Capítulo III
Regreso a casa.
Alexandria, Washington
Las calles están llenas de personas son las tres de la tarde y el sol luce débil en el firmamento, nubes negras comienzan apoderarse de la tarde hasta que poco a poco gotas de lluvia revientan en el pavimento haciendo que los transeúntes corran en busca de refugios. Hay varias casas que soportaron los terremotos y vientos huracanados, edificaciones reforzadas en sus bases reciben a heridos y damnificados en general, en las horas de la noche justo cuando el reloj anuncia el toque de queda, las seis de la tarde. Entre el mar de gente se mezclan dos foráneos, Kamilah lleva su cabello atado en una cola, viste su acostumbrada ropa negra, a su lado Keith tiene algunos golpes en el rostro, está sucio y cansado algunos los observan con demasiada insistencia.
-Debemos conseguir un vehículo.-dice Kamilah al descubrir que llaman la atención.
-Tranquila, tenemos aspecto sucio nos creerán víctimas.
-A ti, yo tengo aspecto árabe.-responde mientras con la mirada busca algún auto que pueda robar.
Keith le da la razón entonces alcanza a ver una motocicleta estacionada a unos pocos pasos de donde ellos están.
-Allá.-susurra mostrándole con la mirada.
Kamilah se dirige a toda prisa, es ágil en el robo de vehículos y una moto no es un reto, Keith sube colocando sus manos en la cadera de Kamilah.
-Sigue esa calle.-dice-Yo te daré la dirección.-añade.
Tras unos cuarenta y cinco minutos bajo la lluvia al fin llegan a casa de los Alberts, las luces están encendidas y la puerta abierta. El segundo piso está destruido parcialmente, Keith sujeta la mano de Kamilah con fuerza entonces la escucha decir
-Creo que yo debería quedarme afuera.
-No.-responde mirándola directamente a los ojos.
Caminan hacia la entrada, ingresan en la vivienda pero no reconocen a las personas que están ahí. Hay muchos heridos que descansan y se protegen del mal tiempo, en ese instante se escucha un grito ahogado de sorpresa mezclado con dolor.
-¡Keith!
Es Amanda Alberts, madre de Stacey, es cabello café y ojos del mismo color, de baja estatura y delgada. Se nota que es una mujer de fina educación pero la situación no le ayuda mucho a su físico, tiene una cortada sobre la frente, un ojo morado e inflamado y su brazo izquierdo descansa en un cabestrillo.
Keith gira al reconocer la voz y la abraza con cariño, lloran entrelazados a la vista de Kamilah entonces ella se encuentra con la mirada insistente de un hombre.
-Bienvenida.-dice el sujeto.
-William...-susurra Keith liberando a Amanda de su abrazo para dirigirse a él.
-Hola.-dice Amanda ofreciéndole la mano a Kamilah algo que ella no rechaza.
-¿Dónde estabas muchacho?-pregunta William.
-Por ahí.-responde sin saber qué responder.
-¿Estás bien? ¿Estás herido? ¿Has comido?-interroga Amanda con insistencia.
-Sí.-responde entrelazando sus dedos con los de Kamilah algo que no pasa inadvertido a los ojos de los Alberts.-Ella es Kamilah Sfeir.-añade colocándose a su lado.
Ambos la observan con incredulidad pero en ese segundo reaccionan
-Bienvenida cariño.-dice Amanda besando su mejilla, William se limita a sonreírle sin decir nada.
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El despertar de un imperio
Fantasía(SEGUNDO LIBRO DE: HEREDEROS DE UNA DINASTIA) Despues de los ultimos acontecimientos, los cuatro elementales deben regresar al otro lado del obelisco donde el mundo enfrenta el caos de la destrucción. Los jovenes herederos tendrán que enfrentar una...