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Nueva York sin duda tenia un aire totalmente diferente al de Seúl, la gente se aglomeraba con mas facilidad y con un menos orden, la gente era totalmente diferente a la de corea, en un no muy positivo aspecto, ademas de la contaminación mas presente en el aire.

Había tomado el vuelo directo a Nueva York la noche anterior así que cuando llegue eran las 10:00 de la mañana, iría a desayunar mientras hacia ciertas llamadas del trabajo pero a la primera sin duda seria a mi madre así que deje mis maletas rápidamente en casa y emprendí camino a una de mis cafeterías favoritas; cuando llegue ordene algo ligero  me dispuse a esperar mientras hacia la llamada.

Mama.

¿Hola?

Mmm... Hola mamá, quería avisarte que ya llegue.

Mama.

¡Oh! Eso es excelente, ¿Vendrás a desayunar conmigo?

Torcí mi labio inferior, como poder decirle que técnicamente ya estaba "desayunando". Pero era eso, ella es mi madre y simplemente no pudo negarselo.

S-si, de hecho... ya voy para allá.

me despedí de ella y tuve que cancelar mi orden ganándome no una muy amable expresión de los trabajadores del local y me dirigí a la casa de mi mama. tenia todo un plan listo, simplemente iría a desayunar con ella, pagaría sus deudas y le dejare para su sustento, pasaría a mi trabajo a resolver lo pendiente y me regresaría a corea. Si de verdad me necesitaban me quedaría uno o dos días nada mas.

¿En que momento los chicos se habían vuelto mi centro de atención?

Desde que me convertí en ARMY me condene a eso... Y lo mas revelador es... que me encanta.

Llegue a la casa de mi madre y entre, vamos la cerradura no ha sido cambiada desde que llegamos aquí; desde el momento en el que entre el aroma del sazón de mi mamá inundo mis fosas nasales e inconscientemente sonreí. Mis papás siempre tuvieron que trabajar así que encontrar una comida hecha por ella no era algo que veía por lo menos una vez al mes y cuando lo hacia un gozo inexplicable me llenaba por completo y vuelvo a sentir esa sensación; nostalgia, eso me hace sentir y vaya que no me resisto ante ese sentimiento.

-Hola ma...- salude en un tono bastante bajo al estar en el marco que te dirigía a la cocina, viéndola ahí, dándome la espalda dando toda su concentración y dedicación a la comida que estaba en la estufa en frente suyo solo dejándome ver un moño que demostraban la atadura de su clásico delantal verde, jamas había tenido tantos recuerdos en tan poco tiempo, ¿Que quería darme a entender el mundo con tanta nostalgia? -Creí que iríamos a algún lugar.- me miro e inmediatamente una sonrisa se formo en sus labios,sin duda una hermosa sonrisa.

-Nunca puedo ver a mi hija y rara vez me llama, ¿Como no consentirla al menos una vez?- me respondió acercándose y envolviéndome en sus cálidos brazos que sin dudarlo le correspondí el gesto y al hacer eso ella comenzó a llenarme de besos, sonreí.

-Y... ¿Que vamos a desayunar?- pregunte y a los pocos momentos se separo volviendo a la estufa.

-Tal vez algo muy trillado pero se que a ti te gusta.- tal vez estaba de espaldas sin embargo se que comento eso con una sonrisa. Me acerque a su lado y pude ver huevos revueltos con jamón, carne molida con verduras en otra cazuela y había otra mas pero esta tenia frijoles; sin duda, mi desayuno favorito.

La ayude a terminar el desayuno y a poner los cubiertos y todo lo necesario en la mesa para poco después servir café junto con los alimentos para sentarnos a ingerir la comida y para que mentir... pareciera que el sazón de mi madre solo se ha ido perfeccionando con el cabo del tiempo.

La ultima soldadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora