𝗇𝗈 𝗍𝖾 𝗈𝗅𝗏𝗂𝖽𝖺𝗋𝖾́ [𝚗 𝚎 𝚠 𝚝]

I

Estaban escondidos detrás de unas rocas, esperando la señal que tenía que darles Thomas para indicarles que salieran.

Él estaba concentrado en escuchar el sonido del tren deteniéndose o algo que les indicará que se acercaban, pero algo, o más bien alguien, le impedía concentrarse.

-¿Puedes dejar de hacer eso? -pidió con fastidio a la chica.

-Lo siento -se disculpó Pey y dejó de hacerlo.

No pasaron ni cuarenta segundos cuando empezó a hacerlo de nuevo. El sonido que producía el chasquido de su lengua tenía totalmente fastidiado a Newt.

Se volteo en dirección a la chica y le tapó la boca con la mano. Sólo así guardo silencio.

-Enserio, deja de hacerlo. -Ella lo miró con molestia, y él quitó su mano.

Volvió a su posición inicial, e intentó concentrarse nuevamente.

-Es que estoy muy aburrida -se quejó -. ¿No pudieron darme un mejor trabajo? -Él la dejo hablar sin prestarle realmente atención, ya estaba acostumbrado a escuchar muchas quejas de parte de la chica -. Brenda esta disparando. Sartén también. Thomas también. Y yo estoy aquí, contigo y tu mal humor, parada detrás de una roca, esperando una señal para soldar metal.

Newt volteó a mirarla nuevamente.

-¿Y qué esperabas que te pusiéramos a hacer? -le reprochó molesto -. Agradece que siquiera te trajimos, porque no queríamos hacerlo. -La chica hizo una mueca dolida, y él relajo su tono de voz -. Estuviste casi tres semanas inconsciente, Pey, no quería arriesgarme a que te hicieran daño haciendo algo como lo que todos están haciendo. -Se dio cuenta de lo que acababa de decir y trató de arreglarlo -. No queríamos, ninguno de nosotros, que te pasará nada.

Ella lo miró con una pequeña sonrisa que le ilumino los ojos.

Newt se dio nuevamente la vuelta para ver por un costado de la piedra si ya venía el tren. Sus mejillas estaban tan encendidas como las de Pey, quería creer que era por el horrible calor que hacia, y no por lo que acababa de confesarle a la chica.

Algo totalmente cierto.

-Lo siento -volvió a disculparse Pey, Newt se dio cuenta, cuando vio la cara de la chica, que estaba siendo muy sincera -. No quería molestar, es sólo que no me gusta sentirme inservible.

-Estas ayudándome, eso no es ser inservible.

Ella sonrió nuevamente, esta vez que la sonrisa iluminó todo su rostro. Esas eran las sonrisas que Newt amaba ver en ella, sonrisas sinceras, sonrisas que solo él provocaba.

Se quedaron viéndose a los ojos por unos segundos. Ella perdida en ese café tan claro que el rubio poseía. Él perdido en el brillo que solo los de Pey tenían.

Y casi por inercia, ambos chicos fueron acercándose, hasta sentir la respiración agitada del otro. Ella terminó el espacio entre ellos, y volvió a besar al chico, como lo había hecho ya tantas veces. Muchas veces Newt no creía que con solo un beso el tiempo se detuviera, y fuera como si sólo él y ella estuvieran en la tierra. Esa sensación era reconfortante, por esos segundos que sus labios se unían, los problemas, CRUEL y el riesgo de morir cada día, desaparecían.

Había muchas veces que Newt necesitaba esa sensación.

Se separaron por falta de aire, y en ese momento se escuchó el silbido de Thomas, indicándoles que tenían que salir.

Newt se sintió anonadó. Ni siquiera se había dado cuenta de que el tren ya se había detenido. Ambos reaccionaron rápidamente y tomaron sus cosas sin volver a mirar al otro nuevamente. Demasiado apenados como para hacerlo. Siempre pasaba lo mismo cuando se besaban. Podían pasar horas sin mirarse el uno al otro solo por sentirse incómodos.