18. No te arrepentirás

387 68 57
                                    



Asfixiante.

El ambiente familiar, amable y entretenido de su familia había desaparecido en cuestión de horas por una conversación de la cual deseó escapar y no lo logró. Jamás creyó que llegarían hasta ese punto, uno en donde la comunicación entre ambos se tornaba difícil. Era su decisión, lo sabía perfectamente, le prometió que no se interpondría en lo que deseaba hacer; sin embargo, cuando aquel mensaje iluminó su pantalla no creyó poder hacerlo.

Observó su plato, la comida que preparó Morgan sabía delicioso, pero su apetito se había apagado con tan solo unas pequeñas palabras. A su lado, su pequeño hermano comía alagando la comida de su madre mientras que su padre analizaba sus movimientos en busca de una respuesta.

Quería salir de allí.

Ignorar la mirada de su padre no estaba funcionando y no encontraba la forma de escapar sin ser obligada a hablar, entonces no le quedó de otra que tomar un bocado y comer asegurándose de no mirarlo para no tener que dar explicaciones, aunque sabía que eso jamás lo detendría de pedirlas.

Su padre suspiró sintiéndose asfixiado y de inmediato supo que él pediría una explicación.

—Estoy tratando de comer tranquilo, pero no puedo y es realmente molesto — mencionó suspirando — necesito saber qué ocurre, ahora — ordenó, su mirada danzó entre ambos ordenándoles que hablaran.

—No ocurre nada — mintió su hermano mayor quién se mostraba falsamente relajado.

—Claro, por supuesto — el sarcasmo fue evidente en la voz de su padre.

Volvió a tomar otro bocado sin la intención de intervenir. Sí su padre quería explicaciones, su hermano debería darlas, después de todo, mencionó que no tenía derecho de opinar sobre sus decisiones cuando las suyas rayaban lo absurdo.

—¿Por qué han discutido? — la mano cálida de Morgan que envolvió la suya la obligó a elevar la mirada y sonreír para darle una respuesta.

—No ocurre nada, Morgan, no tienes de qué preocuparte — su mirada le suplicó una respuesta, aun así, se negó a dárselas porque él se lo pidió y porque no debía tomar sus decisiones como suyas — En realidad, no tengo hambre, disfruten la comida y discúlpenme.

Estuvo a punto de levantarse cuando su padre abrió la boca ordenándole aquello que le impediría escapar.

Siéntate — su noto molesto no pasó desapercibido — nadie se levanta de esta mesa hasta que resolvamos el problema.

—Pero yo tengo que hacer pis — anunció su hermano menor con agonía. Una sonrisa atrapó su rostro al escucharlo — ¿tengo que aguantar?

Su padre le sonrió a Nicholas con tranquilidad y con un movimiento de cabeza, además de una sonrisa, le indicó que podía ir. Su hermano desapareció en cuestión de segundos dejándolos solos.

Hablen.

—No ocurre nada — esta vez fue su turno de hablar.

—Hablen o los haré hablar — ordenó una vez más.

—Nada, no ocurre nada, papá — le aseguró tomando el plato — ¿ya podemos levantarnos? Realmente no tengo hambre, además tengo cosas por hacer.

—Chicos, por favor, ustedes no son así, ¿qué es lo que ocurre? — la dulzura de Morgan la abrazó una vez más — Pensé que solo había sido una pelea de hermanos, pero hoy le gritaste a Piper y tus palabras fueron crueles, las escuché a la perfección. Jamás lo habías hecho, jamás le habías gritado de a tu hermana, ¿qué es lo que ocurre?

|Deseos a la luna| BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora