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Cuando desperté Tom ya no estaba. Miré mi reloj y vi que eran las nueve. Genial... Me sobresalté cuando vi una llamada entrante en el móvil. Era mi madre.-Hola mamá -le dije recién despertada. -¿Qué ocurre?
-Hola mi amor, estoy en España, en veinte minutos estoy en tu casa. ¡Necesitamos hacer muchas cosas hoy! -me colgó y reaccioné al segundo.
Me levante deprisa, ordenando la casa, y yendo al baño a asearme. En quince minutos ya estaba preparada y haciéndome un bol con cereales. Y antes de tiempo tocaron la puerta. Fui a abrir y vi a mi madre con dos chicas más.
-Ho... Hola mamá. -le di dos besos- Buenos días -le sonreí a las chicas.- Pasar. -les indiqué que se sentaran y lo hicieron. -Dime, ¿qué pasa?
-Alexia viene a por tus medidas para el vestido de novia. Libra viene a hacerte una sesión de peluquería y maquillaje a ver qué te sienta mejor -casi me caigo de la butaca de la impresión. ¡Tan rápido!
-Mamá queda mucho tiempo para... la boda, lo sabes.
-Estela, ¡no hay tiempo que perder!. -Mi madre me dejó de pie y las chicas empezaron con lo establecido. Ponerme como una barbie...
Tres horas después Alexia ya había tomado las medidas y habíamos escogido el color del vestido y su tallaje. En cambio Libra, aún no había terminado conmigo. Me hacia y deshacía moños, arreglos de media melena y el maquillaje. Hasta que me quedé con un peinado y un maquillaje perfecto para el vestido.
Marisa me llamó a la una de la tarde, cuando mi madre y su ejército de hadas madrinas terminaron de prepararme. No me deshice del recogido ni del maquillaje, para que luego lo viera Tom.
-Oye cielo, ¡qué tal estás! -me aparté el teléfono del oído. -¿Quieres comer conmigo?, invito yo. ¿En tu casa en media hora?
-Eh... Sí vale, aquí te espero. -colgué.
Media hora como dijo Marisa estaba tocando la puerta. Le abrí y se asombró.
-¡Qué guapa!, ¿has ido a la peluquería?, ¿para qué? -pone la comida en la mesa y me abraza. -¿Cómo estás?
-Mi madre vino con su ejército de hadas madrinas a hacer pruebas. Pero no puedo decirte nada de nada. Todo es sorpresa hasta la boda... -Sonríe y aplaude.
-¡Yo también quería colaborar, jo! -pone cara triste.
-Ya habrá tiempo -le sonrío. - Mañana se va Tom. ¿Me puedo quedar en tu casa a dormir?, serán cuatro o cinco días. ¡Podremos hacer fiestas de pijamas! -aplaudo y doy saltitos y ella me acompaña.
-¡Sí claro!, sin duda.
El día pasó rápido. Marisa volvió al trabajo después de comer conmigo y yo me quedé en casa preparando una pequeña maleta para llevar a casa de mi compi.
Ya eran las 10 de la noche cuando Tom volvió a casa y yo estaba leyendo.
-Qué tarde has venido, ¿no? -le pregunto levantándome del sillón y caminando hacía él. Conforme me acercaba apestaba a cerveza. Y yo odio la cerveza. -¿Has ido a tomar unas cañas?
-Sí... -Me dice un poco... ¿alegre?, ¿borracho? Se quita la corbata y la chaqueta y la deja en la mesa. - He salido a tomar unas cañas para celebrar un éxito.
-¿Con quién has ido?, ¿por qué no me has avisado? -recogí su desorden y fui a la habitación, él me siguió.
-He ido con Cacarolina, mi nueva secretaria, y algunos jefes de dedepartamento... -se sienta en la cama y se quita los zapatos. -No te he avisado porque según Carolina era una noche de celebración no se debía molessstar...
-¿Y le haces caso? ¿Te recuerdo que soy tú prometida?, ¿sabe que estás prometido? -Se ríe y yo no le veo la gracia...
-Es mi secretariiia... debo hacerlele caso... Y en verdad lo sabe todo el edificio. Qué rápido corren los rrrumoresss...-Y se acuesta en la cama.
