Capítulo X.

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   Miré a Stuart de manera rápida, luego que él hubiese formulado la frase que me puso los pelos de punta. No sabía cómo haría para resolver todo esto.

   —¿Qué? ¿'Conejita preciosa'? —me levanté y caminé hasta la puerta, estando más nervioso que nunca.

   Mi novio imitó mi acción de forma rápida, alcanzó mi pasó y logró abrir la puerta antes que yo. Con miedo a lo que fuese pasar, asomé mi cabeza y suspiré aliviado a ver a John hablando por teléfono, mientras trataba de abrir la puerta de su departamento. Tenía el mismo atuendo que hasta hace unas horas.

   —¡Idiota! —bramó, captando la atención de John y haciendo que éste se diera vuelta—. ¿¡Por qué le dices así a mi novio!?

   —¿A tu qué? —él frunció el ceño, despegando el móvil de su oreja—. Estoy hablando por teléfono. Mi novia está en mi departamento y no quiere abrirme, por eso la llamé.

   —¿Lo ves? —miré a Stu—. Te lo dije. ¿Por qué debería llamarme a mí de esa manera? Eres un celópata.

   —Tengo miles de motivos para llamarte 'conejita preciosa', Paul.

   Stuart volvió a mirarlo.

   —¡Pero no le dirás así a mi galletita! —y rodeó los brazos en mi cuello, para después darme un beso en la mejilla, que hizo reír a John—. ¡No tienes ningún derecho!

   Le supliqué a John con la mirada para que dejara el tema hasta ahí. Si él seguía respondiéndole, probablemente Stu se daría cuenta de lo ocurrido y eso era lo menos que quería.

   Cerré la puerta del departamento, recargué mi espalda ahí y solté un suspiro, al tiempo que miraba a Stuart merodear por el living, molesto o tal vez pensativo. Crucé los dedos para que no fuese a sospechar; el grado de culpa que tenía había aumentado.

   —Perdón, Paulie. Yo no debí ponerme así.

   —¿Qué? —pasé saliva por mi garganta y traté de sonreír—. Ah, descuida. Todo está bien. No hay problema.

   —Es que yo te quiero mucho y... y siento que ese idiota puede...

   —Stu —lo interrumpí—, a él no le gusto yo. Te lo he dicho repetidas veces.

   —Yo sé que sí, galletita, pero... ahg, ¿perdonas a tu bizcochito?

   «No sé qué es más grande —pensé—: la estupidez de Stuart; o mi grado de culpa. Creo que su estupidez...»

   —Sí, te perdono —le dije—. Ya todo está bien, no te mortifiques por eso... fue un mal entendido nada más.

   —Uh, sí. Es que siempre me dan esos arranques de celos y... pierdo los estribos. No quiero que te alejes de mí por eso.

   —No lo haré por eso, Stu —aseguré. «Será por otra cosa», pensé, pero me limité a seguir hablando sobre ese tema—. ¿Quieres té? Estaba a punto de preparar una taza para mí.

   —No, descuida —sonrió con un toque de tristeza y se acercó a mí—. De veras lo siento, galletita.

   —Dije que ya no importaba, Stuart...

   El mencionado dibujó una sonrisa más alegre y se apresuró a besarme los labios de manera suave. Enredé mis dedos en los mechones negros de su cabello, al tiempo que cerraba los ojos y me dejaba llevar por aquel torpe beso.

   Stuart no tenía ni la más mínima idea de cómo besar; todo lo contrario a John.

   —¡Auch! —solté un quejido cuando mordió la punta de mi lengua, lo que me hizo separarme de él rápido. Por suerte no fue tan profunda.

Girl or Boy? ➳ McLennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora