Capitulo 9

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Capítulo IX

Un joven dios

Solana y Domink llegan hasta Luxor lugar de palacios y estatuas colosales. Se comunica por medio de dromos con Karnak.

Uno de sus mayores templos fue construido por Amenhotep II y finalizado en su mayoría por el gran Ramsés II.

La historia que hay en cada grano de arena es infinita, sus muros llenos de jeroglíficos narran las hazañas de sus faraones. En Luxor se encuentra el muy conocido "Valle de los Reyes" y el "Valle de las Reinas" lugar en el cual los tesoros son invaluables, no por su valor monetario sino por lo que significan para el futuro de la humanidad.

Solana y Dominik se mezclan entre los turistas que pasean sin temor alguno.

-¿Cómo puede todo estar tan tranquilo?-pregunta Solana.

-Son raíces para la civilización, deben de preservar todo aquello que pueda salvar la raza humana y los conocimientos de los dioses.

Entre la caminata no se percatan cómo llegan hasta dos grandes estatuas de más de dieciocho metros de alto. Los colosos son de Amenhotep II que permanece en una posición sedente con las manos sobre sus rodillas y su mirada altiva hacia el este.

- ¿Hacia dónde?-comenta Solana al tiempo que deja su mirada en el horizonte.-Tebas-susurra.-Aquí, la misma capital del Imperio.

-Hay templos a Osiris-dice Dominik.

-Construidos por Ramsés II ¡eso es! Rammeseum.

Se encuentra frente a Luxor, es un templo de construcción clásica dedicado a su madre. Orientado de noroeste a sureste con dos pilonos de sesenta y ocho metros de ancho.

Extrañamente no hay turistas, y no se percatan en qué momento han quedado solamente ellos caminando entre las majestuosas ruinas, solo sopla un fuerte viento caliente debido a las altas temperaturas. El sol quema y ambos sudan, están sedientos y con hambre.

-Vamos al templo funerario de Ramsés II-comenta la joven adelantándose a caminar.

Dominik la sigue empuñando su jopesh, no baja la guardia pues es demasiado raro que el lugar se encuentre solo.

Al llegar ingresan al templo, solo hay fragmentos de las bases de dos pilonos y otro de un dorso que mide diecisiete metros de alto, a la izquierda está el palacio real y al fondo estatuas del faraón.

Caminan hasta la parte interna dónde fue construido para Osiris.

La arena por la que caminan es amarilla y Solana siente desmayar debido al calor.

-¿Amor?-dice Dominik tras ella.

-Al fin llegan.-dice un hombre joven de piel canela, cabello negro con rulos, ojos color miel. Alto y delgado, con facciones masculinas y atractivas.-Me llamo Akram, en esta vida claro-añade con amabilidad.

-¿Osiris?-interroga Dominik.

-Un gusto Dom-dice con una sonrisa-¿Puedo llamarte así?

-Por supuesto.

Solana sonríe, siente una paz infinita. Todo a su alrededor pareciera brillar.

-Creo que pasaremos la noche aquí.-dice Akram.

-Aún es temprano.-responde Solana-Debemos volver, te necesitamos y...

-Lo sé e iré con ustedes pero la noche no es segura. Las arenas del desierto cobran fuerzas en la oscuridad.

-Seth-susurra Solana mientras Dominik tensa su cuerpo.

-Así es.

-¿Cómo es posible?-pregunta Dominik alzando las manos, haciendo alusión a lo solitario del lugar.

El despertar de un imperioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora