Alec sintió el aire fresco después de horas. Se estiró varias veces mientras esperaba a su mejor amigo. Desde el momento que se bajó del avión, su corazón empezó a latir como nunca.
Ha hecho muchas "locuras" para apenas tener dieciocho años. Pero jamás había pensado que viajaría tantas horas de un continente a otro sólo para ver a la chica que conoció por internet.
Le costó mucho trabajo los últimos dos meses, pedirles a sus padres, hacer tareas, estudiar, poner atención en clase. Algo a lo que definitivamente no estaba acostumbrado. Pero lo logró, sus calificaciones aumentaron como prometió a sus padres, hizo la limpieza de su habitación como le dijeron. Les demostró que en verdad tenía muchas ganas de ir a México. También por la ayuda de Adrián, ya que les prometió que no lo dejaría solo para que no se pierda.
— Listo — dijo Adrián con las maletas — Amanda dice que estarán pronto.
— Adrián... ¿Seguro que debería hacerlo? Es que... No lo sé... ¿Y si se molesta? ¿Si no me quiere ver?
Amanda seguía intentando animar a su amiga. Estaba bastante triste. Quería decirle de una vez el plan de Alec, pero no podía. Debía de aguantar hasta el aeropuerto.
Amanda se encargó de ponerle algo lindo a Natalie. Una playera gris claro y encima una sudadera rosa pastel que le quedaba holgada. Un pantalón de mezclilla azul y unos tenis blancos. Natalie se dejó el cabello suelto.
— ¿Y a dónde se supone que iremos? — preguntó Natalie.
— Ya lo verás. Es un centro comercial nuevo cerca del aeropuerto. Me han dicho que está genial y obviamente tenemos que ir a verlo.
— ¿En serio? ¿No podíamos ir al de siempre?
— Ir al mismo lugar siempre aburre. Además, me dijo Gaby que hoy llega su primo de Argentina y quiero verlo... ¿Has visto sus fotos alguna vez? ¡Es hermoso!
— Sólo quieres ir al aeropuerto para ver a su primo.
— Eh... No... ¿Cómo puedes pensar eso? — Amanda sonrió y Natalie negó con la cabeza.
— Alec, ya estamos aquí, no te vas a arrepentir ahora.
— Estoy muy nervioso... Tengo miedo de lo que vaya a decir.
— Seguramente se molestará un poco contigo por no decirle la verdad, pero de inmediato se le pasará al verte. Confía en mí — miró su celular — Dice Amanda que ya están en el aeropuerto. Vienen para acá. En unos dos minutos tendrán que estar aquí.
— ¿Seguro que no deberíamos de comprar el boleto a España de una vez? Por si algo sale mal y debemos salir corriendo. Sí, es una buena idea. Iré a...
— ¡No! — agarró a Alec del brazo — No compraremos nada. Te vas a quedar aquí, vamos a esperarlas y van a estar juntos. Sólo disfruta de este momento Alec. Serán dos semanas que tendremos aquí. Después tenemos que volver. Deja de preocuparte tanto. Mira, si algo llega a salir mal, cosa que no pasará, tú y yo nos quedaremos aquí. Yo te enseñaré la ciudad, iremos por todos lados. A disfrutar de las vacaciones. Pero como obviamente no pasará nada malo, veremos la ciudad con Natalie y Amanda — Alec suspiró.
— Espero que tengas razón.
— ¡Mira! — gritó Amanda, llamando la atención de varias personas — ¡Allí está Gaby!
— Con su primo.
— ¿Lo ves? Te dije que está hermoso.
— El problema es que llamaste su atención y ahora vienen para acá. Gaby nos va a querer contar toda la vida de su primo... Otra vez.
— ¡Hola! — las saludó — Miren, les presento a mi primo. Él es Ángel, Ángel ellas son mis amigas, Amanda y Natalie.
— ¡Mucho gusto! — lo saludó Amanda. Ángel sonrió.
— Hola — dijo Natalie.
— Mucho gusto. Es un placer que me reciban las lindas amigas de mi prima.
— Muchas gracias. Pero tú no te quedas atrás, eh. Eres muy lindo igual.
— Gracias — volvió a sonreír.
— No me vas a creer esto — dijo Adrián.
— ¿Qué? No me digas que te olvidaste el dinero porque...
— No. Es otra cosa... ¡Acabo de ver a Amanda y Natalie!
— ¿Qué? ¿Dónde?
— No te voy a decir, búscalas tú. Sólo te puedo decir que no están solas. Hay una chica y un chico con él.
— ¡Adrián! ¿No ves la cantidad de personas que hay aquí? Me voy a tardar siglos en verlas.
— Tienes razón. Vamos de una vez. Está muy cerca de Amanda — Alec rodó los ojos y siguió a Adrián. Al fin la vio. Vio a Natalie, pero alguien se puso delante de ella. Era un chico. Alec y Adrián se detuvieron — Ya sé. Mejor los rodeamos, vamos por detrás de Amanda y Natalie. Creeme, así la sorprenderás más.
— ¿No crees que sería peor? Se podría espantar y gritar...
— No es que te esté diciendo que vayas detrás de ella y le tapes la boca o algo así. Sólo le tapas los ojos y le dices al oído "Adivina quien soy" Eso es muy común en las películas.
— Pero no estamos en una película.
— No, pero a que se vería bonito — Alec suspiró.
— Si algo sale mal, será tu culpa — hizo lo que dijo Adrián. Cuando estaba a unos pasos de ella, se detuvo. El chico que estaba con ellas se le quedó viendo. Pasó saliva. Natalie se estaba girando. Alec se dio la vuelta de inmediato.
— Hey, ¿que quieres? — dijo el chico. Alec sólo se quedó quieto. Quería voltearse para ver a Natalie, pero a la vez quería salir corriendo de allí.
— Te hice una pregunta — El chico se acercó lentamente a Alec. Él pasó saliva nuevamente— ¿Le querías hacer algo — Respiró hondo y se giró lentamente.
— Yo... Sólo... Saludar quería... — Respiró otra vez — Hola.
— ¿Alec? — Él pasó saliva como por décima vez en dos minutos.
— Sorpresa — sonrió.

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Número equivocado
RomanceSiempre que llamamos o le escribimos un mensaje a un número desconocido, las personas "normales" suelen disculparse y no le vuelven hablar. Pero él es Alec. Es demasiado curioso como para hacer eso. Además, ¿quién sabe?... Puede que esa persona term...