Capítulo 4

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Cap. 4
En la bahía de White Cap Bay...
Mairyn le levantó el castigo.
- Ya puedes quedar libre, Gilian, pero no vuelvas a meterte en problemas.
Gilian agradeció y luego fue tras la sirena.
- Gracias...oye, Mairyn...
- Dime...
- ¿Por qué no deben acercarse a los humanos las sirenas?
- Porque los humanos son crueles...y nosotras también.
- Pero no todos lo deben ser- insistía Gilian.
- La mayoría sí, Gilian, además, algunos han conquistado a las nuestras a base de engaños para sacarles las lágrimas y dejarlas morir al sol...
- ¿Y las sirenas se han enamorado de los humanos?
- Sí...y lo han pagado caro.
- ¿Por qué?- volvió a preguntar.
Mairyn aclaró.
- Escucha bien lo que voy a decirte, Gilian. Si una sirena se acuesta con un humano, tiene que volver inmeditamente si no quiere morir. Ahora, si la sirena abandona el mar en noche de luna llena, tiene tres días para volver. Si no, morirá.
Gilian estaba asustada. Pero su convicción era firme.

Jack trató de llevarse a Gilian pero como no estaba totalmente vestida iba a ser muy extraño y llamaría la atención.
- Espera aquí, no te muevas.
- ¿Olvidas que no puedo?
- Está bien; ya regreso.
Jack se marchó y volvió al Perla para buscar algo de ropa sin ser visto.
Le costó bastante volver pero al fin lo logró.
- Mi gente está por reunirse- comentó.- vístete cuanto antes.
La sirena notó que Jack permanecía mirándola.
- ¿Podrías...?
Jack entreabrió los labios.
- Oh, ya veo, perdón...la costumbre.
Aquel gesto de la sirena lo divirtió. Pero sus formas aun estaban en su memoria.
- Ya puedes volverte, Jack.
Cuando la miró se veía realmente hermosa.
- Luces como toda una dama. Ahora ven, tenemos que volver.
Al llegar, pidió a su gente que lo ayudaran a subir.
Gibbs era el más extrañado.
- Jack, ¿y esta chica?
Él la sostuvo con cuidado y les habló.
- Les presento a la princesa...
- Gilian- dijo ella.
- La princesa Gilian está sola...su navío naufragó y piratas los atacaron, dejando muertos a sus padres. Quedó sola en el mundo...e indefensa porque...no puede caminar.
La tripulación se conmovió.
Gibbs observó.
- Pero...va contra nuestras reglas llevar una mujer a bordo, Jack.
Sparrow comentó.
- No queremos problemas con la armada, ¿cierto? Así que cuidaremos de ella hasta llevarla a lugar seguro.
- Mi padre tenía muchos tesoros en la isla de Saint- Marie- dijo Gilian.- Si me llevan hasta ahí, les daré un gran tesoro.
Jack se preocupó. ¿Sería cierto lo que Gilian había dicho?


El tesoro de Saint-Marie (o la Isla Bonita)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora