La sensación de obtener toda su atención con una sola palabra era extraordinaria. Sus brillantes esferas apuntaban a una sola dirección, reflejando su interés hacia cada expresión, enunciado o movimiento que viniese de ella. Pese a prometerse a sí misma a llevar las cosas con calma, no podía dejar de pensar que iban a una gran velocidad, acelerando la percepción del tiempo que llevaban juntos, generando una creciente tasa de inquietud que se intensificaba.
Su corazón recuperó un ritmo normal al verlo alejarse. La tensión de tenerlo tan cerca y desear besarlo disminuyeron, lo que le permitió prepararse mentalmente para no ceder ante sus encantos tan fácilmente.
—¿Me es posible acercarme o aún estoy en la lista negra por culpa de mi hermano? — al escuchar aquella voz giró su rostro con una sonrisa. Elliot correspondió su gesto agitando su mano a modo de saludo.
—Puedes estar tranquilo, no soy rencorosa — lo escuchó reír.
—Oh, por supuesto que no — ahora fue su turno de reír. Elliot tomó asiento en la arena.
—¿Cómo estás, Piper?
—Bien, he podido continuar con mi vida incluso sin la gran disculpa que me debe tu hermano — Elliot suspiró tratando de disipar su vergüenza.
—De verdad lo siento — su disculpa era completamente sincera, como la última, aunque no fuese él quién debía disculparse — Dijo que lo haría, no entiendo qué está sucediendo con él.
—Bueno, no importa — sonrió hacia él — ¿Cómo estás? Es bueno verte, lo digo sinceramente.
—Han sido días un tanto... interesantes — asintió ante su respuesta. Comprendiendo una parte de su mensaje aun sin conocer el contexto que lo rodeaba.
—Oh, te entiendo — mencionó desviando su mirada hacia él.
Matthew conversaba animadamente con cinco chicos. No los conocía, pero suponía que eran los amigos de los que él en algún momento le había comentado. A su lado, Elliot dejó escapar una pequeña risa que atrapó su atención.
—¿Puedo hacer una pregunta metiche?
—Claro, solo si yo puedo hacerte una a cambio— su carcajada logró hacerla sonreír.
—¿Estás saliendo con él?
—Podría decirse que sí — él asintió.
—Bien — se mostró pensativo — ¿aun así puedo invitarte a salir? Lo digo en modo de amigos.
—Claro, sería divertido conocer a alguien más — aceptó, y él sonrió.
Charlaron un poco más, alrededor de unos treinta minutos. En esa pequeña charla descubrió que tenían algo en común: les gustaba el baloncesto y lo practicaba con el tonto de su hermano, también le encantaba los mariscos y tocaba el piano. Él y su hermano eran muy unidos, hablaba de él de una forma tan genial que jamás pensaría que la experiencia que tuvo a su lado fuese cierta.
En esos momentos creyó una vez más que tal vez él tenía razón, su hermano no era una mala persona, pero ¿por qué aún no había demostrado lo contrario?
Elliot desvió su mirada hacia su celular.
—Carajo, lo había olvidado, me tengo que ir — se disculpó levantándose, sacudiendo la arena de su ropa — ¿nos vemos pronto?
Asintió con una sonrisa.
—Nos vemos luego, Elliot.
—Me aseguraré de que ese video llegue a ti, lo prometo — asintió con la esperanza de que fuese así. La verdad era que, realmente le gustaría estar equivocada respecto a él.
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|Deseos a la luna| BORRADOR
RomanceHuir no es la respuesta a nada, pero esta vez fue su respuesta a todo. Conocer su sonrisa en medio de una oleada de problemas, un fracasado escape y un deseo, fue parte de la solución. Porque, al final del día, encontrarse a sí misma fue su principa...