¿Amor o decepción?

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Lele, Renjun... ¡Les estoy hablando, háganme caso!— Jeno intentó llamar a toda costa la atención de sus amigos que se encontraban hablando acerca de un chico nuevo.

Era claro que hablaban de Jaemin, el chico que lo ponía tan nervioso. Toda la escuela se había dado cuenta de su presencia entre los pasillos, todo mundo hablaba del chico nuevo y guapo. Jeno sólo podía rodar los ojos y acomodarse en su asiento cuándo o profesora entró al salón. Sólo así sus amigos pudieron callarse, cómo el resto de la clase.

—Buenos días, jóvenes. Por favor, con el debido respeto, reciban a su nuevo compañero. Por favor, preséntate.— La maestra, incluidos todos los ojos de la sala fueron hasta el chico castaño que se aproximó al frente. Todas las atenciones estaban en él, incluyendo la de Jeno.

Hola, mi nombre es Na Jaemin. Tengo diecisiete años.—

Hubo un silencio por parte del nuevo, podían ser nervios o simplemente no se encontraba tan a gusto. Nadie lo sabía pero, en unísono, se escuchó un "Bienvenido, Jaemin".

—Puedes pasar a sentarte y si no entiendes algo, puedes preguntar a alguno de tus compañeros o a mí.— La maestra sonrió, dejando que el menor caminara entre los asientos.

Con la mirada estuvo buscando un lugar, quedándose quieto al ver a Jeno. Sus ojos se pusieron en blanco, ese chico también tenía que estar en la misma clase.

Un Jeno incómodo se hizo pequeño en su asiento, cómo si tratara de ocultarse. Las miradas que le había dado a Jaemin eran tontas y suponía que el castaño pensaba eso.

El resto de la clase transcurrió normal, Jeno y los demás creando apuntes y sacando de dudas a otros. Jaemin estaba haciendo garabatos en su cuaderno, su estómago hacía ruidos extraños avisando su hambre. Las horas se hacían eternas, el reloj del salón avanzaba despacio y la tortura de su hambre era cada vez más fuerte.

Tranquilo, falta poco.— Un rubio habló, parecía amable pero, a la vez tenía un aire de grandeza. Presumido. Rebelde.

¿Disculpa?— Jaemin preguntó extrañado. Era el primer chico que le hablaba, no estaba mal para su primer día.

Llevas mucho rato mirando el reloj y acariciándote el estómago. Falta poco. Soy Mark, ¿Y tú?— Éste, fingió crear apuntes ya que la mirada de la maestra fue a su lugar, tratando de pasar desapercibido y así no le llamaran la atención cómo otras veces.

Ah... Mucho gusto, Mark. Soy Jaemin. ¿Siempre son así de aburridas las clases?— El castaño pareció entretenido con la conversación, así que no dudó en mantenerla, imitando a Mark ante la profesora.

A veces... Cuándo es así, mis amigos y yo nos escapamos. Tengo que presentártelos.— Un Mark sonriente se hizo ver, nadie podía descifrar esa sonrisa con facilidad.

Jaemin asintió.

Las horas pasaron y un timbre se hizo escuchar. El ruido de los libros cerrándose, pisadas en los pasillos y las voces altas de los alumnos. Jaemin ignoró la mirada de ese trío que estaban hasta adelante, sobre todo la de Jeno. Junto a Mark, caminó entre ellos y salió del aula.


Durante la hora del almuerzo, Jaemin pudo conocer a los amigos de Mark, quiénes se llamaban Lucas, Yuta, Jaehyun y Johnny.

Todos eran tan apuestos pero, el carácter de cada uno era tan fuerte. A Jaemin no le molestaba en lo absoluto, quería encajar en ese grupo sin habérselo propuesto. Tener amigos así, resultaría bien. Eso pensó.

I need you...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora