Tú fuiste el culpable

Sexta parte

No podía regresar a mi casa, Eak podría verme con el diario de su madre, decidí correr a la biblioteca del parque para poder leer sin interrupciones, una vez entrando me dirigí a una mesa que se encontraba en el centro, a mi alrededor se encontraban unos cuantos alumnos de la HS, lo se por que yo soy el coordinador de los eventos, por lo tanto conozco a varios chicos de allí, tome aquella silla y me senté, colocando el diario sobre la mesa.

Comencé a hojear el diario, comencé en las primeras hojas, pero solo hablaba de su vida en su casa, en el trabajo y la relación que tenia con sus hijos y esposo, creí encontrar algo útil, pero creo que su vida cotidiana no puede ayudarme mucho, decidí buscar las fechas más recientes.

«21 de marzo.

El día de hoy comenzó a brisar por la mañana, ayude a Raúl a acomodarse la corbata, a pesar de ser un adulto siempre tiene problemas para acomodarla, la ajuste a su medida y la acomode, como era de esperarse cuando sonrei satisfecha de como lucía, él me tomo por la cintura y me beso dulcemente, quizás el paso de los años añejaba mi cuerpo y mente, pero el amor que siento por Raúl no dejara de emocionarme diariamente, es siempre como el primer día en que lo conocí (...)»

Al leer esto me sorprendí al ver como Eleonor a pesar del carácter que tiene, puede llegar a ser una gran persona, a pesar de ser tan diferente a Raúl, ellos se complementaban el uno al otro. Seguí leyendo, a lo largo de las hojas solo describía su día en el trabajo, dentro de la oficina, sus compañeros de trabajo, hasta que me tope con algo un poco... desmotivador, en esa parte describía la tarde que Eak regreso de aquel partido en donde se me había declarado.

«hoy después de regresar del trabajo, Maricela se encontraba en la cocina preparando algunas cosas, me acerque a ver que planeaba y creo que se espanto al escuchar mi voz, ella se encontraba cortando lechuga, jotomate, chile, entre otras cosas, me dijo que estaban planeando invitar el día de mañana a toda la familia para celebrar que gano el equipo de mi marido, sonreí al ver su emoción en sus ojos, ellos amaban realmente el fútbol y lo comprendo, lo mismo me ocurre al ver las competencia de nado en la televisión, me quede un rato ayudando a mi hija a terminar las cosas, en cuanto escuchó a Eak entrar algo emocionado, comenzó a hablar desde la entrada, supuse que no había notado que me encontraba con su hermana, alcance a escuchar que decía; -¡carnala adivina quién dijo que si!-. Una vez que el entro a la cocina, quedo congelado al verme allí ayudando a su hermana, le pregunte el si de que o a que se refería, él se puso nervioso, por alguna razón esa alegría con la que llego se desvanecían en un segundo, Maricela se acerco y sonrió tomando mi hombro, -no es nada mamá, lo que pasa es que Eak también fue a ver el partido al estadio, y esta emocionado por eso, ¿verdad?- dijo una vez que Eak asentía con la cabeza, en ese momento llega Raúl, rompiendo aquella extraña sensación en el aire, estuvimos platicando un rato, hasta que llego la hora de la cena, me disculpe con mi familia por no poder acompañarlos en su fiesta del día de mañana, ya que ese día tenia un trabajo pendiente, ellos se miraron con complicidad y una sonrisa en sus rostros, no entiendo el por que, pero supuse que por que no habría nadie que los levantara temprano en sábado. Una vez terminamos Eak se levanto de la mesa a decirnos que invitaría a un amigo, al escuchar el nombre de aquel chico, sentí una sensación de nauseas y desagrado. Towntrap. Es el único nombre que solía mencionar Eak, le advertí que si era un amigo no habría problema, pero si ocurría algo extraño entre ellos seria mejor que se absteniera a traerlo, Eak se molesto, pero era típico de él, desde pequeño siempre fue un niño muy consentido, una vez terminada la cena, fui a la cama a dormir con mi pijama de siempre, pero en ese momento Raúl me hablo un poco serio; -cariño, se que te cuesta trabajo aceptar algunas cosas y no nos hagamos tontos, se que sabes lo que nuestro hijo siente por ese amigo suyo- yo solo me limite a renegar, no quería escuchar sus palabras, pero el tenia razón, yo se lo que pasa con mi hijo, lo supe desde el inició, pero no podía aceptar algo así, no quería que eso le pasara a mi hijo y menos si yo podía evitarlo. »

Hasta aquí terminaba su día, supongo que ese día no discutió más con su esposo por lo que se limito a dormir, pase la hoja hasta el día donde conocí a Eleonor, al principio todo era de cierta forma normal, seguí leyendo hasta toparme con un escrito que me sorprendió de una forma algo...estrepitosa.

«22 de Marzo

...estuve trabajando como loca en la oficina, realmente quería pasar tiempo con mi familia, después de todo era una tradición a la cual me había encariñado mucho, aquel día no tome mis descansos, ni mis tiempos de comida para poder terminar cuanto antes, una vez terminado todo, entregue mi trabajo y me marche, llegando a mi casa escuche la música, el ambiente muy alegre, al llegar fui saludada y resivida por muchos de los familiares de mi esposo, me llevaba bien con todos, pero mi ropa no era la adecuada para la ocasión, subí rápidamente a la habitación a cambiarme, colocandonme un vestido que hace tiempo Raúl me había regalado, era mi favorito, me asome por la ventana y pude ver a mi hijo bailando con un chico, de inmediato supe de quien se trataba, la sangre me hervía de la rabia al ver como Eak había desobedecido mis ordenes, baje furiosa, los invitados me vieron extrañados y sin pensarlo conteste una pregunta que escuche a lo lejos, alze la mano y la dirigí a mi hijo, Raúl me tomo por las muñecas, el cuerpo me temblaba, y justo en ese momento Eak se alejó con aquel chico, quice seguirlos, pero mi cuñada, mi hija y mi esposo me lo impidieron, sentía una impotencia y un odio a ese chico que de alguna forma lo empecé a ver mas que un enemigo, ese chico era tóxico para mi hijo, no quiero que mis esfuerzos se vallan a la basura, y menos sabiendo que mi hijo puede sufrir lo mismo que mi hermano.»

Di la vuelta a la página, pero las hojas estaban arrugadas, como si mientras escribía Eleonor hubiera llorado, sentí que adentrarme a su vida ya era demasiado, pero tenia que seguir leyendo.

«no se por que vuelvo a escribir esto, quizás solo quiero recalcarme aquel dolor que siempre viene a mi cabeza cada 13 de Abril, Matias era mi hermano, lo quería como a nadie en el mundo a pesar de que me llevaba 6 años de edad, siempre lo admire como el hermano que fue para mi, siempre fue el mejor de su clase y aunque era malo en deportes, siempre me ayudaba en las tareas no solo escolares, sino también en las de la casa, eso era algo que molestaba a mi padre, ya que para él, los labores del hogar solo debía hacerlos yo, como la única mujer de aquél entonces, mi madre falleció en un accidente de autos, nunca la conocí en su totalidad, pero la amo mucho ya que Matias siempre me contaba de ella todas las noches antes de ir a dormir, el día que cumplí 12 años, muy padre organizó una fiesta, donde invite a mis compañeros de escuela, Matias llegó junto a un amigo suyo llamado Alejandro, lo conocía muy bien, él y mi hermano eran inseparables, ambos me regalaron un oso de peluche el cual sigo conservando, ese día...me hubiera gustado no haber visto nada, Matias y Alejandro desaparecieron por un momento, corrí a buscarlo por que era momento de cortar el pastel, al llegar a su habitación gire la perilla, y encontré a mi hermano besando a aquel chico, al principio solo me sorprendí, al darse cuenta de mi presencia mi hermano solo sonrió y me invito a pasar, me explicó lo que ambos sentían, que ambos se querían, yo sonreí al verlo tan feliz, ese día al terminar la fiesta estaba tan contenta con lo que había conocido de mi hermano...»

Esto... Era un cambio muy radical a la Eleonor que conocí en aquel entonces, ¿qué paso? ¿Por qué Eleonor cambio tanto? Debía seguir leyendo para poder encontrar respuestas.

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Listo!!! Un poco de suspenso Jaja y disculpen si es que se llego a subir doble, mi internet estaba fallando y no se cargaba la primera vez, después ya no me dejaba cancelarlo ;_; pero igual disfrutenlo jaja