Tú fuiste el culpable

Segunda parte

La mañana siguiente llego, me encontraba muy nervioso al saber que hoy conocería a los padres de Eak, de cierta forma estoy ilusionado, pero a la vez siento miedo, el tiempo que llevo conociendo a Eak he podido notar que su familia es un tanto... "Especial" por no decir cerrados, esperó que todo marche bien, hoy trate de arreglarme lo mejor que pude ya que siendo yo el único que cuida de mi debo ser precavido con mis gastos, mis padres realmente pensaron en mi futuro ya que una vez que ellos desaparecieron en aquel rescate de un grupo de cachorros de elefantes en la Sábana, mi abuelo se hizo cargo de mi, para que el día que yo me quedara solo tuviera un crecimiento pleno, actualmente me mantengo de una cuenta que dejaron a mi nombre, es lo único que me permite seguir estudiando, yo aun extraño mucho a mis padres por lo que planeo seguir sus pasos, ese amor por los más desprotegidos, aquellos que no tienen voz y que siempre han sido víctimas del maltrato, me han inspirado a seguir luchando pora poder alcanzarlos.

-listo...creo que me veo... ¿Decente?- me mofe un poco al ver mi reflejo en el espejo, solo me puse un saco con corbata para simular un poco mi atuendo común, ya que era la única ropa con la que contaba, al poco tiempo recibí un mensaje de Eak.

<<wuenos días mi pollito con mole, te espero en mi cantón, estoy preparando una comida perfecta para ti y no te espantes lechuguita, mis jefes te amaran>>

Al terminar de leer el mensaje sonrei por aquel mensaje llego como consuelo para mi, tome mis cosas y me dirigí a su casa.

-tranquilo Town, tranquilo, solo respira y todo saldrá bien- repetía para mi, una vez frente a la puerta de la casa de Eak, comencé a respirar a manera de tranquilizarme, cuando escuche la puerta abrir y una voz nombrandome.

-¡Hola! Tu debes ser el morrito de mi carnal, ¿verdad?- dijo una chica de aproximadamente unos 20 años.

-este si, soy Towntrap, mucho gusto- estire la mano para poder saludar.

-¡nombre!, que formal eres- dijo burlonamente, mientras tomaba mi mano, me jalaba hacia ella para darme un abrazo. -olvidate de eso cuñado, si ya somos familia-

Una vez dicho esto me metió a su casa para llevarme al jardín donde podía percibir un sin fin de olores.

-¡¡¡Eak!! Tu vieja ya llegó- grito su hermana al llevarme al jardín, donde se encontraba su papá.

-buenas tardes señor, mi nombre es Towntrap- me acerque al verlo cocinar unos trozos de carne, nopales, cebollas y demás condimentos, este no volteo a mirarme y solo hablaba al condimentar la carne.

-¿así que tu eres el morrito ese que se engatuso a mijo?-

-este... Creo que si-

-mmm... Y pensar que mijo quería ser igual a su a'pa, sientate mijo, ¿de qué quieres tus tacos?-

-yo... Este... Yo no-

-¡pá! ya te conté que mi carnal no come carne- se escucho a lo lejos una voz proveniente de aquel pasillo por el que llegue, al parecer mi ropa quedaba de más, ya que tanto Eak como su hermana y su padre vestían de una forma muy casual.

-gracias Eak, me haz salvado- susurré una vez este se acercarco a mi, pasando su brazo por mis hombros.

-no hay de que, aunque quizás esto no este chido- dijo al mirar a su padre quien permanecía totalmente serio.

-dis...disculpe señor... No fue mi intensión-

-como es que mijo puede gustarle un pinche vegano, en esta casa siempre se ha comido carne, desde mi tataratataratatara abuelo Filemón, imaginense, es una tradición ancestral, desde siempre nos hemos dedicado a eso, la carne es comida de los dioses, bendición del rico, abundancia de la vida...- este seguía hablando sin parar, contándonos los mas mínimos detalles de todo lo que significaba la carne para él y su familia hasta que Eak finalmente me soltó para tomar un atomizado cerca de la parrilla y rociarle un poco de agua en la cara.

-si, si, ya jefe, eso ya lo sabemos todos-

-¿que?, ¿tu morro realmente es vegano?-

-callate Maricela, ya no estén chingando y dejense de juegos-

En ese momento su padre soltó una carcajada y se volteo a mirarme, se acercó y poso sus dos grandes manos sobre mis débiles hombros.

Este cambio drásticamente esa carcajada para ponerse totalmente serio -esto mijo, estaría muy mal visto por mis ancestros, podría correr a mijo de mi casa, seria la vergüenza de la familia y tú serias el único culpable-

Aquellas palabras sonaban fuertemente dentro mio, era tan doloroso enfrentar la realidad que muchas veces quería evitar, pero esa era la verdad.
El padre de Eak me soltó, cerre los ojos fuertemente esperando alguna negativa de parte suya y de la nada sentí un agarre en mi rostro seguido de dos besos en mis mejillas

¡espera!..., ¿qué?, abrí los ojos nuevamente y vi al padre de Eak con una enorme sonrisa y este me comenzó a felicitar con unas palmadas en la espalda, muy fuertes de parte suya, por lo que sentía como me sacaba el aire com cada golpe.

-¡bienvenido a la familia! Ven, sin miedo- dijo al llamarme y abrazarme fraternalmente.

-nuestro hijo Eak se la pasa hablando día y noche de ti, esta chingando todo el día, que si Town esto, que si Town aquello-

-eso es puro choro- se defendía Eak sin voltear a vernos, cuando de repente se acerca su hermana y lo toma del cuello.

-¡¡va!! No te achicopales carnal, muy machito contándonos de él y a la mera hora te acobardas como perro con la cola entre las patas-

-¿es verdad Eak?- dije curiosos tras todo lo que pasaba.

-y que si, si... digo es que eres como un pinche piojo en mis pensamientos-