24. Me tienes

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Era evidente que ambos estaban preocupados por lo que sucedería a continuación. Él se marcharía para verlo. Sería una conversación larga, por supuesto no tan amena, esperaba no fuera tan dolorosa para él. Deseaba acompañarlo, tal vez esperarlo en el auto y abrazarlo cuando regresara; sin embargo, su respuesta fue clara luego de muchos intentos por persuadirlo. Ahora solo quedaba respetar su decisión.

Aiden se paseó por la habitación soltando un suspiro.

—¿Estás seguro de esto? — no pudo evitar preguntar. No deseaba sonar desconfiada, solo estaba preocupada.

—No — se detuvo para observarla — Yo solo... quiero verlo por última vez.

Los siguientes minutos avanzaron en silencio. Nicholas tomó su mochila como le indicó, Aiden manejó hasta la casa de Matthew mientras hablaba con su madre asegurándole que todo saldría bien, que no debía preocuparle.

En lo que restaba del corto recorrido trató de mantenerse serena jugando aquel juego de palabra con su hermano menor, quien era ajeno a la situación. En cuestión de minutos apreció su figura apoyada en la pared, esperando por ambos. El primero en salir fue Nicholas quién saludó de forma amigable a Matthew, este le abrió la puerta del auto indicándole que no demorarían en partir, luego se acercó con una sonrisa hasta donde se encontraba, abrió la puerta del auto y saludó a ambos con ánimo.

Giró su rostro para animar a su hermano con una sonrisa.

—Te quiero, mantenme al tanto de todo, ¿sí? — Aiden asintió.

—También te quiero y no te preocupes, estaré bien — asintió creyéndole plenamente.

Matthew la vio marcharse revisando su celular, luego sonrió a Aiden quién suspiró tratando de mantener la calma.

—Gracias por ayudarme — Matthew sonrió — Sé que está preocupada, así que te agradezco por tratar de mantenerla distraída.

—No tienes que agradecer, me encanta estar con tu hermana. — Aiden sonrió complacido por su respuesta — Que tengas buen viaje.

—Gracias, espero que ustedes se diviertan.

Se despidió por última vez agitando su brazo hacia su hermano con una sonrisa y una mano cálida acarició su mejilla con ternura a modo de saludo.

—¿Estamos preparados? —Piper sonrió hacia él, asintiendo.

—Claro, pero antes de partir tengo una pregunta importante — Nicholas habló, Matthew escuchó atento — ¿Cuándo aprendiste a conducir?

—Desde los dieciséis.

—Oh, genial, supongo que con tanto tiempo aprendiendo estamos en buenas manos — ambos rieron ante la respuesta del pequeño.

Durante el trayecto dialogaron sobre videojuegos, películas animadas, películas de terror y acción, y aunque era la favorita de su hermano menor, o eso quería creer, este se encargó de conversar animadamente con Matthew olvidando que su hermana mayor también iba en el auto.

—Había olvidado que Piper estaba aquí con nosotros — mencionó el niño apoyando sus manos en el asiento.

—No te preocupes, yo estoy bien, fingiré que no he sido excluida — Matthew sonrió, luego tomó su mano para llevarla a sus labios, robándole una sonrisa.

—¿Crees que con ese gesto me tienes? — lo escuchó reír.

—¿Debo esforzarme más? — no, en realidad. No debía hacerlo, solo debía sonreírle justo de la forma en cómo lo hacía en ese instante, una mezcla entre lo arrogante y sofisticado. Su sonrisa proclamaba con elegancia que conocía a la perfección aquello que pasaba por su mente — ¿debo ser yo quien dé respuesta a mi pregunta?

|Deseos a la luna| BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora