《HanChul》Sexo, Mafia y Amor

Capitulo 3.

  "Más que sus ojos, su mirada. Miraba como queriendo decir algo y no diciéndolo"

                                                                 -Mario Benedetti.

Vestía tan informal que uno podría no reconocerlo a no ser por esa mirada observadora y cautelosa que lo dejaba al descubierto. Era inconfundible. Nuestras miradas se encontraron y tardaron más de lo que me hubiera gustado. Traía pantalones deportivos y una playera sin estampados en color gris. Los tipos que venían con él por más informal que quisieran parecer no lo conseguían. Ahí estaba el pelirrojo. Me saludó con un levantamiento de cabeza y fruncí el ceño. ¿Desde cuándo intercambiamos saludos así?.

—Pensaba cenar tranquilamente, pero veo que mi noche acaba de ser arruinada —solté queriendo molestarlo.

—Siento hacerles esperar —Donghae agitado se dirigió a ellos. Percibió la tensión que había entre nosotros.

—Dejemos nuestra cena para otro día —le dije a Donghae que se mostró confundido. No quería estar más tiempo aquí con el señor Jang alrededor.

—No era mi intención, Heechul —su voz fue un susurro y me molestaba.  —Si me permite tengo reservado el VIP, sería un honor que me acompañe —. Solté una risa llamando la atención de los demás comensales.

—Si se trata de un truco para volver a la organización de su evento, está perdiendo su tiempo.

—Entonces... —se acercó a mí y su voz bajó unos dos tonos, —deja que lo convenza para otra cosa —dijo en complicidad.

¿Qué le pasaba a este hombre?. Mi cuerpo tuvo una respuesta para su propuesta, me maldije porque no quería que se dieran cuenta. No puedo aceptar esta invitación, mi instinto me lo dice y nunca me equivoco. Para mala suerte no siempre le hacemos caso al cerebro y mi corazón...hace tiempo que lo dejé fuera del juego.

—Heechul —Donghae interrumpió y agradecí por eso — necesito hablar contigo. Disculpen.

Me hizo un gesto para que lo siguiera a la cocina. Estaba muy serio y eso no era muy normal en él. Miró unas cuantas veces hacia atrás y supe a dónde o mejor dicho a quién iban dirigidas esas miradas. Sonreí.

—¿Quiénes son esos hombres?

—No sé mucho sobre ellos o mejor dicho sobre él —. No era el mejor momento para hablar de eso, además no me apetecía.

—¿Se han acostado?

—¿Qué? No —, me miró inquisitivamente —Lo juro. Al parecer el chico que te gusta trabaja con él.

—¿Cómo se llama? —preguntó un poco ansioso para parecer molesto. Me encogi de hombros, soy malo recordando. —Como sea, el otro tipo no me agrada demasiado, pero al parecer tú a él sí.

—¡Que se joda! —exclamé.

—Soy chef y sé cuándo una comida está a punto de quemarse —Entendí perfectamente su indirecta y tuve la sensación de que estaba en lo cierto.

—Bueno, veamos si ese arroz no termina de quemarse hoy —Me di la vuelta y salí de la cocina en dirección al señor Jang. Soy un fácil de closet.

Sus acompañantes se levantaron de sus sillas al mismo tiempo que él. Les hizo una señal para que volvieran a tomar asiento y me dirigió una sonrisa de satisfacción, la primera de la noche. Al contrario, por mi parte sólo podía dirigirle miradas cargadas de altivez porque no iba a permitir que una sonrisa, que una cara bonita venga a ponerme nervioso. En su mirada se notaba el triunfo. Me cuestioné si estaba haciendo lo correcto, quizá después de esta noche no habría marcha atrás y a pesar de saberlo, la tentación; eso que yo sentía que era prohibido, es lo que me hacía caminar a él y aceptar su invitación a cenar.