∆ Capítulo 15: Dios, ¿qué tienes con...

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Dios,  ¿qué tienes con los ascensores? ***

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Dios, ¿qué tienes con los ascensores? ***

Durante el viaje de vuelta a al apartamento hablamos sobre uno de los actores que él admira, por así decirlo, Jack Nicholson. Él explica que su forma de actuar le encanta, siente que Jack es él mismo en sus películas. Y que además aún no ha tenido la oportunidad de conocerlo o de trabajar con él pero que le encantaría.

Yo le comento que también me gusta como actor y sus películas; y que en un momento de mi vida llegué a entrevistarlo y en el momento que me observó con ojos de admiración y con una gran sonrisa en mi interior volví a sentir ese algo que me encanta.

Una vez que llegamos a la puerta del edificio siento incomodidad por que no se si es correcto invitarlo a pasar luego de una cena y si lo invitara para qué sería exactamente. Bajo del coche y él también lo hace así llegamos juntos a la entrada.

—Supongo que nos deben estar fotografiando. —digo casi en un susurro mientras ajusto mi saco.

—¿Tú crees? —pregunta Seb recorriendo  su alrededor con sus ojos, yo asiento segura—. ¿Quieres que le demos motivos para que hablen?

Mi ceño se frunce en un desconcierto. ¿A qué venía su pregunta? En un abrir y cerrar de ojos me toma mi mejilla y su mirada se oscurece.

Oh no.

¿No querrá besarme? ¿O si?

¿Lo dejo? ¿O no?

—Sebastian... —no término de hablar y se acerca a mí lentamente para besarme.

Un cálido y tierno beso es depositado en mi mejilla mientras mis ojos permanecen cerrados. El beso es muy cerca de mis labios y agradezco internamente controlarme ya que el aroma que desprende de su cuello me haría hacer cosas muy impulsivas.

Hay tensión entre los dos y se nota.

—Adiós Serenay. —dice soltando mi barbilla.

—Adiós Sebastian.

Él se aleja hacia su auto y yo entro al edificio. Aún me siento algo nerviosa por lo que acaba de suceder, tal vez esté exagerando un poco pero ha pasado un tiempo de que un hombre me mire así como lo hace Sebastian, y no lo digo de la forma obscena si no con ternura, calidez y deseo, o eso es lo que yo interpreto. Me detengo a pedir el elevador y doy un suspiro.

No voy a mentir pero en mi interior sentí unas unas inmensas ganas de besarlo y no lo hice por que sé que hubiese sido imprudente.

La puerta del ascensor se abre y yo entro en él. Me giro y marco para subir pero antes de que la puerta se cierre Sebastian entra y me observa algo agitado. Hay un pequeño silencio, una pausa o el mismísimo tiempo se detiene. Su mano se dirige a mi mejilla y con el pulgar acaricia mi labio inferior. No dejo de verlo y sé que observa mi boca.

Todas quieren un Sebastian | ♡ Sebastian Stan ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora