El regreso de un ser querido.

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Sofía se encontraba sentada sobre el escritorio de su padre cuando Balleywick le dió un aviso importante.

~Hay un joven que quiere verla. Debo decirle que se ve sumamente apuesto.

~¿De verdad? ¿De quién se trata?

~Solo puedo decirle que le alegrará el dia.

Sofía caminó rápidamente hasta donde se encontraba parado el joven. Al dar media vuelta notó que se trataba de su amigo Edward.
La princesa no pudo evitar correr hasta él para envolverlo en un abrazo.

~Me da mucho gusto verte Sofía, hace casi un año que no se de ti.

~Es verdad, desapareciste sin decir nada.

~Lo que pasa es que... Encontre a mi familia, siempre pensé que era un huérfano sin valor ¡Pero no era así! Mi padre es un barón de las tierras de Zatin. Cuando mi madre murió quedé desamparado, ella nunca me dijo quien era mi padre, pues su amor no había sido posible, pero por azares del destino lo encontré o mejor dicho él me encontró a mi.

~¡Qué felicidad! Eso quiere decir que estás emparentado con mi amigo Desmond.

~Eso no lo sé, los barones son los últimos en la línea de sucesión de la realeza, en cambio tu amigo es un futuro rey.

~Lo importante es que encontraste a tu familia. Sonrió Sofía tomando sus manos.

~Tambien me fui porque... No tenía el valor de verte casándote con otra persona. Menos si esa persona no era yo.

~Edward... Yo, no me casé con Hugo, él... Es esposo de Jade.

~Lo sé Sofía... Eso me pone muy triste, sé que lo amabas mucho. ¡En fin! solo vine a darte mi apoyo.

Jade estaba en compañía de Vaughn cuando se escucharon las trompetas tocando. El príncipe Hugo había vuelto de su entrenamiento de Derby volador y se dirigía al estudio de su padre.

~¡No puede ser! Volvió antes, debes ir con Axel ¡ahora!

Hugo comenzó a gritar por todo el castillo mientras los sirvientes corrían de un lado a otro.

~¿Dónde esta Jade? No ordene que no la dejaran salir.

~Príncipe Hugo, no la hemos visto desde la mañana.

~Ustedes estaban encargados de seguir sus pasos, ahora me doy cuenta que si quiero que se cumpla mi voluntad ¡Debo hacerlo yo mismo!

Jade corrió hasta el castillo encontrándose con el príncipe parado frente a la puerta con los brazos cruzados.

~¿Dónde estabas?

~Yo... Fui a caminar por los jardines.

~Ordene que no salieras ¿O te olvidas que tú no tienes libertad ni voz en este castillo?

~No puedes mantenerme como una prisionera ¡Yo soy tu esposa! Traeré a tu hijo al mundo.

~¡No eres mi esposa! No me interesa pasar tiempo a tú lado, me molesta tu presencia y siento cólera cada vez que te veo. Si tan solo me hubieras dejado libre... Ahora sería feliz. ¿Cómo te sientes después de haber arruinado tanto mi vida cómo la de Sofía?

~¡Sofia! Odio ese nombre. No quiero escucharte hablar de ella.

~Jamas dejaré de repetir su nombre. Ahora me voy, veré a una chica que no me molestaría tener cerca. Habló tomando su saco.

~No me digas que verás a Sofía.

~¡Claro que no! Yo respeto su integridad. Río saliendo del castillo.

La azabache corrió hasta el estudio del rey y pidió hacer público el anuncio de su embarazo, de esa forma ninguna mujer se atrevería a acercarse a Hugo nunca más.

El rey con gran júbilo habló desde el balcón de su castillo e informo a todos sobre su gran orgullo. El bebé que llegaría sería maravilloso y virtuoso.

Jade sonrió alegre.
Aunque Hugo perdiera la razón, ella seguiría a su lado el tiempo que fuera necesario. Algún día tendría que entender que todo lo hacía por amor.

Siete meses pasaron rápidamente. La mañana del nacimiento era totalmente alegre, un arcoiris se veía desde la ventana del castillo.
Garrick había estado esperando con ansias el momento, mientras Hugo se encontraba desaparecido desde esa mañana.

El médico se acercó hasta la azabache y le entrego al bebé.

~No comprendo porque presenta signos de un pequeño de 7 meses. Por lo que me ha dicho, usted llegó hasta el término de su embarazo.

Jade sonrió nerviosa y desvío la mirada. Al menos el bebé había nacido antes de tiempo evitando que se pudieran levantar sospechas sobre su concepción.

Cuando Hugo volvió se encontró con la gran noticia. Garrick lo reprendió por no haber estado presente, pero aún así lo llevó hasta la habitación donde se encontraba Jade.
Con indiferencia se asomó a la gran cuna de oro y sus ojos se ensancharon al ver la pequeña criatura que se encontraba frente a sus ojos.

Un niño de cabellos rojizos y ojos azules extendía sus brazos en dirección a él. Hugo sintió que su corazón comenzaba a agitarse y no pudo evitar levantarlo en sus brazos.

~Mi nieto es maravilloso, ¡será un gran hombre!, Además sus cabellos son como los de Axel y creo que tiene un leve parecido con Hugo.

El príncipe acercó al bebé a su pecho y este inmediatamente se quedó dormido, en ese momento sintió algo extraño, tal vez su padre tenía razón y comenzaría a apreciarlo.

Toda la tarde llegó la nobleza de los distintos reinos a saludar al recién nacido. Hugo quería mantenerse alejado de las felicitaciones, ¡pero era imposible! Él era el padre del bebé.

~¿Cómo se llamará? Habló la reina Cecile mientras cargaba al niño.

~No hemos pensado un nombre. Titubeo Hugo a lo que fue interrumpido por Jade.

~Se llamará Felipe, ya que será el heredero de la corona merece un nombre excepcional.

~Buena elección. Felipe significa “El que siente amor por los caballos” o “Jinete galopante”. Describe a un hombre aferrado a las antiguas costumbres, propio de su tierra, que se encuentra a gusto en su pequeña aldea. En pocas palabras es el nombre indicado para el futuro soberano de Albuquerque.

~Ademas sé el amor de Hugo por el Derby volador, me pareció que su hijo podría heredar ese cariño por los caballos. Exclamó la azabache con orgullo.

Hugo giró los ojos y le hizo una reverencia a la reina Cecile.

Sofía se encontraba mirando la invitación de “La presentación del nuevo miembro de la familia real". Tenía curiosidad por saber cómo era el hijo de su eterno amor, quizás era igual a él.

La princesa tomó su abrigo y se dirigió a Albuquerque en compañía de sus hermanos.

Al abrirse la puerta, Hugo se quedó estático observándo la belleza de Sofía. Era tan maravillosa que no podía dejar de mirarla.

Entre el amor y la amistad (Amor de niños). (Sofia y Hugo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora