

*flashback*

Así que Jeno, ¿Hiciste mi tarea?— Las manos de Mark se apoyaron con fuerza contra el escritorio de Jeno en un golpe.

No, hazla tú. Estoy harto.— Jeno parecía más fuerte y eso sólo encendió la furia de Mark.

¿Disculpa? ¿Crees que un mariquita cómo se puede venir a hacer el fuerte? No eres más que una simple niña.— El rubio escupió con tanto coraje, sosteniendo a Jeno del cuello de la camisa.

—No eres más que un marica de closet, admítelo.— Renjun y Chenle miraron a su amigo atónitos a lo que habían escuchado, ¿Desde cuándo Jeno podía enfrentar al chico más cruel y despiadado de todos?

¡Maldito maricón!— El puño de Mark se aproximó al rostro de Jeno pero algo lo detuvo.

Jaemin había llegado justo a tiempo y corrió a tomar la mano de Mark antes que esta impactara en seco contra el rostro de Jeno.

¡Déjalo en paz!— Exigió un Nana molesto.

¿Ahora lo vas a defender? ¿Qué te sucede?— Mark se incorporó y miró al recién llegado.

Mark, por favor, yo te ayudo con la tarea pero déjalo en paz.— Casi a rastras, Jaemin jaló a Mark a su asiento.

Jeno tenía una gran sonrisa en los labios, por fin sentía la satisfacción de enfrentar a Mark Lee, el gran matón de su escuela. No corría peligro si Jaemin estaba cerca.

*fin del flashback*

Los encuentros de Jaemin y Jeno eran más constantes. En la escuela no se juntaban pero se dedicaban miradas, sonrisas. Fuera de ella, Jaemin pasaba tiempo en casa de Jeno cuándo su madre no estaba o de lo contrario, en la casa de Jaemin.

Los besos eran más, los abrazos, los mimos. Estaban enamorados y con las semanas, los sentimientos e ilusiones crecían. El problema estaba en el cómo le dirían a sus padres que estaban enamorados, al menos la madre de Jeno sabía que su hijo era homosexual pero, el padre de JaeMin no.

¿Crees que sea una buena idea comentarles esta noche?— Un Jeno desconcertado miró a su acompañante. Jaemin lo miró de vuelta.

Tengo nervios, Jeno, mi padre no sabe que soy gay...— El castaño suspiró.

No tiene que ser esta noche, Jaemin...— El pelinegro acarició con sus dedos una de las mejillas del chico alto, dedicándole una sonrisa para reconfortarlo.

Gracias, Jeno pero, no, lo haremos esta noche. Estamos juntos en esto, ¿No es así? Si estás conmigo, no hay temor alguno.—  Esas palabras lograron martillar el pecho de Jeno, su corazón golpeó con fuerza.

Sus labios se unieron en un corto beso mientras, el cuerpo de Jaemin se apretó contra Jeno al abrazarlo fuertemente por la cintura. Ambos estaban tirados sobre la cama del más bajo, puesto que habían realizado unas tareas pendientes para las siguientes clases y quedaban juntos en hacerlo, al final, quedaban hablando y dándose besos entre tantos libros abiertos.

I need you...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora