04

2.8K 257 157
                                    

Katsuki había llegado al frente de la mansión gracias a que su acompañante lo dejo ahí, se habían despedido como dos simples conocidos, cuando la realidad era que pasaron compartiendo la cama toda la maldita noche.

Y extrañamente eso le molesto.

Él no era de acostarse con nadie por el simple hecho de que fuera atractivo, pero Yamikumo tenia algo que no podía explicar que le causaba curiosidad, excitación y deseos sexuales desbocados. Cosa que no era sano para su mente y corazón...

¡Por todos los dioses estaba casado!

Se sentía mal de cierta forma, y por otro lado una parte de si mismo le decía que lo anhelaba, que lo deseaba con cada fibra de su dolorido cuerpo. Pues a como el peliverde le había dicho, cumplió sus palabras al darle el mejor sexo de su vida.

Y no se arrepentía, aunque tendría que estar maldiciendose por ser un bastardo infiel.

El seco "adios" que le había dicho al hombre quedo grabado a fuego en su mente. ¿Realmente deseaba no verlo mas?

¿Era eso lo que realmente quería?

¿Desaparecer de su vista y no volvérselo a encontrar en su vida?

Su pecho se apretó en respuesta. No quería saber que significaba eso así que con la poca fuerza que le quedaba camino hasta la entrada principal que era resguardada por dos guardias que al verlo lo dejaron pasar inmediatamente.

Nunca le preguntaban nada, y era mejor así, no estaba de humor y su cara de "Te voy a matar" no ayudaba a las conversaciones previas.

Se dirigió con paso lento por los jardines principales y llego a la entrada de la casa, no espero que le abrieran y solo paso hasta adentrarse en los lujosos pasillos que eran adornados por alfombras de colores, cortesía de su aburrido y excéntrico esposo.

*Deku...* pensó con nostalgia. Solo había pasado un día y raramente sentía que lo extrañaba.

El que su marido pasara una semana fuera no le gustaba para nada, pero su trabajo era importante para él y como su pareja nunca se pondría en el plan de "Tu trabajo o Yo" que usaban muchos para controlar a sus compañeros.

Él no era de ese tipo. Y agradecía que Deku siempre fuera tan amable de entender sus malestares, como su carácter de mierda o sus arranques de ira que a veces le daban por situaciones o comentarios ajenos. Pues nunca dejaba de estar en la mira de los periódicos amarillista  o revistas de chismes baratos.

Era como una especie de maldición.

Aunque lentamente se había acostumbrabo a los comentarios tóxicos y problemáticos de los envidiosos. Ya que muchas mujeres y hombres deseaban estar en su posición.

Trató de no pensar mucho en ello y cuando llego a su habitación rápidamente se desvistió y entró a la ducha. El agua fría que caía por su cuerpo lo calmó levemente. Aunque cuando abrió sus ojos para ponerse el shampoo su boca se desencajó por la sorpresa.

Tenia marcas. Muchas marcas de besos y chupetones por todo el cuerpo, así como una fragante marca de la mordida que Yami le había hecho cerca de la cintura.

Su mente se desenchufó y volvió a revivir ese momento. Parecía un maldito sueño pues aunque casi no había dormido nada, se sentía renovado y con energía para maldecir y hasta para correr un maratón. No quiso seguir viendose en el espejo del baño así que se enjuago lo mas rápido que pudo y se enrollo una toalla a la cintura.

Al salir busco su ropa, una que ayudara a tapar su cuello y demás partes del cuerpo que estuvieran a la vista. Para que así nadie pudiera ver lo vergonsozo que había hecho.

¿Amor O Deseo? ★DekuKatsuYami★ Finalizada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora