Capítulo XXXVII.

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   —Quítate la ropa, puta. Te voy a enterrar el pene y te va a salir por la boca.

   Le dediqué una mirada no muy agradable, y él rió a carcajadas, al tiempo que dejaba sus cosas sobre el sofá. El olor seguía contundente, por lo que John se apresuró a ir hasta el baño y buscar un ambientador con un aroma particular.

   —¿De bebé?

   —¿Qué? —él encogió los hombros y me miró, sin dejar de rociar el producto por el aire—. Los machos tienes sus casas con olor a bebé.

   —Claro, claro —carcajeé y negué con la cabeza. Gracias al cielo el olor logró eliminarse notablemente, porque de lo contrario tendríamos sexo con vómito—. ¿Por qué será el olor?

   —Digo que debe ser la basura —contestó, colocando el ambientador en la mesita de vidrio que estaba frente al sofá—. Pero es raro porque no huele al entrar al edificio.

   —Es lo que te digo. No es basura. Adem...

   —Cállate, puta. Quiero follarte. Ve al cuarto.

   Rodeé los ojos, haciéndolo reír. En medio de un par de refunfuños logré llegar a la recámara. El olor a "basura" se había quitado gracias al ambientador. Al menos podríamos tener sexo sin vómito.

   —Míralos.

   Me di la vuelta. John caminaba hacia mí con un preservativo; el envoltorio era un poco más grande que los demás, y tenía escrito la frase: "Placer intenso" a letras rojas, que resaltaban del color negro.

   —Qué lindo es.

   —Y es rosado.

   —¿Cómo sabes? ¿Lo abriste? ¿Lo usaste con otra, verdad?

   —No, Paul —rió—. Es que haya abrieron uno para inflarlo. Y vi que era rosado.

   —Uhm.

   —Sabes que a mí no me quedan ganas de estar con nadie más. Porque, con condón o sin condón, tú ya me provocas placer intenso y unas ganas de enamorarme que me consume en cuerpo y alma.

   —No sabías que era poeta gay.

   —Gay por ti, mi amor.

   —¡Agh, tonto!

   John no tardó mucho en rodearme la espalda con sus brazos, y darme un par de besos en el cuello, mientras escabullía sus manos hasta mi entrepierna y le daba un suave masaje a mi entrepierna, haciendo que salieran jadeos constantes de mi boca.

   —Puta chillona.

   —¿Vas a seguir?

   —Puta sin tetas.

   —¡John! Haces que se me vuelva a bajar.

   Me tomó de la cintura, me dio la vuelta e hizo que mi cuerpo quedara tendido en la cama. Comenzó a quitarse la ropa de forma apresurada y con un toque muy sensual, que me hizo soltar un par de carcajadas.

   Cuando logró estar en ropa interior, se arrodillo frente a mí y me quitó los zapatos, y el pantalón. Su agilidad me impresionó, pero lo que más me impresionó fue cuando metió la mano en mi bóxer y sacó mi pene.

   —Le voy a lamer el pene a la puta. Y aclaro: no soy gay.

   —Claro. Andar mamando penes por ahí es muy heterosexual, ¿no?}

   —Es que eres una puta con pene de hombre.

   —¿Acaso existe pene de mujer? Hablas dispar... ¡ah, cielos! ¡Ahg, Johnny! ¡Mmhm!

Girl or Boy? ➳ McLennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora