(🍒) Epílogo

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Las cosas habían empezado a marchar bien para YoonGi al estar de nuevo en Daegu, a veces los recuerdos lo atormentaban pero prometía dejarlo pasar y concentrarse en su futuro.

Había conseguido trabajo en una hermosa cafetería llamada: «Magic Shop» Esta era muy bonita y acogedora, el dueño de la misma, llamado NamJoon era muy amable con él al igual que las personas que acudían regularmente también se habían encariñado mucho con el chico de tez pálida. Pero, al llegar la noche, cuando regresaba a la soledad de su nuevo apartamento (por qué ni loco iría con sus padres de nuevo) deseaba tener los brazos del moreno alrededor de su cintura y oír su voz susurrarle cosas tan bonitas cómo todas las noches, aunque le costase un mundo admitirlo extrañaba mucho a TaeHyung, sus caricias, su forma de ser, definitivamente el moreno había dejado una marca permanente en su piel que no se borraría con facilidad.

-¿Qué estarás haciendo en estos momentos, TaeTae?-Se preguntó a sí mismo observando la luna brillar desde su ventana. Pensó que tal vez TaeHyung lo extrañaba tanto de igual manera e iría a buscarlo, pero nunca fue a buscarlo. Tal vez era momento de olvidar lo qué una vez fueron los sentimientos hacia Kim.

Y así pasaron los meses en donde YoonGi vivió en Daegu, claro, por qué luego regresó a Seúl con la intención por más mínima que sea de volver a ver a TaeHyung, y lo hizo. Cuando volvió a establecerse como trabajador en una pequeña cafetería, lo vio, tan atractivo como siempre con aquel artículo de oro reluciendo en su dedo y sonriendo al chico qué estaba sentado frente a él, quién se sorprendió al verlo.

-Hola YoonGi, tanto tiempo ¿No?-Preguntó Hoseok sin darse cuenta de la notoria tensión entre Kim y Min.

-Sí, mucho tiempo. ¿Qué van a pedir?-Sacó la libreta y tomó el lápiz que descansaba en el bolsillo de su pantalón de uniforme para anotar la orden de la pareja, luego se alejó para ir a pedirla a la cocina. Sintiendo mareos cuando los vio sonreírse y besarse con amor.

Y sí hubiera dirigido su mirada a TaeHyung unos minutos antes pudiera haber leído a la perfección el suave: «Eres hermoso» qué este emitió.

Sin embargo, YoonGi volteó y se fue de allí rumbo a la cocina con un sentimiento creciendo en su pecho.

Tal vez era envidia, después de todo Hoseok se había quedado con la persona que él amaba. Pero descartó esa opción, no era envidia lo que sentía, era más venenoso y recorría sus venas buscando obtener lo que necesitaba.

Venganza.

Un sonido irrumpió sus pensamientos, era su celular. Al verificar quién le llamaba su cara de sorpresa era digna de una foto sin embargo contestó.

-Hey, estoy en uno de los baños, para qué Hoseok no me oiga hablar contigo, me preguntaba si podíamos vernos uno de estos días. Necesitamos hablar de tantas cosas y...¿YoonGi? ¿Estás allí? ¿Me oyes?-La voz de TaeHyung sonaba tan lejana, YoonGi seguía perdido en sus múltiples pensamientos vengativos que apenas y podía pronunciar una palabra.

-Lo siento, el antiguo YoonGi no puede contestar ahora ¿Por qué? Oh, por qué está muerto.-Dijo antes de colgar la llamada, lanzando su celular por la ventana. Sí, poco le importaba aquel artefacto. Si quería empezar su plan debía borrar contacto con todos.

A la mierda le gentileza.

¿De qué sirve ser una buena persona en este mundo? Todos te usan a su propio beneficio y luego te dejan a un lado cómo un juguete viejo. No, YoonGi ya no iba a ser ese tonto enamoradizo que se dejaba de todos.

Ahora él iba a cambiar.

Él iba a poner las reglas en su juego.

No dejaría que nadie vuelva a jugar con su corazón de esa manera, se escondería bajo una máscara de chico malo para qué no le lastimaran de esa ni de ninguna manera.

Él quería venganza.

Y la iba a obtener.

Pero, ve con cuidado querido YoonGi.

Existe el karma.

Y no dudará en cobrar.

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PLAYBOY. ─TAEGI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora