Girl or Boy? ➳ McLennon

Capítulo XX.

   Había algo en mí que decía que Stuart ya sabía todo, o al menos se imaginaba ciertas cosas. No sabía si era demasiado estúpido o en realidad no sospechaba de nada, pero si de algo estaba seguro, era de ese "mini infarto" que me causaba cada vez que hacía preguntas como esas.

   —¿Esconder algo? —pasé saliva por mi garganta y fruncí mi ceño—. ¿Esconder algo cómo qué?

   —No lo sé, galletita. Es que él te mira extraño.

   —¿Extraño? —carcajeé—. Debe ser porque me molesta.

   —Él te mira como si estuviese enamorado de ti.

   —¿John? —bufé—. ¿Enamorado? ¿Y de mí? Qué buen chiste, ¿me cuentas otro?

   Él se sonrió.

   —Lo único que me reconforta es que tú eres mi novio y que me amas tanto como yo te amo a ti. Sé que a él lo ves como un amigo y que tratas de ser bueno con él porque tienes un galleticorazón muy noble.

   «Trato de ser bueno con él porque me va a poner en ridículo —pensé, esbozando una sonrisa y asintiendo—, y porque folla rico, rico, rico, rico. Pero no porque me guste... ¿o sí? No, obvio no.»

   —Exacto —carraspeé—. Mi "galleticorazón" es muy noble —e hice las comillas.

   —Mi bizcochicorazón es para ti, galletita.

   —Ah, gracias.

   —¿Te pareces sí pasamos el día juntos? Quiero disfrutar cada segundo de mi vida a tu lado.

   —Pero, Stu... pasamos el fin de semana juntos y... y no es que no quiera estar contigo, es solo que estoy cansado y planeé pasar todo el día durmiendo.

   —Pues dormimos juntos..., abrazaditos, dándonos galletibesitos..., viendo películas... ¿qué tal?

   —No.

   —¿No?

   —Quiero decir: no quiero molestarte. Stuart, estuviste trabajando todo el fin de semana, mereces un descanso.

   —Pero quiero estar contigo.

   —Y yo también —le dije, sonriéndole—. Es solo que a veces quiero estar solo para despejarme y descansar. No quiero que lo tomes a mal... el martes podremos ir a algún café o no sé, como quieras, pero quiero el lunes para mí, ¿sí?

   —Sí, galletita —él se sonrió y sacudió su cabeza de arriba hacia abajo—. Te entiendo. De todos modos tengo que ir a casa de mis papás porque me dijeron que los visitara cuando llegara.

   —Bueno, está bien.

   Stuart se apresuró a besarme los labios con dulzura y me abrazó, para luego salir de casa, diciendo que yo era lo más lindo que le había pasado en su vida. Al estar solo, descargué el peso de mi cuerpo en el sofá y solté un pequeño suspiro.

   No sabía cómo romper esa relación. Tampoco sabía si en verdad quería eso.

***

   Luego de salir de la ducha, me alisté con una camisa de algodón color negra, sumado a un pantalón ocre oscuro y unas zapatillas blancas. Apliqué perfume sobre mi cuello, pensando que de seguro John me besaría en ese lugar y en otras partes más exóticas.

   Fui hasta la cocina con intenciones de preparar una taza de té y unas tostadas para el desayuno, pero el sonido del timbre me interrumpió. Miré el reloj, notando que eran las ocho.