30 Días de OTP || Mikellino. <Editando>

Día 4: En una cita.

El castaño se encontraba escondido tras las cartas del menú, aún así facilmente podria notarse que estaba ya que casi se desmayaba de los nervios.

─Vamos Michael, que es una simple cafetería.

Se burlo el azabache que estaba frente a el, con una sonrisa traviesa.

─Pero.. Es mi primera cita,  contigo... Además, todos nos observan.

Murmuro, sonriendo con nerviosismo, bajo un poco la carta del menú dejando ver su cara avergonzada.

─Eres muy paranoico.

Solto una risa mientras aun le miraba burlesco, al ver que el chico de cabellos castaños no se tranquilizaba suspiro mirandole enternecido, se acerco al chico apoyando sus antebrazos en la mesa... Un simple movimiento de cabeza y podrían besarse.. De nuevo.

─¿Q-Qué haces..?

─Todo esta bien, que no te importe lo que los demás piensen.

Sonrió, de esas sonrisas que te dan una seguridad inmensa ,e igualmente el castaño sonrió. El azabache se inclinó un poco mas dandole un beso en la comisura de los labios, ocasionando un sonrojo en el de menor estatura.

Una chica que atendía se acerco a la mesa de los chicos, inmediatamente estos se re-incorporaron avergonzados.

─Buenas tardes, ¿Ya decidieron que pedir?

Pregunto amablemente y con una mirada de ternura con aquella escena.

─Quiero un café simple y una porción de pastel, ¿Y tu Mike?

Respondió el azabache para luego voltear hacía el chico de hebras castañas, este asintió.

─El quiere lo mismo.

─Bien, dos ordenes de un café simple junto una porción de pastel...Ya se los traigo.

Dijo aquella chica mientras anotaba en una libreta, observó a ambos con una sonrisa y se retiró, a los pocos minutos la misma chica volvió con ambas ordenes.

─Gracias.

Dijo con amabilidad Mike, la chica sonrió y se fue a atender otras mesas, ambos chicos voltearon a verse entre si chocando miradas.

─Sabes, cerca de aquí hay un parque de diversiones...

Comento el castaño para luego tomar un sorbo de café.

─¿Te parece si pasamos mas tarde al parque?

Preguntó el azabache, sabía bien que el castaño accederia fácilmente.

─¡Si! Podriamos subirnos a todos los juegos, y quiza ganar algun peluche...Y, y comprar algodón de azucar.

Trollino rió, amaba esa faceta infantil del castaño... En realidad amaba todo del castaño, un leve rubor invadio sus mejillas y no tuvo otra opción más que disimularlo tomando un gran sorbo al café

─¡Tendremos que subirnos a todas las montañas rusas!

Sonrio dulcemente, definitivamente este seria un día largo e inolvidable...