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Siguió caminado por las calles buscando algún auto que se le pareciese pero no había ni rastro del peliverde y mucho menos del auto.

Se molesto por haberse dejado llevar por estupideces cuando él no era del tipo emocional, Yami le había pegado fuerte y se dio cuenta que de todas formas le gustaba ese sentimiento. Sentirse querido por primera vez en la vida era algo singular, problemático pero cálido. Lastima que se haya tenido que dar cuenta luego de haber ignorado a su amante.

Se maldijo internamente mientras no seguía un rumbo determinado. Ya se había rendido en encontrarlo, hasta que por casualidad paso por un café en el cual las ventanas eran de un vidrio bastante fino que permitía ver dentro del local.

Sus ojos se agrandaron al verlo sentado campantemente leyendo un libro y tomando algo que de seguro era café, ya que este humeaba mostrando lo caliente que estaba.

No supo detenerse, sus piernas lo llevaron a entrar y se sentó en la mesa del hombre que con asombro solo lo observo y le sonrió.

—¿Ya estas mejor...?— preguntó mientras llevaba la tasa a su boca y bebía en pequeños sorbos.

Katsuki asintió.

— Quiero que hablemos, ¿puedes hacerlo ahora?— se sentía inseguro, por ello estaba consciente de que Yamikumo podría mandarlo a volar si quería.

Estaba en todo su derecho.

— Hablar no es algo que se me apetezca en este momento luego de la cita, — respondió, sus ojos mostrando cierto recelo — Tienes que compensarme la fallida salida—

Bakugou lo pensó mejor. Así que el idiota estaba siendo molesto.

—¡Bien tu ganas imbécil, vámonos ya!— exigió levantándose y saliendo del local a pasos agigantados mientras mascullaba maldiciones a todo lo que pasara cerca.

Yami no pudo evitar tirarse una carcajada, amaba verlo enojado, le divertía enormemente, esa faceta la consideraba linda.

Se paro y dejo unos cuantos billetes en la mesa y siguió al rubio hasta fuera del local.

Lo bueno de todo es que estaba seguro que el rubio solo se sentía culpable y algo avergonzado, pues su rabieta paro en seco al estar fuera del local con la cara de pocos amigos.

Yami siguió su rumbo y lo invito a seguirlo, el cenizo no lo dudo, ahora que estaba seguro de sus sentimientos quería decírselo de frente al peliverde. Que sus mas grandes fantasías quería cumplirlas a su lado. Y bufo con asombro, se sentía algo patético por pensar esas cursilerías, pero si tenía que decirlas y demostrarlas para que Yami le creyera lo haría sin dudarlo.

En una de las esquinas cerca de la estación de policía estaba aparcada la moto de Yami, este le tendió el segundo casco que siempre llevaba, y le dijo que se lo pusiese, seria un viaje algo largo. Pues lo llevaría de vuelta al lugar donde compartieron el lecho.

El viaje no fue cansado, era mejor dicho algo ameno y satisfactorio para ambos. Disfrutar del cuerpo de ambos tan pegados les hacia sentir felices, los brazos del rubio alrededor de la cintura del peliverde le daba ese toque posesivo que tanto le gustaba mostrar al cenizo. Y Yami no era la excepción.

Luego de una media hora llegaron al lugar donde hicieron el amor por primera vez. Pues sí, Katsuki sabia que ese día Yamikumo le había mostrado su pasión disfrazada, aunque ahora lo veía claramente.

Le había entregado mas que eso, su corazón había latido desbocado y las palabras
—Te Amo...— que salieron de sus labios siendo susurradas en su oído mientras era embestido por Yami y su implacable deseo lo catapultaron al mejor orgasmo que había tenido en toda su jodida vida.

¿Amor O Deseo? ★DekuKatsuYami★ Finalizada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora