Lilian, una chica que va en busca de aventuras, ella buscaba respuestas acerca de su pasado, pero nunca imagino que terminaría encontrando algo más que sólo su pasado, un chico que le cambiaría la vida para siempre pero lo que no sabía es que el alg...
-Soy Lilian- en ese instante me quite el gorro dejando a la vista mi rostro, un silencio inundó el ambiente, todas las miradas estaban sobre mi, desde luego mis ojos eran algo extraño para todos.
-Wow tus ojos-dijo la mujer de aspecto malvado, detrás de ellos estaban la mujer de cabello corto y junto a ella el hombre de cabello castaño claro, se susurraban entre sí y a mi parecer se veían sospechosos.
-Si son muy extraños no hace falta que lo digan-dije con una pizca de molestia, negó al instante.
-No me refería a eso, dime es de nacimiento o te cambiaron por alguna razón-pregunto la misma mujer, me estaba incomodando.
-Me cambiaron, antes ambos eran verdes, como este ojo, pero no tengo idea de porqué cambiaron-mentí, no diría ni una sola palabra de mis poderes
-Que interesante-me miró la mujer de abajo hacia arriba.
-Regina deja de mirarla así, solo es una niña, desde aquí puedo ver que la incomodas-Regina se giró a ver la rubia que estaba junto ella, abrió boca para protestar.
-Bueno creo que ya es tiempo de que me vaya-pronuncie rápido mientras me daba media vuelta y me iba de allí.
-Lilian cierto-hizo una pausa antes de continuar, dio un paso hacia adelante acercándose más a mi.
-Cabello castaño claro, ojos verdes, tez pálida, tienes 17 años casi 18, eres huérfana, tienes una cobija tejida con tu nombre bordado-Su mirada recorría cada centímetro de mi, quien era aquella mujer y porqué sabía tanto de mi.
-Como sabes eso, quien te lo dijo, responde-hable en alto, me puse a la defensiva y apunté con mi arco, observé su rostro de finas facciones, sus ojos se llenaban de lágrimas.
-Porque yo soy tu madre-al oír sus palabras abrí los ojos como platos, baje la guardia, deje caer mi arco y este impacto sobre la tierra, mi corazón se aceleró ¿Ella estaría diciendo la verdad? ¿Ella es mi madre?
- David- susurró la mujer con lágrimas que brotaban de sus ojos verdes.
Aquella mujer, se empezó a acercar a mi junto con David, yo estaba confundida, no logré pronunciar ni una palabra, al estar enfrente a frente, se volvieron a mirar entre sí.
- David, es ella yo sé que es ella lo siento en el fondo de mi corazón, solo mírala- dijo aquella mujer mientras sonreía, y levantaba sus manos, las poso delicadamente sobre mis mejillas, yo no sabía cómo reaccionar estaba en shock, a ambos les salían las lagrimas.
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En sus ojos podía ver ese brillo de felicidad y esperanza, era algo que no comprendía, observé a los demás y estaban muy sorprendidos como si no pudieran creer lo que estaba pasando.
