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La fiesta de gala había dado inicio, las voces acordes se mezclaban con la clásica musica de la estancia, todo fluyendo con elegancia y belleza aunque para su desgracia él se sentía molesto y fuera del lugar.

—Estupido Deku...— musitó bajamente con tono arrogante. El traje de marca Hugo Boss color negro con su camisa blanca semi abotonada, así como sus zapatillas lustradas, pulcras, le realzaban el cenizo cabello que estaba peinado hacia atrás mostrando sus hermosos ojos rojos y su ceño fruncido.

Y esto no dejaba de mostrar que él era un rebelde sin causa metido en un traje costoso y agazajado.

Se sentía como un puto regalo con moño.

*Patético...* pensó molesto mientras sus ojos seguían a la fastidiosa y desconocida multitud que aparecía por la entrada principal. Invitados de todas partes del país, amigos y conocidos del idiota de su esposo.

Bufo con absoluto cansancio.

Pues él, Bakugou Katsuki se sentía aburrido, aunque fuera la pareja del organizador de la fiesta, aunque fuera el que llamase la atención de las masas por estar con uno de los hombres mas ricos del país y quien sabe? De todo el mundo pues las empresas de "su amado esposo" conocidas mundialmente como Midogou Corp, era una de las mas grandes y él extrañamente no creía que un idiota como Izuku pudiera conseguir algo mejor que su presencia.

Bastaba con observarlo para darte cuenta que era un nerd idiota con nada de clase. Los lentes grandes y ostentosos cubrían siempre sus verdes ojos, igual que  usaba camisas manga larga y cuello alto todo el tiempo, nunca dejaba su piel expuesta, sus zapatos no eran de la mas alta alcurnia pero tampoco de clase baja, simplemente eran hechos para el, y ese pelo rizado y verde le recordaban a un brócoli además de la estúpida sonrisa de pendejo que la mayor parte del tiempo lo acompañaba.

En síntesis no sabia como había terminado con un tarado de ese calibre.

*¿Que demonios estaba pensando al haber aceptado casarme con el...?*  se indagó buscando la respuesta a su mas grande pregunta, pero que al verlo no supo deducir.

Tal vez era solo el dinero y los lujos que le daba Deku, pues si el pedía un puto Lamborghini ultimo modelo, esté corría inmediatamente a comprarlo a su gusto, si a Bakugou se le ocurría viajar a mitad de semana a Milán, París o Alemania por simple paseo o por capricho de una tonta pelea entre ambos el peliverde le daba su jet privado para que se fuera sin contratiempos, siempre llamándolo para saber si había llegado bien a su destino.

—Definitivamente debería pensar que demonios estoy haciendo aquí...— volvió a susurrar mientras a lo lejos observaba todo el vaivén de la multitud.

Unas risas acordes se escucharon cerca y también pudo diferenciar la de su marido. Que el vejete le llevara diez años de diferencia era algo que nunca le molesto, pero al ver esos momentos se sentía fuera del lugar pues no comprendía del todo las platicas de negocios tan complicadas que Deku usaba, ya que era una jerga bastante extraña que usaban los empresarios.

Que el tuviese 22 y Deku 32 también a veces le crispaba un poco pues la mayoría de los conocidos del peliverde decían que el cenizo solo estaba con Deku por su dinero, tal vez de tantas estupideces dichas tuvieran algo de razón.

—Entonces Midoriya-san ¿Como haces para tener tanto dinero y siempre pasartela de aya para acá con modelos famosas? Eres un galanazo!— le dijo uno de los presentes tocándole el hombro en forma de felicitación.

Izuku solo sonrió con esos feos dientes que se cargaba, los cuales tres o cuatro de ellos estaban negros dándole un toque de viejo acabado, pero aun así las mujeres que lo rodeaban no dejaban de insinuarsele.

¿Amor O Deseo? ★DekuKatsuYami★ Finalizada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora