Blue Warrior

VIII - PROPOSICIONES

- Sabes Natsu, me halaga que te preocupe tanto mi integración en el grupo y creo que realmente tienes razón. – Al escuchar esto Natsu cambió su expresión. Yo comencé a quitar mis prendas frente a ellos. Después de todo cuanto pasé, mostrar mi cuerpo no era algo que me preocupara realmente. Dejé al descubierto mis cicatrices. Mis heridas eran una muestra de mi dolor, de mis esfuerzos y de mis batallas. No era algo que pudiera avergonzarme. Avancé a pasos lentos tocando el agua con los pies hasta que el agua cubrió mi desnudez hasta mi escote. Gajeel parecía que fuera a explotar. Quería matar a todos sus guerreros que estaban únicamente observando mis movimientos. Natsu se puso rojo y se metió en donde cubría el agua. Pensé que era algo normal, ya que todos estos fuertes guerreros y a día de hoy hombres, jamás habían visto a ninguna mujer desnuda. Puesto que los reclutaban desde los doce años. Alejados de ¨toda distracción¨.

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POV NORMAL.

En el momento en el que Juvia se desnudó, la cara de aquellos guerreros comenzó a teñirse de rojo, por no mencionar otro tipo de reacciones en sus cuerpos que gracias al agua que los rodeaba quedaban cubiertas. La mirada de Gajeel hizo que más de uno de ellos se diera la vuelta para no mirar a la muchacha, pero para algunos, un pelinegro entre ellos, aquello era imposible

POV GRAY.

No es que hubiera visto muchas mujeres denudas, aun no teniendo con quién comparar, aquella muchacha era perfecta. Tenía la piel blanquecina y parecía ser tan suave como la piel de un niño. Su melena azul dejaba caer finos mechones sobre su delantera. Sus pechos no eran precisamente pequeños y conservaban su posición perfecta. En el momento en el que los pies de Juvia empezaron a sumergirse en el agua sus pezones se endurecieron llamando la atención más de lo que antes lo hacían, su vientre era plano y dejaba ver las marcas de abdominales. Su cintura pequeña era perfecta para ser rodeada por unos fuertes brazos como los míos, sus caderas con sus ligeros movimientos marcaban el ritmo de mis latidos. Su pubis lucía descubierto, sin casi rastro de vello en él, algo que era extraño entre las mujeres de la aldea, pero desde luego aquella mujer no era como el resto. Aquella mujer me iba a dar problemas y mi entrepierna también lo sabía. La única imperfección que aquella muchacha podría tener eran sus cicatrices, tenía muchas más que la mayoría de nuestros hombres guerreros, pero aquellas marcas no le quitaban ni un poco de la sensualidad que la muchacha poseía sino al contrario y sin entenderlo me hacían tener ganas de rozarlas con mis labios seguido de mi lengua para poder mimarla un poco sobre el dolor que simbolizaban. Me tenía hipnotizado. No podía apartar los ojos de ella y sus movimientos hasta que Natsu vino hacia mí.

- ¡Ehh! ¿Cara hielo que te ocurre, es por Juvia verdad? – Me dijo sonriendo. – La verdad es que a mí también me ha dejado impresionado. –Me pasó el brazo por los hombros, yo los mantenía cruzados sobre mi pecho y ambos quedamos mirando a la joven de frente. - ¡Menudas curvas! Y por no hablar de sus tet... - Antes de que terminara me solté y le planté un puñetazo en la cara.

- ¡No te atrevas a mirarla así! – Le dije serio, sorprendiéndome al instante a mí mismo por decir aquello.

- Tranquilo, intentaré no mirar mucho a tu novia. – Dijo burlón pasando su mano donde lo golpeé. Juvia levantó la mirada para vernos, ella y su sutil sonrisa. Se giró y siguió nadando un rato más. Gajeel consiguió echarnos a todos antes de que Juvia saliera del agua para no poder verla desnuda otra vez, cosa que aun que era algo que quería volver a vivir, me alegró. Sin entender muy bien el por qué, me molestaba que los babosos de mis hombres se deleitaran mirando su cuerpo.