Capítulo 4.

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"Mis ganas de ti no se quitan, se acumulan"

¿Acaso escuché bien?

Mi pene reaccionó ante tal afirmación, porque ni siquiera estaba preguntándome, más bien me aseguraba lo que iba a pasar en este momento. Sus ojos reflejaban todo el deseo que tenía y lo que más me excitaba es que era por mí. A la mierda mis políticas de no acostarme con un cliente.

Di la iniciativa y volví a besarlo, esta vez sería a mi manera. Sus labios eran suaves, me gustaba la forma en la que se movía, en la que podía morderlo. Algo dentro de mí me decía que no fuera tan lejos o todo se saldría de control. Y es que ¡todo ya estaba fuera de control!

Sus brazos me rodearon y me atrajeron más hacia él, tanto que estaba seguro que podía sentir mi erección, debería estar avergonzado por demostrarle cuanto me excitaba y la manera en que mi cuerpo reaccionaba a su tacto, pero es que ya no me importaba, no cuando iba a obtener lo que ambos queríamos.

¿Valdría la pena haber roto mis reglas? Lo iba a averiguar.

Sentí su mano meterse debajo de mi camisa, subía y bajaba por mi espalda; acariciándola. Mis manos fueron a su pecho y me aferré a su playera, sentí un leve dolor en las muñecas debido a como me tenía antes, pero en ese momento la verdad me importaba poco. Realmente iba a hacerlo con este desconocido, iba a pasar y en el restaurante de Donghae, solo el pensamiento de que pudieran vernos me excito más y caí en la cuenta de que estaba loco.

Cortó con el beso y me miró con el entrecejo fruncido. Lo miré dudoso, se separó de mí y arregló su ropa.

—Debes irte —. Su voz ronca que hizo vibrar mi cuerpo. Fue lo único que dijo y arruinó todo. Sentí como la bilis recorría me subió, toda esta maraña para nada. Se dio cuenta de mi cambio porque iba a decir algo, pero lo detuve.

Fui yo quien se apoderó de sus labios y con una fuerza que no sabía que tenía lo lleve hasta un mueble. No me iba a quedar así.

Pude notar la indecisión por parte de él, pues no me tocaba y eso me molestaba aún más, conmigo no iba a jugar, no en ese sentido. Sin que salga de su estado de shock fui desabrochándole los pantalones, agradecí que no me detuviera o no sé cómo reaccionaría. Liberé su pene; duro y erecto. Miré con hambre la cabeza roma toda sonrojada por la actividad.

En menos de un segundo yo estaba debajo de él y me sostenía las manos con tanta firmeza que no podía moverlas. Su respiración era agitada y noté un destello frustración, destello y hambre; el hombre había vuelto.

Soltó mis manos para que pudiera deshacerme de mis pantalones, detuvo su mirada admirando mi pene, sentí un leve calor en las mejillas porque no estaba acostumbrado a que me observen ahí detenidamente.

—Me dejas sin palabras, Heechul. Date la vuelta —ordenó. Hice lo que me pidió. —Ahora ponte de cuatro.

El tono de su voz era tan sexy y demandaba poder que yo no estaba para desobedecer, me sentía diferente con este hombre, pues le cedí el control y no era desagradable.

Normalmente a mis parejas sexuales yo les decía que hacer, pero que él lograra ese efecto en mí me tenía hipnotizado. Sin aviso y sin cuidado sentí dos dedos jugando en mi entrada, respiré profundamente mientras él jugaba conmigo.

—Tenemos que improvisar —dijo entre dientes. Escuché como escupió en sus dedos y luego comenzó a tantear mi entrada hasta que logró meter esos habilidosos dedos en mí. Dejé escapar un gemido entrecortado.

Me sostuvo las caderas para que no me moviera. Sacó sus dedos y mi agujero se cerró a la nada. Escuché el sonido de un plástico rompiéndose y agradecí que tuviera condones con él. Empujé mis caderas hacías atrás para darle a entender que estaba listo, no me decepcionó cuando sentí la cabeza de su pene presionar contra mi entrada.

《HanChul》Sexo, Mafia y AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora