Capitulo 18

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Se encontraban en el suelo Pan estaba sobre Felix, sacó una daga, de verdad lo iba a matar, se suponía que eran amigos, eso pensé pero no había recordado que el era el mismo demonio en persona, sin sentimientos, sin piedad, sin lástima, tengo que detenerlo, una serie de recuerdos me invadieron la mente, los ojos de Félix reflejaban terror, esos ojos, conocía muy bien esa mirada, el brillo de la daga antes de ser cubierto de sangre y gotas carmesí pintando el color verde del pasto.

-Pan detente-solté un sollozo, el volteo a verme y con su mano libre creó una especia de barrera que me impidió acercarme a ellos.

Golpeaba esta barrera con desesperación, abrió los ojos y soltó una sonrisa perversa, mi vista se volvió borrosa, brotaron las lágrimas con facilidad, no lo dudo ni un segundo apuñalándolo en el costado.

-No, no, déjalo en paz, pa...-no logré formular esa palabra, golpe con más fuerza la barrera invisible, en medio del campamento comencé a llorar, levante la mirada para ver cómo la daga salía sin una sola gota de sangre, Félix estaba bien, se miraron entre sí sin comprender porque seguía llorando, no solía lloraba en público, la barrera desapareció, cubrí mi rostro con ambas manos.

Sentí unas manos sobre mi, levante la mirada encontrándome con Pan y detrás de él estaba Félix.

-Lilian estoy bien tranquila-Felix acercó una de sus manos a mi y yo retrocedí.

-Que se siente Lilian, ser la que recibió un gran susto, tenía que vengarme por eso-sin dudarlo le di una fuerte cachetada.

-¿De verdad?, fingir que matarías a Félix, jamás te hecho algo así, tú maldad fue demasiado lejos Pan- me fui de allí corriendo antes de que se acercaran más niños a verme, volvía a revivir la escena más difícil de mi vida, el cosquilleo en la palma de mis manos había vuelto, cada paso que daba se hacía cada vez más fuerte, me detuve, había llegado al borde, estaba en un punto en el que podía admirar la jungla negra, el borde se desmoronó haciendo que cayera, pude sujetarme de una raíz.

-Ayuda, alguien está ahí-espere a que alguien estuviera cerca y me escuchara, era poco probable que alguien estuviera cerca.

Gotas de sudor resbalaban por mi frente, mis brazos se entumecían, ya no iba a aguantar más tiempo, trate de impulsarme hacia arriba, seguí gritando y pidiendo ayuda, una cálida mano me rodeo la muñeca, mire hacia arriba y vi el rostro de Pan, me ayudo a subir y una vez que estuve a salvo me recosté sobre la tierra seca, mire mis manos siendo cubiertas por los guantes, ese cosquilleo se había desvanecido.

Con miedo me quite los guantes y pude dejar mi mano al descubierto, estaba totalmente normal no había ni una pequeña chispa, me sobresalte por lo alto que hablo pan.

-A caso quieres morir, estás loca, porque hiciste eso-caminaba con inquietud, apretaba fuerte su cabello, estaba molesto y hacía un esfuerzo por controlarse.

-Crees que quería morir, fue un accidente-no tenía más que decirle así que me fui.

-Espera espera, porque no vamos a algún lado tú y yo solos-me detuve, el quería pasar tiempo conmigo algo que últimamente ya no hacia.

-De acuerdo, pero te juro que si llevas a Wendy yo...-me puso dedo en la boca haciéndome callar, no lo vi como algo ofensivo, el me miraba con ternura y tenía una sonrisa tierna.

-Como ya lo dije, solo seremos tú y yo-el me tomo de la mano y lo seguí, ambos estábamos en silencio, no hacía falta palabras, era suficiente con estar tomados de las manos.

True love is the most powerfull Force  ( Robbie kay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora