NO QUIERO MORIR

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Le costaba abrir sus ojos, sus labios estaban cada vez más pegados entre sí, las ojeras que rodeaban sus ojos dejaban un gran surco negro debajo, las pocas fuerzas que quedaban las había utilizado para no dejarse vencer por el sueño. No había dormido en días, ni comido, y bebía solo los pocos tragos que le daban en un trasto.

Ya no le afectaba el horrible aroma que emanaba de todos lados. Su compañero de celda había fallecido hace un da y el aroma a descompuesto comenzaba a ser cada vez más fuerte, pero a Abrahaxas eso no le importaba, parecía que disfrutaba de su maquiavélica obra.

-¿Cómo te sientes florecilla? –dijo cuándo se acercó a la celda donde estaba Mila derrotada en el suelo.

-Púdrete Abrahaxas, ja...jamás obtendrás nada, ya. Ya te dije que el Don se fue y no obtendrás nada de mi...nada-dijo con el poco aliento que salía.

-Y yo ya te dije florecilla, que aunque me quieras ver la cara yo sé lo que se, y el don esta en ti, por ahí escondido, solo que por tu miedo no lo has dejado salir Mila si por ti fuera ya estuviera esto estallando en llamas. ¡Ya se!- dijo acompañado de un chasquido de dedos- quizá te has enamorado de mi hermosa fisonomía y has decidido quedarte.-dijo con una tenebrosa sonrisa.

-Déjame ir, algo ha pasado y no sé qué es, no tengo nada, y si sigo aquí otro día más...moriré. Y mi bebé conmigo.- dijo soltándose a llorar. Solo que por el nivel de deshidratación no salían lágrimas de su cuerpo.

-¡QUE!- dijo poniéndose de pie- ¡QUE DEMONIOS HAS DICHO ESTUPIDA!- agitando los barrotes demostrando su enojo, logró zafar la puerta de hierro solido que bloqueaba la entrada de la diminuta celda, abrió los grilletes y la levanto apretando los puños en el pecho de su casi inerte cuerpo.

-¡QUE RAYOS HICISTE!-zarandeo su cuerpo y de un movimiento lo lanzo al otro extremo del lugar.


Provocando que de Mila saliera un grito de dolor. No soportaba el calambre que rodeaba su cadera al ser recibida por el suelo de piedra.

Intentaba con las pocas fuerzas que le habían nacido proteger su vientre con sus brazos, como si con eso nada le fuese a pasar a su primogénito.

De pocas zancadas Abrahaxas llego hasta donde estaba Mila, proporcionándole una enorme patada en sus costillas.

-Solo debías hacer una maldita cosa, ¡llegar virgen hasta mí!, y no... te fue difícil aguantarte, ¡¡¡AHORA MIRA LO QUE ME PROVOCAS HACER!!! Tendré que matarte.- se quedó pensando unos minutos mientras observaba su vientre aun plano. Si ella moría, la criatura también y hasta ahí quedaría la generación de los Buyett, pero... si la cuidaba, y criatura nacía, seria criado como su hija o hijo entonces tendría la generación a salvo y el DON a su alcance y dominio todo el tiempo. Era un gran plan. Un tedioso, y malditamente jodido buen plan que llevaría mas años de espera, pero esta vez nada podría salir mal ... ¿o si?.

Mila estaba en un estado de inconsciencia, salía sangre por uno de sus labios y por la frente, sus codos estaban raspados y las rodillas ni que decir. Su vestido comenzaba a mancharse de rojo...Mila estaba sangrando aunque no sabía aun si era un probable aborto provocado por la golpiza, o uno de sus huesos estaba roto, por la cantidad del dolor no sabia diferencias entre ambas.

Abrahaxas la tomo y la saco en sus brazos de ese lugar. Salió de esa cueva horrible y se dirigió hasta una choza más aceptable. Donde ya lo esperaba Cerínea su fiel sirvienta y esclava.


-Encárgate de ella... Trae a Claous y dile que la quiero con vida a como dé lugar y a la criatura que lleva en su vientre también, la quiero con vida hasta que esté listo para nacer, después de eso mátala.- Claous era un hombre de más de 40 años, moreno de complexión delgada y demasiado cansada, que había sido llevado a la fuerza desde muy joven, y lo obligaban a estar ahí para sanar a quien Abrahaxas quisiese que su tortura demorara aún más, los mandaba sanar para seguir después alargando su agonía como en el caso de Mila.



Cuando alzo su vista, al criatura inerte que tenía ante él, aunque no era lo peor que había visto, si se aproximaba bastante a serlo. Su cuerpo a duras penas y tenía peso, sus brazos estaban llenos de moretones y marcas de ataduras, sus tobillos tenían marcas de todos colores, su aroma ni se diga, lo que llamo su atención fue cuando dirigió su mirada al charco de sangre que había de entre sus piernas.

-Escucha basura, el amo ha dado la orden que cuides de ella hasta que el bastardo que trae en ella nazca...si es que se salva claro. Y está por demás decirte como se pondrá si ella muere así que yo que tu comenzaba a hacer milagros.

-Para que hacerle daño si la quiere viva... es inhumano, es cruel, hasta aterrador, esto... esto no es posible ... ella...¡ella es una mujer maldición! Lleva una criatura en su vientre y por el estado en el que esta no creo que este vivo aun. Ni que la joven sobreviva mucho mas tiempo.-dijo mientras quitaba unos hilos de cabello ensangrentado del rostro de Mila.


-Claro que es inhumano tarado. El amo no es humano creo deberías saberlo.- dijo dándole la espalda.

-En eso te equivocas Cerínea, es tu amo no el mío. Solo soy un esclavo jamás le serviré como tú, no lo olvides.

-Mantenla viva gusano o acabaras como yo, sirviéndole por toda la eternidad.




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Espero les guste esta parte se que esta triste pero necesitamos drama drama drama

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