-Como la pólvora Tom. ¿Tom?, ¿estás durm...? -Oh genial. Y ahora se va a dormir de rositas. Me acerco a la cama y pienso en desvestirlo y ponerle el pijama... ¿será buena idea?
Me subo a la cama de rodillas, a su lado y le desabrocho los pantalones y la cremallera. Se los bajo y cuando me vuelvo a quitarle la camisa veo un bulto en su entrepierna. ¡Joder, qué vergüenza!... Me pongo nerviosa y le quito los botones de la camisa todo lo rápido que puedo. Pero Tom se mueve y me aprisiona en sus brazos.
-Yo en verdad quería venir a celebrar la vi...victoria contigoop... Pero Carolina estabaa muy insistente -Sonríe y me intenta dar un beso.
-Ni te acerques, apestas a cerveza, y no me gusta.
-Vamoos, no me hagagas esto, porfi... -me pone cara triste y yo me zafo de sus brazos.
-No. Duerme. Mañana tienes que irte muy temprano.
-¿No duermemes conmigo?
-No. -salgo de la habitación y voy a por agua y una pastilla para el borrachín. Cuando vuelvo está roncando y esta vez me atrevo a ponerle el pijama.
Son las dos de la madrugada y no puedo dormir, por dos cosas. La primera es esa tal Carolina que no dejaba que Tom me avisara de que saldría y su insistencia. La segunda era porque a las 4 tenía que levantar a Tom para su vuelo a las 6. Pero como está borracho no creo que se levante él solito.
Suena el despertador y voy a buscar a Tom para despertarlo, pero mi sorpresa es llegar y no verlo en la cama.
-¿Tom? -Oigo la ducha del baño y decido esperar. A los veinte minutos sale con una toalla enroscada en la cintura... Y su cara es todo un poema.
-¿Qué haces aquí, no estabas durmiendo... en la otra habitación?- Vaya, con qué humos se ha levantado.
-Venía a despertarte y ayudarte a prepararte, pero veo que tú solito puedes. Me voy. -me levanto pero Tom me coge del brazo.
-Lo siento, perdóname. Estoy nervioso... No quería hablarte así, gracias por lo que ibas a hacer.
-De nada. -me deshago de su agarre y voy hacia la puerta. -Espero que tu secretaria lo haga igual o mejor que yo. -Salgo y dejo a Tom con la palabra en la boca. Si tanto caso le hace a esa tal Carolina, espero que sepa cuidarlo igual. O mejor.
Aún sigo pensando porqué Marisa no me ha comentado nada sobre ella.. Se supone que debería saberlo... Me vuelvo a la cama a seguir durmiendo, pero Tom viene en mi búsqueda.
-Estela, lo siento de verdad... Anoche iba un poco bebido, no tanto como ir borracho. Fui un idiota al no avisarte, de verdad quería decírtelo, pero me lió Carolina y se me olvidó. Perdóname, por favor... -Estaba de espalda a él.
-Es la primera vez que oigo hablar de esa secretaria tuya.
-No es muy importante, la verdad, sólo hace su función.
-¿Tirarte los trastos es su función? -me doy la vuelta y lo miro.
-¿De qué hablas? ¿otra vez con los problemas de los celos?, ¿no tuviste bastante con una vez? y te recuerdo que te equivocaste. -se levanta y va hacia la puerta. - Dios, no se puede hablar contigo de nada, a la primera saltas como chispas. -me enfado por sus palabras y le tiro un cojín mientras se me cae una lágrima.
-¡Fuera, no quiero verte, ni oírte! -Tom sale del cuarto y yo lloro como si me fuera la vida en ello.
Cada vez estoy peor. En un principio me daba igual con quien iba y venia Tom, pero ahora la cosa ha cambiado, y no lo entiendo... Me reconcomen los celos pensando en que Tom esté con otra aunque sea tomando un café y hablando de negocios.
Oigo una puerta cerrarse muy fuerte y por lo que intuyo es la de la entrada. Adiós Tom. Nos veremos en unos cuantos días.
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Destino
عاطفيةEl destino es el culpable de muchas cosas. Pero también es el mejor para otras. En esta historia el destino le juega una mala pasada a Estela. Su voz interior le advierte de que se enamore, que se case... pero ella ni quiere ni puede, ya que su vid...