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Kira caminaba con nerviosismo por la salida del metro hacia el paseo que le había indicado Hiro, había tratado de arreglarse lo mejor posible, pero tenía miedo de no ir lo suficientemente bonita para él. Se sentía desorientada caminando entre tanta gente y tan rápido, pero comenzó a sentir calma al escuchar las suaves notas del violín desde lejos, tocando una dulce canción de cuna. Se dejó guiar por la música hasta llegar a un costado donde había mucha gente reunida escuchando, caminó por unas de las orillas hasta dar con la pared y se dió paso hasta llegar a la primera fila, donde se encontraba Hiro tocando con la capucha puesta.

Aunque al joven no se le podía ver el rostro, se podía sentir el sentimiento y dedicación que le ponía a la simple pieza, sintiéndose el cariño y conmoción que le provocaba. Kira exhaló suavemente y se llevó una mano al pecho, sintiendo como le costaba un poco tragar saliva y observó a la gente, quienes a algunos ya les corrían lágrimas por sus mejillas; la pieza terminó de manera suave con un vibrato dulce, dejando que el sonido se desintegrara.

- gracias por escuchar -dijo suavemente, sacando el violín de su lugar y se dió vuelta, dejó su violín y arco en el piso para tomar una botella de agua, abrió esta y comenzó a tomar. Kira sonrió y caminó suavemente donde su amigo, tocó su hombro y este se giró, subiendo un poco su capucha.

- hola, Kira-chan -dijo con una leve sonrisa, para estirar su brazo y cruzarlo por el hombro de la menor, rodeándola y acercándola a él para dejarle un dulce beso en su frente.

- hola, Hiro -dijo con un poco de timidez, viendo como dentro del estuche de su violín le llovían monedas y billetes- creo que te va bien en esto -le dijo y miró denuevo a su amigo, quien notaba como se dispersaba ya la gente.

- sí, gano bien con esto -dijo y le tendió su botella a Kira, quien negó con su cabeza y ambos se sentaron con calma en un pequeño escalón que tenía la acera, ambos miraron como se fue la gente hasta que quedó vacío.

- tocas precioso, Hiro -le murmuró suave la chica y observó como sacó el gorro de su cabeza, liberando sus rizos y su mirada rubí algo fatigada.

- no es para tanto, solo es práctica -dijo con una sonrisa pequeña y tomó su estuche, para comenzar a contar el dinero, Kira sonreía con dulzura al verlo concentrado, Bakugou fruncía levemente su entrecejo y se mordía el labio con las paletas, marcando estos al mínimo.

Había veces que ella no sabía como sentirse con respecto a Hiro, siempre sentía algo calentarse en su pecho y ese extraño cosquilleo por todo su cuerpo cuando lo veía y este le sonreí dulcemente, tal fue su extrañeza y su ingenuidad que decidió contarle a su hermana, y esta de manera fría le dijo que todas se sentían así con respecto a Bakugou, que simplemente era un extraño despertar sexual por la cual todas las chicas debían pasar y ella era solo otra víctima de Hiro. Pero Toshiki no lo sentía solo como un despertar sexual, debía reconocer que sí imaginaba a Hiro acorralándola contra la pared o cosas así, pero eso no era su prioridad en su cabeza, lo que le confundía realmente era cuando le sonreía y le trataba con cariño.

- murmuras igual que mi madre, Kira -susurró de manera suave el peliverde, escuchando como la chica de ojos violeta hablaba entre dientes- ¿qué es lo que murmuras? -dijo él y giró su cabeza, viendo como ella seguía absorta en sus pensamientos, dejando al aire palabras incoherentes para él.

May luego de despejarse decidió ir donde su amigo y pedirle perdón, estaba dispuesta a finalmente confesarle sus sentimientos, a admitirle que me gustaba desde pequeños y que quería que fueran novios. Caminaba con decisión al lugar donde tocaba violín su mejor amigo, pero su caminata fue haciéndose cada vez más lenta hasta detenerse al ver a su amigo con la chica de primer año enganchada de su cuello, uniéndose en un dulce beso.

Por la mente de la rubia pasaba ese capítulo de "Los Simpson" cuando Lisa le rompió el corazón a Rafa, sintiéndose estúpida al sentirse como el pequeño en el cual tenían la inagen donde le rompían el corazón, si alguien la hubiese grabado, podrían haber sacado la misma imagen. Con un suspiro se dió vuelta y comenzó a caminar rápido, por su cabeza se le cruzó la idea de que escucharía a Hiro llamándola y le diría que no es lo que cree, esperó eso hasta que se subió al tren y tomó asiento, pero nunca llegó Hiro a excusarse. Se había mantenido firme hasta que entró a su casa, más en cuanto lo hizo y se sacó los zapatos, rompió a llorar con un grito desgarrador, provocando que sus padres llegaran casi corriendo del cuarto y ya semidesnudos.

- May, amor! -le llamó Denki, arrodillándose al lado de su hija que se encontraba sentada en el piso de manera inerte, lagrimeándole al piso.

- May -le llamó Kirishima, sentándose al lado de su esposo y estiró su mano al rostro de su hija, tocó suavemente la mejilla y masajeó esta con su pulgar, haciendo que ella alzara su mirada y se clavara en sus ojos.

- estaba besando a otra -les lloriqueó a sus padres y dejó caer su cabeza en el hombro del pelirrojo, tratando de hacerse bolita contra él.

Ambos padres se miraron aproblemados, su hija aumentaba la intensidad de su llanto mientras comenzaba a temblar.

- amor -susurró suavemente el rubio, haciendo que su hija le mirara- ambos sabemos, no, los tres sabemos que un corazón roto no es fácil de sanar, es muy doloroso -le dijo y llevó una mano a la espalda de la joven, comenzando a acariciar esta con dulzura- pero es algo por lo que todos debemos de pasar, y no vas a estar sola en esto, nos tienes a ambos para ir a golpear a esa persona y luego arroparte, así que llora tranquila -le dijo, estirándose a besar la frente de la más joven, logrando que se relajara de manera notoria.

BakugouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora