El recolector de espiritus

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Mire como esa especie de bruma, humo o vapor se volvía oscuro, igual que el humo que se produce al quemar neumáticos viejos, entonces el pequeño frasco se oscureció, mi guía me explico que aprenderé a reconocer que tipos de espíritus deberán ser trasladados a la fuente; hice un gesto de duda, se lo notó en mi rostro desfigurado, entonces en ese momento viajamos muy lejos, a pesar de no dar un paso o volar, en unos segundos estábamos en un lugar desconocido, demasiado distinto a este sitio, ahí se veía como una fuente cristalina de agua fluía del suelo, alrededor de la fuente crecía una alfombra de césped verde, era un sitio pequeño, como el jardín delantero de una casa, sobre esta fuente las nubes, no si eran nubes u otra sustancia, se elevaba como una chimenea, no sé hasta donde llegaba pero muy arriba una luz muy brillante alumbraba aquel maravilloso lugar, alrededor de este había lo de siempre, desolación, muerte, agonía; mi guía me indico aquel lugar, también la orilla de aquella fuente, me acerque junto a él, entonces tomo el frasco que contenía el espíritu del ser que sin querer había atrapado en la isla, lo abrió y vertió el contenido del frasco en el agua; esta empezó a hervir y en el agua se reflejó como una pantalla de televisor, el ser que atrape, pero en su forma humana, mire sus ojos cafés, su rostro blanco, cabello negro, de baja estatura, algo obeso para su edad, entonces esta figura nos miró con terror, como si estuviese encerrado en una jaula de cristal, sacudió sus brazos tratando de salir de aquella fuente, pero en lugar de eso cuando el agua hervía , lentamente desapareció su silueta, habiendo sucedido esto mi guía explico que aquel espíritu desapareció de todo lugar, de todo momento de toda estructura, de todo pensamiento, de todo verbo, porque aquel ser paso mucho tiempo tratando de redimir sus culpas, pero estas eran demasiado pesadas como para purgarlo, porque la fuente solo acabo con su esencia para que jamás renazca en cualquier forma.

Entonces con mucha curiosidad pregunte: ¿que tiene el agua de esta fuente?, - no lo sé, durante todo el tiempo que he vagado en este lugar, solo una vez trate de averiguarlo, pero lo que conseguí al hacerlo, lo aborrezco con todas mis fuerzas, no lo intentes, te aseguro que no descansara tu ser si lo haces.

Un impulso nos regresó al lugar en el que estábamos, mi guía había retirado sus manos de mi cabeza, se apartó unos pasos, igual lo hicieron los ángeles; con una voz ronca dijo: intenta controlar tus alas, te ayudaran cuando tengas que recolectar espíritus que moran en este lugar, inclino su cabeza y con sus temblorosas manos se quitó las cadenas que de su cuello colgaban, los pequeños frascos chocaron unos con otros, provocaron un sonido como de pequeñas campanas; y las coloco sobre mi cuello; sentí como un peso halaba mi cuerpo hacia el suelo, las cadenas eran demasiado pesadas, y lentamente sentí como estas me quemaban, mire a mi guía, y por primera vez pude sentir compasión en su ser, al mirar como me dolían las cadenas; no será fácil, dijo, pero deberás acostumbrarte a ellas, debes saber que los frascos están vacíos, y cuando estos se llenen deberás cargar con el peso de los espíritus que recolectes -¿ como sabré que espíritus debo atrapar? pregunte

- Ellos te llamaran, escucharas sus voces en tu cabeza, cuando pase esto deberás buscarlos pronto, porque si no haces caso las voces ellas se transformarán en gritos que te harán sentir como si tu cabeza estuviese a punto de explotar.

No será fácil hallarlos , por eso tienes que volar, además deberás recibir a los seres que lleguen y como a ti, también deberás guiarlos por el sendero que recorriste, debes recordar que aquellos arboles ahora son tus aliados, pero jamás los toques con tus garras; si esto sucede ellos morirán, y ya no habrá salida o esperanza alguna de escapar; después de decirme esto, los pequeños ángeles se acercaron a mi guía lo sujetaron de los brazos y volaron mas allá de aquel mar de fuego, mas allá de la isla oscura.

Lentamente su silueta se desvanecía entre los gases que emanaban de ese mar, hasta que desapareció; me quede por un largo momento contemplando las cadenas que colgaban de mi cuello, mire todo lo que había alrededor, un paisaje conocido se extendía infinitamente, la bruma, es decir los espíritus, algunos se amontonaban o se separaban, como si el viento los llevara sobre sí mismo, sin un rumbo establecido, a lo lejos , lentamente caminaban seres, algunos sin forma, otros con llagas horrendas, algunos trataban de levantar su mirada , pero al instante retornaban a su trágico viaje...

Aquel camino sin finDonde viven las historias. Descúbrelo ahora