2. Reencuentro

411 6 0
                                    

Era tan hermosa. Tenía ojos marrones y levemente achinaditos. Su sonrisa era encantadora y la línea de sus labios era perfecta. Me generaba confianza. Me acerqué y comencé a bailar delante de ella muy ridículamente. Vi cómo ella se rió y se acercó sola a bailar conmigo. Parece que sabía bailar, se movía como una diosa. Y yo con mis ridiculeces.

-Eso Fede... -Gritó Sebas con una cara perversa que me dió mucha risa.

-Hola, soy Fede, un gusto -Le extendí la mano.

-Nicole, lo mismo digo -Estrechó su mano con la mía sonriendo.

-¿Estás sola? -Pregunté extrañado. Era ya bastante tarde como para que andará sola, sobre todo porque tenia un cuerpo y una imagen que, para ser sinceros, llamaba la atneción.

-Sí, iba a encontrarme con una amiga que no se presentó por problemas personales, así que... -Levantó los hombros- Aquí estoy. Esperando un milagro, supongo.

Reí. Quizás podía acompañarla hasta dónde tuviera que ir. No la conocía pero, la idea de dejarla sola no me agradaba en lo más mínimo.

-¿Puedo tener tu número? -Pregunté un poco avergonzado.

-¡Claro! Pásame tu celular -Que linda sonrisa tenía.

Le pasé mí celular desbloqueado para que agregara su número. Sebas seguía grabando y le pedí con señas que cortara. No me hizo caso.

-Nicole, ¿Te pensas quedar aquí sola?

Me miró medio triste.

-La verdad es que no me queda otra. No soy de aquí de México y mí amiga tuvo ciertos problemas, por lo que no puedo ir donde ella está. Así que si, supongo que tendré que buscar algún hotel o algo así -No pensaba dejarla en banda. Lo sé, no la conocía, pero me generaba una sensación rara verla, y sentía que tenía que acompañarla.

-Ya sé que no me conocés, pero no quiero dejarte aquí sola -Me miró como tratando de entender que quería decir-. ¿Queres que te acompañe a buscar un hotel o algo?

Se le iluminaron los ojos.

-Realmente no quiero molestar, pero me encantaría -Me dió ternura-. Creo que hay un hotel por aquí cerca, si no te molesta... ¿Me acompañarías?

Me miró como cachorrito. Claro que sí. Esa chica me generaba buena espina.

-Claro, déjame que aviso a mis amigos que se vuelvan sin mí y te acompaño.

Asintió agradecida.

Me acerqué donde estaba Sebas y le saque la cámara.

-Vuelvanse. Mañana hacemos sus retos -Me miraron extrañados-. Voy a acompañar a Nicole a un hotel y vuelvo para casa. Es que no quiero dejarla sola tan tarde.

Sebas y Óscar medio que entendieron, pero Sarah parecía enojada.

-Fede, no la conoces -Dijo como retandome-. ¿Y si es una fan loca? Mira si quiere secuestrarte. O quién sabe. No puedes ir.

Tampoco así. No iba a pasarme nada. Además tenía la sensación de que conocía a Nicole de algún lado. Acompañarla me daría el tiempo de averiguar de dónde.

-Sarah, no va a pasar nada. En cuanto deje a Nicole les envío un mensaje. Además, creo que la conozco de algún lado. Quiero averiguar de dónde.

Sebas y Óscar asintieron. Sarah se alejó ofendida. No sé qué le pasaba hoy.

-Sebas, cuida a Sarah. Creo que le pasa algo -Le dije. Seguro ya lo había notado, pero por si acaso.

Los saludé con la mano y volví con Nicole.

-¿Vamos? -Dije sonriéndole.

-Vamos -Dijo ella correspondiendo la sonrisa.

Narra Nicole

Fede... ¿De dónde lo conocía? Tanto su nombre como su cara resonaban en mí cabeza. Nunca habría ido sola por ahí con alguien desconocido a estas horas. Pero a Fede lo conocía, no sabía de dónde, pero sentía como una confianza extraña con el.

-Sabes, creo que te conozco de algún lado -Dije, haciendo que su vista pasara de la calle a mis ojos-. De no ser porque siento como si te conociera jamás te dejaría acompañarme a estás horas -Dije riéndo.

-Siento lo mismo. Pero no sé de dónde -Dijo pensativo.

Ambos volvimos la vista adelante. Seguí caminando dando vueltas en mí cabeza a ver qué podía recordar.

Fede... Fede... Fede...

Mmm... ¡Federico Vigevani! Ya sabía de dónde lo conocía. Fue mí vecino en un viaje que hice hace un par de años con mí familia. Ya recuerdo. Pasamos durante tres meses días y noches juntos.

-Disney! -Dijimos al mismo tiempo. Reímos. Estaba tan cambiado. Mucho más lindo, y eso que por esa época ya era bastante bello.

-Con razón... Señooooodaaaa -Dijo como bebé. Reí. Así hablábamos cuando estabamos en Disney. En tres meses se había vuelto mí mejor amigo. ¿Como había podido olvidarlo?

-No puedo creer que te olvidé -Dije apenada-. Lo siento mucho.

-Yo también lo siento. Tendría que haberme acordado de ti. -Estaba igual de apenado que yo.

Seguimos caminando recordando cosas de aquel viaje, hasta que el se frenó.

-¿Sabes que? -Me miró- ¿Por qué no vienes a mí casa con mis amigos? Podes quedarte esta noche y así nos ponemos al día entre nosotros.

Me sonrió.

-No lo sé... No quiero incomodar -Dije. Me encantaría ir, pero si estaba con sus amigos quizás arruinaba algún momento, o algo.

-No te preocupes, va a ser divertido. Tengo muchas cosas que contarte -Dijo entusiasmado.

Bueno, ganas no faltaban...

-Esta bien, pero si molesto avísame y puedo venir aquí de vuelta, ¿Si?

-No te preocupes, no vas a tener que volver.

Sonreí. Lo había extrañado tanto y nisiquiera lo sabía.

Mi Más Esperada Casualidad ~Fedecole~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora