Leyendas Literarias de Maizaég

Los Efectos de Una Gota de Sangre

      En un granero a la media noche estaba una hermosa dama acompañada de un joven. Un joven apuesto con un hacha clavada en el pecho, el suelo con restos de paja ensalzada con una mescla de sangre humana y animal, una cabra con el hocico pintado en sangre es agarrada de los cuernos por la damisela, que por cierto es una monja. Acto seguido ella recito la siguiente palabra...

     -Gozain

      En el lenguaje de los demonios se puede interpretar como una petición directa a un demonio, pero pasa y resulta que nadie habla el lenguaje de los demonios por una razón... no existe un lenguaje como tal para los demonios. Te explico... a los demonios nos encanta joder a los que no están en nuestra jurisdicción, como ejemplo ''la gente viva''. Por lo que tomamos medidas y decidimos implantar en las mentes humanas que existe un lenguaje en específico para hablar con los demonios.

      La cagada de risa fue tan descomunal que hasta las almas encerradas en la baja dimensión lloraron de risa jajajajjajaja, Luego lloraron de dolor. El lenguaje consiste solamente en formular cualquier oración de forma completamente ajena a lo que quieres decir, pero se tiene que tener la intención de lo que intentas transmitir bien clara en tu sesera para que podamos entender que carajos dices. Esto funciona así no es porque entendamos que vergas dices sino porque leemos tus gestos, tu acento, tu situación, un poquito de tu historial como mortal, etc (a resumidas cuentas técnicamente te leemos la mente).

      La petición de esta dama no era para nada fuera de lo común. Su petición era una semilla, ella quería un hijo por lo que invoco a un demonio para que le cumpliera su deseo.

      La cabra suelta un grito atroz y terriblemente espantoso que hubiese puesto patas arriba a cualquier persona, pero no a esta damisela. Los dientes de la cabra chocan y sus labios rojos y pronuncian:

     -No creo que me hallas llamado a mí solo para partirte en dos de esta manera -En efecto, el demonio había poseído a la cabra.

     -No, también te llame aquí porque necesito que me des a un hijo. Supongo que lo dedujiste –la dama no se andaba con rodeos precisamente porque no quería que todo el ritual, el sacrificio haya sido en vano, espantando a el demonio y arrastrándole a ella al infierno en el proceso, por culpa de su lengua sin callar.

      La cabra de forma burlona pide una explicación de su petición (que no era necesaria porque el sabia la razón, aun así quería escucharla de primera mano).

      La dama desgraciadamente es infértil, pero un día como por gracia divina quedo embarazada de un niño hermoso de ojos marrones, era un encanto y la mayor bendición que la dama había tenido desde el día en que aprendió a hablar con las cabras. Lamentablemente el niño falleció a la edad de 2 años por la mala suerte de tener un padre de nulos escrúpulos, cosa que dejo muy marcada a la dama no solo en aspectos psicológicos sino también físicos por el maltrato que también recibía por parte de su esposo. Ella era una persona de la religión por lo tanto trabajaba en una pequeña catedral en el pueblo de Qwinf. Ella se convirtió en monja para intentar limpiar su alma y recuperar su vida, esto no se podría porque para las damas de la catedral se les impedía tener hijos en ningún momento mientras estuvieran con su título. La excusa que tenían los del credo era que es un acto de herejía ausentar tu trabajo con el supremo por la estadía familiar de cuidar a una criatura, esto no ayudo mucho a su estado mental.

      La cabra se ríe de tan ridícula, insufrible e intercalado trasfondo bajo lo que se está tratando en el pacto y lo que a hecho para llegar a este punto, simplemente le parecía estúpido, aunque se llegó a conmover un poquito solamente por lo estúpida que le resulta esta dama.