Dylan.
Maldita sea. Maldita sea. ¡Maldita sea!
Tenía que arruinar todo.
Si, Dylan. Tú arruinas todo. Ya habías conseguido a Thomas, ¿y ahora? Lo perdiste. ¡Bien echo, Dylan! ¡Muy bien!
¿Ahora que sigue? ¿Te tirarás a chicas mucho menores que tú? ¿Te harás tatuajes por todo el cuerpo y te volverás cholo? ¿Te volverás un hombre lobo y matarás a todos?Tan hundido estaba en mis pensamientos que no me di cuenta de que ya estaba en el salón de clases.
-¿Profesor O'Brien?- Escuché.
Sacudí mi cabeza: vi a media docena de chicos confusos y algunos platicando,-Perdónenme. Estaba pensando en muchas cosas- Dije.
Un muy graciosito hizo "wuuu".
-Una de esas cosas era que lo voy a reprobar, señor Sprayberry- Dije.
Todos los alumnos hicieron el típico sonido: "uuu".Amo ser maestro.
Di el ejercicio, blah blah blah, califiqué las tareas, blah blah blah, Thomas entró a mi clase, blah blah bla...espera, ¿qué?
-Señor Sangster- Empecé a hablar- ¿Qué hace en mi clase?- Pregunté.
Él solo se encogió de hombros.
-Le pregunté qué hace en mi clase- Repetí, esta vez, más serio.
-¿Y usted? ¿Qué hace?- Dijo con un tono celoso.
-Acompáñeme a dirección, Sangster- Dije.Lo tomé del brazo y lo saqué de mi salón.
-¿Qué demonios haces?- Pregunté.
Él solo se volvió a encoger de hombros.
-¿Estas borracho?- Dije.
Volteó a verme. Arrugó la nariz y sonrió, bobamente.
Tenía que aclararlo: Jamás me podría enojar con él.
-Bien, acompáñame a mi auto- Dije.
Antes de irnos, entré a mi salón.
-Necesito que me resuelvan los ejercicios de la pagina 80 a la 100, y quien no las tenga, lo repruebo- Repito: Amo ser maestro.
Antes de cerrar la puerta, escuché la voz de unas chicas.-Guapo y bueno, pero mamón y mandón-
-Y de mi propiedad-
-Nel, wey-
-¡Ese papasito es mío!-
-¡Mío!-
-¡Que me ponga en cuatro el profesor!-
-¡No esta tan bueno!-
-¡Callate, Spray De fresas!-Solo me dediqué a reír.
-¿De qué tanto ríes?- Preguntó, mientras arrastraba palabras, Thomas.
-Mis alumnos- Rodé los ojos.
-Ah...- Y calló.
Lo guié hacia la salida. Mi auto estaba cerca de la entrada de la escuela.
Llegué y abrí la puerta de esta; adentré a Thomas en los asientos de atrás.-¿Por...qué me engañaste a-así?- Preguntó como pudo Thomas.
Me sentía horrible. Él no se merecía lo que le hice.
Escuché como sollozaba.
-¿Por qué?- Volvió a preguntar.
Voltee a verlo.
-Lo lamento, Thomas...de verdad, lo siento mucho- Dije, apenado.
-Ven aquí- Dijo él. Me acerqué y me abrazó. Me susurró al oído.
-Cógeme- Dijo. Se empezó a reclinar.
-Thomas...tengo que ir a mis clases...
-Shh...cógeme, Dyl- Dijo.
Empezó a jadearme al oído.
-Dyl- Gimió mi nombre.¿Por qué Justo ahora? ¿Por qué, Dios, por qué? ¿No pudo emborracharse cuando terminaran las clases?
-¡Oh si, Dyl!- Gimió fuerte en mi oído.
-Thomas, por favor- Dije.
-Por favor, Dyl- Dijo.
Como pude, lo alejé de mi.-Descansa. No salgas del auto...
-Me masturbaré pensando en ti mientras llegas.QUE NO SE TE HAGA UNA ERECCIÓN. QUE NO SE TE HAGA UNA ERECCIÓN.
-Solo...no manches el auto. Es nuevo- Dije.
-Bien...pero quiero que manches mi cara de tu semen. En mi cuerpo. Dentro de mí.
DIOS MÍO.
Puse sus pies dentro del auto. Cerré la puerta de este con seguro. Y regresé hacia la escuela.
Entre a mi salón y vi a mis alumnos hablando.
-¡Cállense!-
-No, Samantha. Dime, Eva: ¿Por qué dices que esta tan bueno el profe?-
-¡No mames, Dylan! ¿No le has visto el trasero?-Yo solo me recargué en el marco de la puerta. Esto estará bueno.
Están muy ciegos para no verme.-¡Obviamente no! No soy gay-
-Mira, Dylan: Dejaría que ese wey me la metiera por donde quisiera-Saqué mi teléfono. Voy a grabar esto.
-¡Por dos!-
-No, o sea, no está guapo. Punto final-
-Ese wey esta más bueno que cualquiera-
-¡Quiero cogérmelo!-
-Eva, ¿tienes fantasías con él?-
-¡Por supuesto que si!-
-Cuéntanoslas-
-Me lo imagino cogiéndome en su carro súper caro...Tengo que tomar notas mentales. Le haré todo eso a Thomas.
-Me lo imagino cogiéndome súper fuerte en el escritorio-
-Ya no quiero escuchar-
-¿Quién no se moja con el profesor?--Si se mojan, vayan por toallas. No quiero regaderos aquí- Interrumpí.
Todos me vieron como si hubieran visto a la mismísima Tigresa del Oriente en persona.
-Profesor...- Empezó Eva.
-¡Eva y las chicas se mojan y se masturban pensando en usted!- Dijo Dylan.
Todas le empezaron a aventar papeles a Dylan.
-¡Cállate!- Dijeron todas.
-¿Eso es cierto?- Pregunté.
Todos se callaron.
-Tomaré su silencio como un sí- Respondí -¿Hicieron sus ejercicios?- Pregunté.
Todos se empezaron a voltear a ver.
-Verga, los ejercicios- Escuché a una chica decir.
-¡La que te comes!- Gritó Dylan.No pude evitarlo, empecé a reír.
Me acerqué a Dylan y choqué los cinco.-¿Va a permitir que le hable así, profesor?- Dijo Eva.
-Si se masturban pensando en mí, ¿cómo les puedo decir lo que no deberían decir?- Dije.
Dylan rió y chocó de nuevo los cinco conmigo.
Como dije: AMO ser maestro.
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Lurk » Dylmas. [AU]
Fiksi Penggemar"Quiero tenerte de todas las maneras posibles. No me importa si rompo las reglas. Te deseo, Sangster." Confesó el castaño, acortando la distancia de ellos. "¿Perderías tu trabajo por mí?" Inquirió el delgado rubio, admirando los labios de su profeso...