• No entiendo que hemos venido a buscar. ¿Qué clase de sitio era este? - Me giré para ver el rostro de Gray.
• Solo estábamos aquí para entrenar. Recojamos cuanto antes para poder irnos. – Dijo apartando su mirada de la mía.
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No todas las cabañas estaban en buen estado, así que recogimos solo las mejores telas y canastos. Guardamos las armas que quedaban allí y algunos escudos. También algunos utensilios de cocina y algunos troncos que seleccionaron. Cargamos y equipamos a los caballos con todo el material recogido y nos marchamos de vuelta.
Fui más hábil en esta ocasión y me coloqué sola en uno de los caballos.
Había nieve y estaba oscureciendo. De repente escuché algo.
• PARAD. –Dije frenando mi caballo. Cerré los ojos y visualicé lo que escuchaba.
• Algo se acerca a gran velocidad. Son varios. – Predije.
Gray bajó de su caballo y se giró en dirección del ruido.
• Sigamos el camino no podemos pararnos aquí. – Dijo Laxus, siguiendo el trayecto.
Aquella cosa que corría estaba muy cerca. Y la nieve empezaba a caer más espesa de lo acostumbrado.
Un aullido llamó mi atención y a continuación, una manada de lobos corría por nuestro lado en dirección a Gray.
No se pararon y siguieron corriendo, pero Gray sacó su cuchillo e hirió al último de ellos que pasó por su costado. Este cayó al suelo entre llantos y tiñó la fina capa de nieve que cubría el suelo en un color carmesí.
• Esos lobos huyen de algo. ¡Correr, vamos! – Dijo Rogue mientras agarraba las riendas de mi caballo y lo hacía correr.
Avanzamos unos metros cabalgando en dirección a casa.
Aquel momento estaba ocurriendo demasiado deprisa y no podía pensar. Miré hacia mi derecha y pude ver al causante de aquel jaleo.
Un oso. Un gran oso que se movía persiguiendo a la manada. En ese momento pude reaccionar e hice que Rogue soltara mi agarre.
Paré.
• ¿Qué estás haciendo, Juvia? – Preguntó Rogue.
• Un oso. Es un oso. ¿Dónde está Gray? – Pregunté buscándolo con la mirada. Gray no estaba.
• ¡Juvia no te preocupes Gray volverá! – Grito Laxus sin parar de cabalgar.
• Volver vosotros. Voy a buscarlo.
• Juvia, si ese oso ha llegado donde él es probable que este muerto. – Comentó Rogue agarrándome del brazo.
• Proteger las provisiones. Voy a buscarlo y volveré con él. – Me solté de él y cabalgué en dirección a Gray.
Gray ya no estaba allí. Y el lobo que hirió ahora estaba descuartizado. Seguí las huellas en la nieve de aquel gran animal hasta llegar al campamento de la cima. Vi sangre en la nieve y escuché unos gritos.
Bajé del caballo y me equipé mi arco y mis flechas. Gray estaba herido frente aquel animal. El oso también sangraba pero Gray solo tenía un cuchillo para defenderse. Aquellos lobos lo habían herido, pero no llegaron a atravesar sus puntos vitales.
Preparé una de mis flechas y apunté a la gran masa de pelo consiguiendo atravesar una de sus heridas en el costado. Este se quejó y giró para verme. Gray me vio entonces y aprovechó la distracción del animal para acercarse con su cuchillo y perforarle en el pecho. El animal era rápido y arremetió un zarpazo hacia Gray mientras se quejaba.
Vi como Gray caía al suelo y acercándome a él volví a cargar mi arco apuntando esta vez a la herida que este le había provocado. La flecha dio en su blanco y atravesó la piel de la bestia. Que levantó su cuerpo agonizando. Volví a lanzarle una y otra flecha para asegurarme y aquel oso cayó sobre la nieve. Corrí hacia el animal, y clavé mi puñal varias veces asegurándome de que por fin estaba muerto. Gray, permanecía inconsciente en el suelo.
No despertaba. Pero su pulso seguía vivo. Lo arrastré como pude hasta una de las cabañas que seguían intactas y empecé a quitarle la ropa para observar sus heridas.
Tenía varias heridas superficiales, pero una en su pecho era la que me preocupaba. Era algo más profunda y debía llevar un tratamiento para poder curarla. Estaba muy caliente y sudaba.
Me levanté y corrí hacia mi caballo llevándolo al establo para asegurarlo y cogí las canastas que cargaba.
Las llevé junto a Gray y busqué entre todo lo que había. Por suerte, una de las canastas era la mía. En ese momento agradecí ser tan precavida y haberle pedido a Lucy algunas de las plantas medicinales que utilizaba.
• No sabes la suerte que tienes por tenerme contigo, Gray. – Comenté para mí.
Lamento no haber publicado nada desde hace tantísimo tiempo, pero realmente no pensaba que estuviera gustando y pensé en dejarlo ahí. Muchísimas gracias por seguir ahí y mandarme mensajes haciéndome saber que no es del todo como pensaba.
Un abrazo fuerte y hasta el próximo... :)
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Blue Warrior
FanfictionAllí entre las montañas, los ríos y los valles, habita el poblado al que Juvia pertenece. Posicionado en una época donde el cultivo y la caza son la única forma de alimentarse. Juvia vive con su padre (el jefe del poblado) su madre y su hermano may...