Septima parte

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Volvi a posar mi atención en aquel diario, pero un estruendoso grito me asusto provocando que perdiera la página en la que me encontraba leyendo.

-¡¡carnal!! Por fin te encuentro, no mames, no sabes lo que me costo encontrarte- la bibliotecaria al escuchar la estrepitosa voz de Eak, se acerco a callarlo. -pinche vieja chismosa- susurraba Eak al tomar una silla y sentarse a mi lado. -y se puede saber ¿dónde carajos estabas?-

-te... te lo dije Eak, fui a tu casa y... y-
-y ¡¿qué carajo?!-
-intente hablar con Eleonor, pero las cosas no salieron bien... a todo esto, ¿cómo sabias que estaba aqui?-
-nombre carnal, si hasta la pregunta ofende- Eak tomo con su mano mi rostro y acerco sus labios a los mios, casi rosandolos. -porque te amo-

Mi corazón latía a mil por hora, sentía mi rostro arder y un nerviosismo correr por mi espalda, cerre los ojos con fuerza hasta que escuche a Eak reir a carcajadas, para que luego la bibliotecaria lo volviera a callar.

-nombre Town, si te amo y todo, pero te encontre aquí por que la doña de las quecas me dijo que te vio entrar aquí- Eak me tomo por la muñeca y me jalo hacia la salida, antes de abandonar la biblioteca tome el diario, colocandolo en mi antebrazo.

-Eak... ¿A dónde vamos?- Eak solo se limito a sonreír y me llevo al parque que se encontraba cerca de la biblioteca. Sin previó aviso Eak me acorralo en uno de los árboles que se encontraban, tomo mi cintura y me acerco a él, comenzó a besarme, la respiracion me faltaba, todo habia sido tan repentino, sentí como su cuerpo comenzaba a juntarse con el mío, intente forzar un poco por la falta de oxigeno, pero el me agarro con mas fuerza hasta que finalmente se separo un poco.
-esa pinche vieja solo estaba fregando, tenia ganas de esto- dijo para volver a besarme y meter una de sus piernas entre las mias, comenzo a recorrer con sus manos mi cuerpo y cuando senti que una de ellas estaba bajando hasta mi pantalón lo empuje ligeramente soltando el diario de Eleonor.

-¿qué es esto?- Eak se agacho a recoger el diario y su mirada cambió un poco. -esto... esto no es... ¿De mi Jefa?- Eak comenzo a agarrarse la cabeza un poco preocupado. -mi jefa nos va a matar, ¡Town! Nos va a matar a los dos-

-yo... yo lo siento, pero Eak, escuchame- dije al tomarlo por los hombros y mirarlo a los ojos. -esta es mi única oportunidad para poder hacer que tú mamá... que tú mamá entre en razón y comprenda que no estamos haciendo nada malo, además... además yo arriesgaria todo con tal de seguir a tu lado-

Eak se quedo sin palabras al escucharme, al final me regreso el diario y me miro con complicidad, yo le regrese una sonrisa y lo puse al tanto de lo que ya había leído, ambos nos sentamos bajo aquel árbol y recargado sobre el hombro de Eak comenzamos a leer.

«... ese día al terminar la fiesta estaba tan feliz con lo que había conocido de mi hermano, la noche llegó y todos los invitados se habían marchado, excepto Alejandro que se había quedado a ayudarnos a levantar lo de la fiesta, a mi padre se le comenzó a ver algo irritado, sim embargo, no le tome importancia, una vez que todo se encontraba limpio comence a jugar con mi hermano y Alejandro ya que por lo que habia escuchado, el vivia lejos, así que mi hermano le ofrecio que se quedará a dormir porque habia anochecido muy rápido, por lo que su regreso podria ser riesgoso, recuerdo que esa noche me fui a dormir a mi habitación, mi hermano a la suya y su novio a la de invitados, aparentemente todo iba de una forma muy normal, hasta que a media noche fui despertada por gritos que provenían del pasillo, al salir aún con un poco de sueño pude ver a mi padre sacando a jaloneos a mi hermano y su amigo quienes solo estaban con boxers, ese día mi padre estaba furioso, al mirarme solo pidió que me fuera a la cama, yo no obedecí ya que necesitaba ver que mi hermano estuviera bien, pero mi padre grito aún más por lo que tuve que cerrar la puerta, con las manos en mis oídos, comencé a cantar una canción que me cantaba mi hermano para estar tranquila, sentía como el llanto salía de mis ojos y cuando por fin deje de escuchar cosas, salí de mi habitación para buscar a mi hermano, sin embargo, al salir solo pude ver destrozos durante el camino hacia la salida, mi padre con un cigarro en mano y sentado en el sofá de la sala solo me miro y me mando a dormir, no sabía que es lo que había pasado, pero mi hermano ya no se encontraba en casa, al otro día mi padre comenzó a romper las cosas de mi hermano, su ropa la tiro, sus libros los quemos, todo absolutamente todo lo destruyó, me pidió que nunca en mi vida mencionara su nombre, que para nosotros mi hermano estaba muerto, estuve varias semanas triste, hasta que un día al salir de la escuela pude ver a mi hermano a lo lejos, corrí a abrazarlo y entre llanto le pedía que regresara, él me dijo que por el momento no podía hacerlo ya que nuestro padre estaba muy exaltado por la noticia de su nueva pareja, me dijo que él se encontraba bien, que por el momento estaba viviendo en el departamento de Alejandro, pero que se saldría de estudiar para poder trabajar, eso me puso muy triste, ya que mi hermano siempre fue el mas inteligente de todos, el tiempo paso, los días, los meses, los años y mi hermano jamás volvió a contactarme, quisiera que todo esto fuera solo un mal sueño, pero no, esa fue la verdad, mi hermano jamás volvió a verme, tiempo después, cuando yo cumplía los 19 años, amigos de la universidad me llamaron a una fiesta, acepte ya que por lo general siempre me la pasaba trabajando, pero ese día fue el mas impactante para mi vida, el anfitrión de aquella fiesta era hermano de Alejandro, me percapte de ello una vez que yo me dirigi al baño y logre ver una de sus fotos familiares, entre risas, bailes y juegos le sacaba información a su hermano, cada pregunta que le hacía, coincidía con las características de Alejandro, tenia que saber que fue de mi hermano, de entre la platica se le salio el lugar donde vivía su hermano, una vez con esa información salí de la fiesta y me dirigí al departamento de Alejandro, toque varias veces hasta que el me abrió, los años si que habían pasado factura con él, cuando lo conocí su rostro se veía tan joven y radiante, ahora su rostro tenia rasgos de cansancio y agotamiento, me miro extrañado, hasta que le pregunte por mi hermano fue que el logro reconocerme, con un poco de nerviosismo me dejo pasar y me invito un vaso con agua, me deje de rodeos y con la voz firme le pregunte por mi hermano:

-¿dónde esta mi hermano? ¿No se supone que estaba contigo?-

-tu hermano... tu hermano ya hace 5 años que no vive conmigo-

-y ¿dónde está?-

-mira... tu hermano no ha tenido buena suerte- se acerco a abrir un cajón y saco una libreta, anoto algo en ella y me extendió aquella nota. -toma, quizás aquí lo encuentres-

Tome la nota y sonreí un poco al saber que podría ver a mi hermano nuevamente, me despedí y tome un taxi hasta allá, no podía esperar, quería verlo, saber que paso con él, quizás tendría sus razones para no haberme buscado tantos años, una vez aquel taxi llegue a la dirección, me extrañe un poco.

-el... ¿el reclusorio?-

Tú fuiste el culpableWhere stories live. Discover now