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Noticias inesperadas ***
Mi respiración comienza agitarse, casi como si hubiese corrido una maratón. Siento que estoy temblando, me siento como una adolescente asustada por su primera cita.
¿Qué rayos me pasa?
—Tranquila Serenay, sólo es un mensaje. —me tranquilizo a mi misma, pero sé que no me servirá.
Temblando oprimo el mensaje y éste se abre en un instante. Doy un gran suspiro sin mirar la pantalla y luego lo veo.
Señorita Renaldi, no creí que te encontraría tan rápido pero gracias a tu like...
—¡Que estúpida soy!
...aquí estoy. Quería decirte que me encantaría contactarme con la editorial de la revista en la que trabajas para ofrecerme en que me hagan una entrevista sobre la última película en que trabajé. La verdad me encantaría, además de volver a verte, con mi más sincero respeto. Saludos cordiales y espero su respuesta.
—¿Pero qué acabo de leer? Este tipo está loco y la verdad no le contestaré. Claro que no. —niego.
—¿Con quién habla la gruñonsita? —mi hermana entra a mi cuarto y de la desesperación salgo y bloqueo mi celular.
—Nada, solo cosas de trabajo. Vamos a prepararnos para ir a la casa del abuelo.
Me levanto de la cama ignorando a mi hermana y me dirijo al closet para buscar qué ponerme. Opto nuevamente por un jean roto y mis botinetas.
—Isissssss
—Estoy aquí hermanita.
Me giro y me la quedo viendo, revoloteo mis pestañas, me conoce así como yo la conozco a ella.
—¿Qué quieres?
—Me prestas la blusa que te ibas a poner ayer, por faaaaaavor... —canto.
—Claro, después de lo que hiciste por mi te daría hasta mi alma. Esta allí sobre esa silla. —señala la silla que esta en un rincón.
—Gracias, te amo.
—Yo igual, iré a despertar a mamá y luego me ducharé. —responde y sale de la habitación.
Termino de cambiarme, me coloco la blusa y me pongo un saquito de lana gris. Ya saben que amo los sweaters y saquitos de lana, son mi debilidad. Al igual que los collares, me pongo uno y arreglo un poco mi cabello. Tomo mi chaqueta, mi cartera y el móvil.
