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Antes de empezar a comer fui al aseo. Necesitaba hacer pis. Me había bebido media botella de agua esperando a que vinieran. Salí y me volví a sentar en el sitio al lado de la pelirroja. Tom me miraba fijamente con ojos de ternura. Me había dado dos besos antes de sentarnos. Aunque, Álvaro sabía lo nuestro, no quería que Izan lo supiera.Trajeron el primer plato y comí la mitad de la pasta a la carbonara. Bebí y esperé al segundo, como todos. Pero me entró un gran dolor de estómago y no se como no me maté con los tacones y la prisa que tenía. Pero fui al aseo a vomitar. Vomité todo. Todo lo del día. La pasta y la manzana.
Joder, ¿y este dolor de estómago?, en segundos, me vuelve a dar otro retortijón y vuelvo a vomitar.
-¿Señorita Mae? -oigo la voz de Carolina. ¿Qué quiere la perra ésta? -¿estas bien? ¿Puedo pasar?
-¡No!, no entres. Salgo enseg... -otra arcada.
A los diez minutos salgo del aseo, no se si como nueva o peor que días antes. Carolina esta fuera esperando a que saliera. Por suerte, no había nadie haciendo cola.
-¿Estas bien señorita? - Vaya, y ahora se pone educada.
-Sí. Gracias. -la miré y fui a la mesa, ella venia detrás mía.
Llegué a la mesa y vi la cara de preocupación de Tom. Cuando me miró a los ojos, se relajó un poco. Me senté y le dije a Álvaro que me iría al médico. Era muy extraño que me pusiera así de la nada.
Salí del restaurante después de despedirme de todos. Y fui a urgencias.
Salí una hora después, ya que había gente. El doctor de urgencias, me había mandado unas píldoras, ya que se las pedí, y además, me mandó a hacerme unos análisis para mañana.
Llegué a casa y me quité los tacones. Me estaban matando. Pero cuando mis pies tocaron el frío suelo, eche a correr al aseo. Y no sé que eché, porque no tenía nada en el estómago. Pareciera que fuese a expulsar el hígado por la boca. Pero por dios. ¿No creo que esté embarazada, no?, porque entonces sí que me muero.
Oí unos pasos detrás mía y me giré a ver quien era. Vi la cara de Tom, que era de enfado, con sus brazos cruzados.
-¿Se puede saber qué te ocurre?, ¿no estarás embarazada, no? -Yo me levanté rápido asustada.
-¡No Tom! No puede ser. Debe haberme sentado mal la comida. Porque antes estaba bien, y lo sabes... -Su cara seguía siendo la misma.
-Bien. ¿Has ido al médico?
- Sí, sí y mañana voy a la ginecóloga y a que me hagan un análisis.-me lavo la cara y los dientes.
-¿Al ginecólogo?, ¿no has dicho que no estabas embarazada? -se acerca a mi aún con los brazos cruzados.
-Sí. No. Quiero decir, que no creo que esté, habrá sido la comida, de verdad... ¿Y porqué te pones así? ¿No te gustaría tener un bebé?-Le digo mientras paso por su lado y voy a la habitación a cambiarme. Cuando estoy en el armario me giro a mirarlo, pero sigue en la misma posición de antes.
-¿Tom? -me acerco a él y lo veo pálido. -¿Estás bien?, ahora me estas asustando a mi... -me mira, pero sin decir nada. Lo zarandeo. Y después le doy dos tortas suaves. Entonces reacciona.
-Yo... Yo no había pensado en eso. -Sus ojos están perdidos. ¿Qué narices le pasa? - Supongo que... Claro que me gustaría... Pero no... No ahora.
-Venga hombre, no te preocupes, que ya verás como no estoy en estado. -Le sonrío. - Yo tampoco quiero ahora, quizás cuando nos casemos, ¿no?
-Yo... Sí... Supongo. Voy al despacho. -sale del aseo y se va.
¿Pero qué le ocurre?, ni que fuera a ser un mal padre... Oh venga Estela. Olvídalo.
Me cambio y me meto en la cama. A las siete de la tarde me levanto con la llamada del móvil.
-¿Sí? -Respondo.
-¿Estela, princesa mía, como estás? -me dice mi madre.
-Pues muy bien, me acabo de levantar. ¿Por qué?
-He ido a tu casa hace un rato y Tom me ha dicho que te encontrabas mal, así que te he dejado descansar, mañana vamos a comer antes de irnos a Londres. ¿Te vienes, no?
-Eh... Sí claro. ¿Te ha dicho algo más? -como le haya dicho que he estado con vómitos, lo mato.
-¿Algo más de qué?
-Oh nada, algo más... Como con fiebre o algo, olvídalo mamá.
-Oh, ¿estas bien de verdad?
-Claro mamá, oye voy a... Cenar. Mañana nos vemos... -Cuelgo y me levanto de la cama.
Voy hacía la cocina y bebo agua. Y voy al balcón a ver el mundo como va. Para mi sorpresa me encuentro a Tom, de pie, con las manos metidas en la sudadera mirando el paisaje. Ya anaranjado del atardecer.
-¿Estás mejor? -me dice sin mirarme. Nota mi presencia.
-Sí. -se gira y me da su mano, calentita. Me acerca a él y me abraza. Me da besos en el pelo, como a una muñeca. Miro el paisaje y me encanta. Me agarro a la barandilla y Tom me abraza por detrás. Dándome calor.
-Siento cómo me he puesto y en la forma que te he preguntado antes. No quería hacerme sentir la idea de que pudieras estar... Embarazada. -me encojo de hombros y me acerco más a él. -Te quiero. -sonríe y yo sonrío.
-Yo también te quiero.-me giro y lo agarro del cuello -Mucho más. -le susurro al oído. Sonreímos.
-Te invito a cenar. ¿Quieres? -me guiña un ojo y asiento.
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Estoy en la consulta del médico esperando los resultados de los análisis. Y cuando los coja iré al ginecólogo.
-¿Señorita Mae? -pregunta el médico. Me levanto. -Pase, por favor. -Entro y me siento en una de las dos sillas.
-Seré claro... ¿Le gusta su vida? -del impacto de la pregunta, me empiezo a reír. Pero veo que el médico no lo hace y me pongo seria.
-Pues claro que sí, doctor. ¿Por qué no me iba a gustar?.
-Verás... En sus resultados, hemos comprobado que llevaba en vena... Como decírselo para que me entienda... Una pequeña dosis de veneno, nada mortífera. -Me he quedado de piedra. ¿Veneno?, ¿quién quiere matarme? - Con seguridad que era eso lo que le producía los vómitos. Le mandaré unos medicamentos para que se recupere. -Yo asentí y salí de allí cuando me dio las recetas.
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Destino
RomansaEl destino es el culpable de muchas cosas. Pero también es el mejor para otras. En esta historia el destino le juega una mala pasada a Estela. Su voz interior le advierte de que se enamore, que se case... pero ella ni quiere ni puede, ya que su vid...