Capitulo IV

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Capítulo IV

Tiempo de Duelo.

París, Francia.

La ciudad está inundada de una paz extraña, no hay escombros ni destrozos, los lugares más afectados tienen grietas en sus paredes o sus techos parcialmente caídos. Las personas transitan en calma pero cargando sus bolsas de víveres y medicinas; es casi irreal creer que no hay destrucción letal que lamentar. Incluso el cielo dibuja tranquilidad, está claro con el color celeste vivo decorado por grandes y hermosas nubes atravesadas por rayos de sol majestuosos.

Jaldev sostiene entre su mano los pequeños dedos de Elle, no pueden creer lo que ven es como si esa ciudad hubiera estado aislada de semejante batalla y bestia como Apep.

-No comprendo.-susurra Elle.

Llegan a pasar frente la calle de un hospital y el estacionamiento está lleno de heridos, quemados y golpeados que no tienen mucha gravedad.

-Pero...-dice Elle sin completar la frase.

-Cada edificio en el país fue restaurado y fortificado no me sorprendería que los heridos son de escasos recursos.-dice Jaldev.

Elle seca una lágrima que recorre su mejilla y continúa su camino hasta llegar a la angosta calle en la que está la casa de su madre. Observa la pared con una construcción rustica una puerta de color rojo y a la par un intercomunicador.

-¿Diga?

-Sofía Webber.-dice Elle de inmediato la puerta se abre y en ese segundo unos brazos la atrapan, unos labios la llenan de besos mientras se escucha un sollozo desesperado.

-Mamá.-susurra Elle llena de felicidad.

Jaldev no logra evitar el pensamiento mezquino de la envidia, desea ser él, por un segundo se permite soñar que al llegar a Caen encontraría a su madre vuelta un mar de nervios por él pero nada es cierto. Ella ya no está, el hueco que ha dejado en su alma nada nunca podrá llenarlo, los recuerdos lo cazarán cada día de su vida pero no le importa, tampoco desea olvidar, quiere revivir cada instante que la tuvo, cada momento que la abrazo, cada vez que sus labios pronunciaron las palabras "Madre" y se permite fantasear con una pequeña heredera que lleve el nombre de su madre.

-¿Jaldev?-dice Elle acariciando su rostro cubierto por una barba muy poblada, lo hace reaccionar pero no dice nada sólo la observa-Ella es mi madre-añade Elle sujetando su mano con fuerza.

-Oh Dios mío.-dice la mujer abrazándolo con fuerza pero él no corresponde el gesto.-Gracias por cuidar de mi hija, pasen no nos quedemos afuera.

Jaldev es atraído por Elle pero se queda fijo como una roca.

-¿Amor?

-Iré a Caen.-responde con seriedad.

-¿Qué?-pregunta en un susurro.

-Necesito saber de Joaquim, saber si está vivo.

-Necesitas dormir, un baño, alimentarte.-dice Elle con cariño.

-Lo que necesito es averiguar si sobrevivió.

-Hijo no hay transportes que te lleven a Caen al menos no a esta hora son casi las cinco de la tarde.

-¿Qué importancia tiene la hora?-pregunta tratando de apaciguar el tono de su voz.

-Toque de queda.-responde con cariño.

-¿Te das cuenta? Nada haces con salir desde hoy.-comenta Elle con dulzura en su voz, Jaldev la mira; es demasiado hermosa sus ojos lo devoran con necesidad, sus labios pronuncian su nombre con tanto amor que casi parece imposible que un amor así pueda existir, el tacto de su piel lo desarma por completo.

El despertar de un imperioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora