«-el... ¿El reclusorio?-
Me acerque a tocar, un oficial me abrió la puerta, me comentó que los únicos días de visita eran los sábados en la mañana, los días pasaban y mi angustia por saber que fue de mi hermano incrementaban, el día llego, lleve unos topers de comida y un poco de ropa, hasta yo se que en esos lugares siempre se les trata mal a los reos, una vez llegada las 9 en punto un oficial me llevo a una mesa donde esperaría a mi hermano, este llego con unas esposas en las manos y se sorprendió un poco al verme en aquel lugar, tomo asiento pero no musitó palabra alguna:
-hola... Matias, mira, te he traído esto, espero que te sirva- dije al colocar los topers de comida y la ropa sobre la mesa. -se... se que ya ha pasado mucho tiempo, pero en verdad que ansiaba volverte a ver, me hiciste tanta falta estos últimos años, yo... yo realmente te he extrañado mucho-
Matias solo se volvió a verme momentáneamente, pero al encontrarse nuestras miradas simplemente aparto la vista, después de unos minutos de silencio logró musitar algunas palabras.
-Eli, tu ni deberías estar aquí... no soy una buena persona, te pido que ya no me busques más, si papá se llegara a enterar...-
-¡me vale lo que piense papá! Por Dios Matias, te he estado buscando por todos lados, no me importa lo que allás hecho... tú eres mi hermano y nunca te dejaré solo otra vez-
-¡no Eleonor, tú eres la que no entiende!-
-buscaré un abogado y te sacaré de este lugar- dije al buscar en mi bolso mi celular para poder contactar a un amigo, fue cuando sentí la mano de mi hermano haciéndome bajar el teléfono.
-yo... dudo mucho salir de aquí... Eleonor... yo mate a un hombre-
Aquella confesión me dejo sin palabras, ¿cómo es que mi hermano podría hacer algo así? No, esto debía ser un error, al volver la mirada a Matias, este apretaba los puños con fuerza, unas lágrimas estaban a punto de desbordarse de sus ojos y este solo evitó mi mirada.
-pero... esto no puede ser, Matias yo te conozco y se que no harías algo como eso... yo confió en ti...- Matias solo me soltó para incorporarse nuevamente a su silla y posar sus manos en la cabeza, dio un gran suspiro y dirigió su vista a la mía.
-yo creí... yo creí tontamente que lo que era, era normal, pero... este mundo es una basura, conocí el odio, el rencor, la envidia, la avaricia y al miedo mismo, en un solo lugar, el ultimo día que te vi, Alejandro me había conseguido trabajo con un amigo suyo, era de contador, me esforce lo más que pude para poder juntar dinero y comprar aunque sea un pequeño departamento para que de alguna forma cuando te volviera a ver ya no necesitará nunca más algo de nuestro padre, quería demostrarte que nosotros valemos más que cualquier prejuicio que él nos impusiera, pero... todo fue en vano, conforme yo trabajaba y me esforzaba mis compañeros se molestaban ya que ganaba más que ellos, me subieron de puesto aun mas rápido que a otros, pero... eso no fue culpa mía, yo realmente necesitaba el trabajo así que siempre hice más de lo que me pedían, doblaba turnos y me quedaba aún mas horas extra, estaba tan contento de que casi juntaba para el primer depósito de un departamento propio, pero todo se fue al carajo cuando se enteraron que era gay...- Matias tragó un poco de saliva y me miro con un poco de vergüenza. -un día en el trabajo hicieron una fiesta, yo creí que realmente había creado un lazo con mis compañeros de trabajo, pero no, todo fue una trampa, mis compañeras comenzaron a repegarse a mi, yo las rechazaba, y mis compañeros solo se burlaban, cuando me harté de todo me levante y el amigo de Alejandro me volvió a sentar, unos minutos más tarde llegó Alejandro y su amigo comenzó a cuestionarios si eramos pareja, yo... yo no lo pude negar, sabia que si lo hacia Alejandro podría salir herido... así que alce el rostro y lo acepte frente a todos mis compañeros, ese fue el inicio de una serie de acosos dentro de mi trabajo, las burlas constantes, el sabotaje de mis proyectos y trabajos, maltratos físicos hacia mi, todo, absolutamente todo giraba diariamente hacia mis gustos, poco a poco mi desempeño calló, me quitaron privilegios, me restaron el salario, al final el departamento nunca lo pude pagar, Alejandro se molestaba conmigo de que no me defendía, el dejo de hablarle a su amigo y me insitaba a salir de ese trabajo, yo siempre me negué ya que no quería quedarme sin nada, sin trabajo, sin familia y tiempo después... sin pareja, llegué a un punto en el que Ramón, el principal del grupo, el robo mi puesto, el saboteaba mis trabajos, el chantajeaba a mis compañeros, el provocaba todo mi mal, un día a la salida me cerro el paso, yo lo ignore y pase de largo, mientras esperaba a que el semáforo cambiara de color para poder cruzar Ramón se puso frente mio para presumirme todo lo que me había robado y que pronto él haría que me corrieran, eso no era nuevo... pero de un momento a otro se me acercó demasiado para susurrarme que mandaría a hacerles daño a nuestras familias, tú pasaste por mi mente en ese momento, no sabia si lo que decía era verdad o no, pero comencé a contestarle, gritamos, las personas a nuestro alrededor nos miraban, cuando por fin logre hacer que Ramón se callara, la luz cambio y cruce la calle, él me enterró una navaja cuando estaba de espaldas, cuando sentí aquel dolor en mi cuerpo lo único que hice fue girarme y golpearlo para que se alejara, las personas a mi alrededor comenzaron a gritar, entraron en pánico al ver mi sangre, Ramón y yo seguimos peleando, cada vez que el me golpeaba se lo regresaba, pero... justo cuando llegamos a la banqueta del otro extremo de la calle este me agarró con fuerza colocandome en un poste de la calle, cuando este estaba a punto de golpearme nuevamente con mis pies lo empuje, lamentablemente la luz de la calle ya había cambiado, cuando lo empuje el calló de la banqueta directo a los autos, lo atropellaron, fue mi culpa, las personas gritaron al verlo en el suelo cubierto de sangre, yo intente huir, pero las personas a mi alrededor me lo impidieron, la ambulancia y la policía llegó, todos me acusaron de el único culpable de su muerte, en mi trabajo fue lo mismo, metían blasfemias de mi, llamaron a nuestro padre para que viniera a declarar, pero él simplemente me negó, todo absolutamente todo se vino abajo, al final fui declarado culpable y encerrado en esta prisión... le pedí a Alejandro que guardará el secreto para que así no supieras nada, pero al parecer... el decidió traerte conmigo-
-pero... nada de eso fue tú culpa, tú solo te defendias- dije con hilo de voz al escuchar la declaración de mi hermano.
Este negó con la cabeza, la culpa lo cegaba de lo que realmente había pasado, el tiempo término por lo que lo llamaron, antes de que este se fuera le di un abrazo el cual rechazo, me pidió que no lo volviera a ver, que el era aún más escoria que aquellos que le hicieron daño, le di la comida y la ropa, pero igual la rechazo, dijo que el no merecía nada, ni siquiera una muestra de cariño alguno, me quede parada viendo como se marchaba nuevamente, podía sentir el dolor de mi hermano, decidí visitarlo nuevamente, pero... ese día jamás llego, aquel día de mi visita Matias se había suicidado en su celda, a veces pienso que es mi culpa, si yo hubiese estado para él, si tan siquiera lo hubiera apoyado, de nada sirve llorar si no podre regresar el pasado, ahora lo único que tengo claro es que no dejaría que nadie muy querido a mi o tan siquiera muy allegado a mi, dejaría que sufriera lo mismo que Matias, él era un gran chico, pero murió por el odio y la intolerancia del mundo, cuando fui madre me prometí proteger a mis hijos a toda costa, sin importar que me vieran de tirana, todo esto era por su bien»
Al final de leer la ultima página de aquel diario, me quede congelado, jamás hubiese creído todo lo que paso Eleonor, Eak solo suspiro y miro el cielo un momento, la situación por la que pasabamos era mas complicada de lo que me imagine.
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Tú fuiste el culpable
FanfictionDespués de que Eak se le declarara a Town en un partido de fútbol, ambos comenzaban con un buen noviazgo, Eak decidio presentarlo con su familia como su novio, fue bien recibido, a excepción de Eleonor, la madre de Eak, quien tiene un secreto que ev...