El Gran Atolón de Morus

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      Yo veo nubes, no veo el cielo, solo nubes. Nubes de fuego que crujen como la tempestad que detona la paranoia. Vientos fríos que soplan con las gélidas palabras formación de oraciones dictadas por una muerta y la creación. Confusión que desorienta el entendimiento del tiempo, no sé cuántos años estamos de un futuro o de un pasado, cuántas décadas estamos de un futuro o un pasado, cuantos siglos estamos de un futuro o un pasado, cuantos milenios estamos de un futuro o un pasado, cuantas eras estamos de un futuro... o un pasado. No lo sé, pero sé no que tengo que saber nada, porque con eso me basta, y me basta con saberlo todo porque ya lo sé todo. La tierra explota y el aire pesa, no hay aire, solo cenizas blancas del hielo; cubren el aire para caer al suelo y teñirse como si fuera la sangre; es el tiempo olvidado y es la definición que tienen los que nunca olvidan para referirse a "La Diurna Nocturna". Y a lo lejos los veo, criaturas de luz y obscuridad, gigantes, pequeños, medianos, pero con gran poder. Cumpliendo con su papel en la creación, pero más allá están ellos, los grandiosos (los titanes); caminantes al conocimiento, porque para ellos será el mundo cuando la luz rompa a las nubes.

      Cuatro sombras que se levantan del esqueleto rocoso del primer árbol. Nacientes y poderosos, poder que les dio el mundo para resistir su agónico maltrato e ira en los siglos por venir. Rugieron sus nombres cuando los asteroides parieron al mundo naciente, lo hicieron con ímpetu, elocuentes sonaron cuando con cada impacto repetían Pa'minus, Orímas, Morus, Yermilas. se repitieron esos nombres hasta que la gran roca ya completa dio su primera vuelta al sol. Yo vi como muchos años después se dieron sus nacimientos, y también vi con fueron sus finales. El mundo requería alimentación, se destruía a sí mismo para crear más de sus propios escombros; esa destrucción salía de su centro y en donde ocurren los mayores misterios (puedo verlos). Los titanes caminan viendo todo a su alrededor para comenzar a trabajar moldeando el mundo y a sus criaturas. Aprenden todo lo que pueden e inventan todo lo que necesitan. El titan Orímas era poderoso e ingenioso, el titan Yermilas era perspicaz y preciso, el titan Pa'minus era solitario y curioso, el titan Morus era determinado e incorruptible. De entre las nubes de fuego se vio una esfera roja carmesí, como las lágrimas del serafín; en lo que llevaban de vida hasta cierto día, el titan Orímas nunca había avistado figura de tales características. Así como aliento que se escapa de sus pulmones en contra de su voluntad propia, alucinante el fervor que convierte al poder en algo que decae en lo deleznable, así es como lo trata esa fase en el teatro, como al eclipsado es como lo llaman. Cae un cuerpo desde la altura en la que esta elevada esa circunferencia roja, un cuerpo pequeño y peludo. El titan veía como cae como la gota sangrienta de una cortada, una gota sangrienta de color gris y piensa en cómo podía explicase los que atisba, como la lógica de un mundo incipiente funcionaba con tales leyes, o tal vez era una alucinación; cada pensamiento más arcaico que el anterior de forma que las ocurrencias ya no tenían valor, y no lo necesitaban. Reflejos cristalizaron sus ojos rojos (o quizás tenían ese color por la proyección del eclipse), alzo sus poderosas y rígidas manos para atrapar a ese cuerpo con el cobijo de un colchón. Y en sus manos lo vio, a un cachorro tembloroso que abría sus ojos con pesada somnolencia, pero su ojo derecho (irritado) lo miraba con violencia magnánima... pero decirlo así es un simple remanente eufemismo.

      Y pues una ley no escrita demanda que para tener derecho de declarar algo sin contra hay que tener su prueba, para tener esa prueba se debe pasar por una prueba primero, siguiendo por el error, solo así teniendo después la prueba definitiva que se afirmara sobre la prueba que es fallida o que en una situación y contexto favorable pudo ser la prueba valida. Teniendo esta ley en la mesa fue como el titan Yermilas necesitó de cuatro brazos y sobresalir, y asimilar un molde para quienes serán unos iguales inferiores que lo adorarán como raza en un futuro más estable, así como cual dios que crea a su imagen y semejanza. ¿funciona tener tal número de extremidades? No sirve de mucho cuando el individuo de quien se habla no tiene las capacidades mentales como para articular sus movimientos de una manera que no cause confusiones motrices que dañe a su alrededor o a sí mismo, aparte de no comprender su propia coherencia anatómica también sería la prueba fallida. Para eso se le dotó con esas capacidades propias de un felino: agilidad, rapidez, precisión, ardid y paciente; brindó enseñanzas a sus hermanos en el momento más luminoso de su estudiar una forma primitiva pero efectiva de la escritura y la lectura. el entendimiento de prácticas nuevas como el arte, las matemáticas o ciencias más avanzadas como la alquimia también fue proporcionada por él, toda esta genialidad no le fue dada del todo por su cerebro, sino por la capacidad que le dieron sus brazos a su cerebro... ya algo más. Pero ¿para qué te serviría la agilidad y rapidez sino para algo como... Disciplinas marciales?

Leyendas Literarias de MaizaégDonde viven las historias. Descúbrelo ahora