Casados Por Obligación [Gaara]

10.

El día es fresco, con una ventisca agradable y todo parece en calma dentro de su clan.

Madre e hija habían pasado gran parte de la mañana practicando simplemente con puntería con kunai y shuriken, no tenían mucho por hacer de todos modos. Disfrutando de algunos dulces y té, viendo los pétalos de cerezos caer sobre el agua que rodea su casa. Ayame se levantó de su asiento tomando de paso su katana para caminar hasta el borde del piso se madera antes de concentrar su chakra en la planta de sus sandalias y caminar sobre el agua viendo su reflejo distorsionarse con cada paso hasta el centro, veía los peces Koi nadando tranquilamente bajo el agua. Abrió su mano, un pétalo rosado cayó sobre su palma para después dejarlo ir junto al viento. Corto por la mitad cada uno de los pétalos antes de que cayesen al agua, dejó a su hija impresionada. El salto de un pez le hizo perder el equilibrio, pronto fue ayudada por la arena que es controlada por su hija. Me sonrió agradecida de salvarla de un gran chapuzón. Volvió hacia el único escalón de piedra antes de seguir el siguiente en madera en la cuál se sentó.

-Hana -la llamó dulcemente, mirando su reflejo en el agua que en solo segundos se distorsionó debido a los pétalos cayendo sobre el agua -. Los exámenes chuunin son un poco difíciles, ¿segura que quieres participar?

-¡Por supuesto! -dijo alterada ante el miedo de que su madre no le permita ir -Shiori, Sero y yo hemos practicado demasiado para ese momento

-Entiendo -se giró para sonreírle.

Es extraño ver a su hija, a veces cree ver un reflejo de su pasado como si fuese un fantasma, con una única diferencia de que los ojos de su hija son diferentes a los suyos. Eso es algo que ha causado mucha incertidumbre en su hija, nadie del clan tiene unos ojos igual, a veces ni siquiera creía ser parte de este.

-Mamá... -se acercó a la mujer sentándose a su lado, también miró su reflejo en el agua que se distorsiona nuevamente -aún tengo dudas sobre el porque puedo controlar la arena, nadie más de nuestro clan puede hacerlo. Además mis ojos son de un color verde, lo tuyos y el clan son azules.

-Es porque tu eres especial -un rápido recuerdo del Kazekage pasó por su mente.

No iba decirle la verdad a su hija, aunque la culpa ha estado pesando demasiado sobre sus hombros. Había pensado por años como decirle incluso a Gaara pero ni siquiera se siente preparada para hacerlo, una parte de ella le grita de seguramente él podría negarla porque no lo creería. Lo que más quiere es proteger a su preciada hija, al ser alguien importante podría ser víctima de secuestros. No le interesa lo que los demás piensen.

[...]

Llegada la noche se vió obligada a salir al patio donde pasó la tarde con su hija. El insomnio había regresado y acompañado de la culpa, la estaba poniendo ansiosa.