Capítulo XIII.

5.2K 487 2.5K
                                    

   Alcé la mirada y pude ver a Stuart salir de su departamento con la vista puesta en el ramo de rosas. Vestía pijama de colores grises, por lo que supe que tenía intenciones de desearme las buenas noches.

   —¿Las rosas? —rompí la tarjeta con rapidez y la metí a mi bolsillo—. No sé, de seguro fue una equivocación... ¡p-porque mías no son! ¿¡Quién debería enviarme rosas!? ¡Nadie! Digo, si tú no lo hiciste, ¿quién más pudo? ¡Eso fue un error! ¡Un error! ¡Un grandísimo error!

   —Qué raro eso —frunció el ceño se posicionó delante de mí, para luego besar mis labios—. Son bonitas...

   —Obvio, gay, las envié yo.

   Me paralicé al escuchar esa peculiar voz gruesa. Giré mi cuerpo, logrando ver a John en el pasillo. Levaba la misma ropa, solo que su camisa estaba desabotonada y su corbata floja, dándole ese estilo de desaliñado que tanto le gustaba.

   Se posicionó a mi lado, pasó un brazo por mi cuello y besó mi mejilla, para después decir—: ¿Te gustaron, conejita?

   Stuart se apresuró a mirarlo, en un claro gesto de indignación. Antes que yo pudiese decir algo, le proporcionó un empujón.

   —¿¡Cómo te atreves a decirle 'conejita' a mi galletita!? ¿¡Y cómo te atreves a mandarle rosas!? ¿¡Y por qué lo abrazas!? ¡Suéltalo, te la verás conmigo! ¡De bueno soy bueno; pero de malo soy muy malo!

   John no tardó mucho en reír a carcajadas.

   —¿Tratas de sembrar el miedo? Mira, gay, tengo todo... oye bien: todo el derecho sobre Paul. Más del que tú te imaginas.

   —¿¡Y eso por qué!? ¡Ya suéltalo!

   —John, ya —lo miré tratando de decirle que dejara el tema.

   Pero él no hizo caso, más bien se apresuró a tomarme del rostro y estampar sus labios sobre los míos, mientras me acorralaba en la pared. Traté de zafarme, pero me resultó imposible, pues tenía mis brazos alzados y en la pared.

   Al separarnos, él se lamió los labios, mientras que Stuart nos miró con ojos llorosos. Lo había lastimado y eso era algo que no me iba a perdonar jamás.

   —¿¡Por qué lo hiciste!? —en medio de su ira, agarró las rosas y comenzó a golpear la espalda de John, quien trataba de esquivarlos—. ¡Te odio! ¡Paul es mío!

   —Primero fue sábado que domingo... y tú eres domingo.

   —¡Ya! —bramé, apartando las manos de Stu, para evitar que siguiera golpeándolo—. Cálmate, no armes un escándalo.

   —¿¡Cómo no quieres que lo haga!? ¡Te besó! ¡Besó a mí novio! ¡Búscate el tuyo, John!

   —Bueno, ahí está mi conejita preciosa. Mejor búscate otro... u otra.

   —John, ya basta.

   —¡Hey, arruinaste las rosas! —dijo, mirando el desastre que había en el suelo—. No tienes derecho.

   —¡Sí lo tengo!

   —Entonces yo también.

   Por desgracia la puerta de mi departamento estaba abierta y John pasó, seguido de él nosotros dos. Miró el entorno y se encaminó hasta la cocina, para luego buscar un cuchillo, y buscar algo con la mirada.

   —Soy el 'mata gays'.

   —¡No me da risa! —espetó Stu—. Sal de aquí.

   —Espera...

Girl or Boy? ➳ McLennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora