Bruno

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Apenas se internaron en el bosque, Bruno supo que fue una mala elección elegir pantalones cortos. Las ramas sueltas estaban jugando por sus piernas como si fueran alambres.

- Ganaremos más terreno si vamos separados - dijo Valeria, quien parecía ser una líder por naturaleza.

- ¿Separarnos? - preguntó Melissa, horrorizada. - ¿Acaso te volviste loca? ¿Nunca viste películas de terror? Cuando nos separamos, es cuando comenzamos a morir.

- Esto no es una película de terror, Melissa - respondió Valeria.

- ¿No lo es? - Melissa no disminuía su grado de histeria. - Porque tenemos todos los condimentos para serlo. Somos jóvenes, sensuales y un poco tontos. Sólo nos falta que uno de los niños se ahogue en el lago y ya podemos darnos por muertos.

Bruno tenía que darle la razón. Eran el elenco perfecto para un asesino en serie.

Como quien caminaba distraídamente, se fue acercando hasta quedar a la par de Joshua. Todavía no se había animado a hablarle, pero esperaba tener con él alguna clase de charla casual que le permitiera tantear el terreno.

- Los otros grupos comenzarán a buscar a la vagabunda también - respondió Valeria. - Tenemos que encontrarla primero.

- ¡Valeria, por todos los cielos! - exclamó Melissa. - ¡Esto no es una competencia!

- Si queremos ser sigilosos, no estamos haciendo un buen trabajo - comentó Ángel.

Su observación pareció recordarles a las chicas qué es lo que estaban haciendo y ambos se sumergieron en un rápido silencio. Valeria detuvo su marcha y miró al grupo, quien rápidamente se volvió inmóvil. Había algo en su mirada que ocasionaba que los demás obedezcan de forma automática.

- Por eso mismo, tenemos que separarnos - insistió la líder.

- Por el único motivo por el que estoy en este bosque es porque si alguien o algo nos ataca, tengo la esperanza de verlos morir primero y poder correr - se sinceró Melissa.

- Ese plan tiene errores, por muchos motivos - le dijo Ángel.

- Que no me interesa escucharlos - le respondió Melissa. Luego miró nuevamente al grupo. - Está bien, nos vamos a separar, pero yo voy con Valeria.

- Bien - aceptó Valeria. Luego miró a Ángel. - Tú, ven con nosotras. El resto divídase en grupos de dos.

Ángel parpadeó como si estuviera asombrado de ser elegido.

- ¿Es porque soy el que está en menos forma que el resto de los varones y si juntamos la fuerza de los tres podemos equipararnos con alguno de los otros grupos de dos? - preguntó Ángel.

- Exacto - afirmó Valeria. - Me agrada tu forma de pensar.

Bruno supo que era el momento de hacer su propio movimiento. Joshua estaba a su lado, pero podría preferir querer investigar con su compañero de habitación. Incluso tal vez con la chica de la trenza larga que parecía dispuesta a cometer una carnicería si se encontraba con la vagabunda.

Con sutileza y casi sin medir su fuerza, le tocó el hombro.

- ¿Vamos por este lado? - le preguntó, señalando hacia la derecha.

- Claro - dijo Joshua, casi sin dudar.

Evitó mirar a Ángel. No aguantaría la tentación de aquel triunfo.

La Cueva del Espantapájaros (Compendio #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora