V - REENCUENTROS

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- Erza, ve tú y un grupo de mujeres a recolectar comida, Levy y Lucy preparar lo que necesitéis para curar a los heridos. Guerreros, recoger los cuerpos. Apilar los cuerpos enemigos, quiero sus cabezas en unas barcas con las que vinieron y sus cuerpos en las otras. Quiero un recuento de los daños, quiero saber cuántas cabañas, comida y hermanos hemos perdido.

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Cada uno fue a su tarea asignada. Yo fui a ayudar a recoger los cuerpos. Tumbamos los cuerpos de nuestros caídos en fila. Para que sus familias pudieran despedirlos y los enemigos en un montón. Como les ordené, separaron sus cabezas y las apilaron en una de sus barcas yo personalmente fui quien puso la cabeza de su líder, Bora, pinchada en una lanza que resaltaba entre el resto. Sus cuerpos iban en otras barcas y dos de nuestros hombres las encaminaron al norte para hacérselas llegar. Al hacer esto busqué a mi hermano.

- Gajeel, reúne a tus mejores hombres y ven a buscarme a la cabaña de padre. – Este asintió. – Levy y Lucy curar a los heridos en una cabaña. Erza asegúrate de que todos tengamos algo que llevarnos a la boca esta noche. No dejaré que aquellos que han sobrevivido a esto mueran de hambre.

Silver se acercó a mi entonces y posó sus labios en mi frente.

– Se acabó. Eres muy fuerte Juvia. Estoy orgulloso. – Lo miré y lo abracé. Me separé después y me fijé en la herida de su brazo.

- Silver, ven ahora a la cabaña de mi padre, te curaré la herida.

- Juvia, esa es ahora tu cabaña. – Dijo serio mientras agarraba mi brazo. Yo solo aparté la mirada y miré detrás de mí, giré para irme. Aquel joven guerrero de ojos grises estaba ahora justo delante mío.

- ¿Gray? – Dijo Silver. – ¡Gray! – Lo cogió del brazo y lo acercó a él para abrazarlo olvidando que yo estaba en medio. Me estrujaron entre ambos pegando mi cara en el torso bien formado de aquel joven. No podía hablar debido a que mis labios estaban contra uno de sus pectorales. Silver soltó el agarre y se alejó un poco, me hubiera caído si no fuese por el agarre de aquel desconocido que me sostuvo de la cintura.

- Mi chico y mi chica juntos, no puedo ser más feliz. – Decía Silver soltando una lagrimilla mientras nos miraba.

- ¿Qué? ¿Él es tu hijo? – Dije mientras me apartaba de él.

- Si Juvia, él es Gray. Mi hijo. – Miré a ambos y lo cierto es que si se parecían. Solo que Gray era más joven y atractivo y su mirada, no sé qué tenían sus ojos, pero creí perder la noción del tiempo en ellos. Reaccioné debido a que Silver me cogió por los hombros con uno de sus brazos y con el otro cogió a Gray.

- Gray, me alegro mucho de que estés aquí y estés bien. No sabes las ganas que tenía de verte y de presentarte a esta chica. Te va a encantar. – Decía con entusiasmo. Mostré una sonrisa sutil y busqué la mirada del joven que no dejaba de mirarme. Me solté y me coloqué delante de ellos haciéndoles parar.

- Debo ir con mi hermano, venir a la cab... mi cabaña, os curaré las heridas. Les dije y me fui. Entré a la cabaña y preparé los utensilios y las medicinas necesarias para curarlos.


Entró mi hermano primero, y después de observar que todo estaba bien les hizo una señal a sus guerreros para pasar. Quienes al pasar se sentaron en frente mío, unos al lado de los otros sin apartar la mirada de mí. Entonces entraron Silver y su hijo y ambos se sentaron junto con los otros. Fui hacia el primero arrodillado a la derecha. Me arrodillé frente a él y coloqué las medicinas a mi izquierda.

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