De perros y gatos

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N/A: Esta parte se encuentra también en mi colección "Drabbles y Mini Fics Avengers (Slash)", pero debido a que se me han ocurrido varias ideas para este "universo", he decido compilarlas como una sola historia de varios capítulos.

***

Steve era un perro labrador retriever color amarillo que solía vivir felizmente en una granja, pero su dueño se había casado unos meses atrás y se mudaron a la casa de su pareja. Y no se quejaba de que lo trataran mal o algo así, al contrario, el lugar era gigante, siempre había alguien al pendiente de que tuviera suficiente comida, agua, una cama cómoda y listo para dejarlo salir al enorme jardín a estirar las patas todo lo que quisiera. Echaba de menos a la cariñosa mamá de su dueño y corretear con los otros animales de la granja, sin embargo tenía que pensar primero en la felicidad de su "papá humano" y por eso solo miraba hacia afuera con añoranza cuando él no estaba presente.

-¿Otra vez pensando en tu granja, Steve?

Tony era un gato siberiano al que le encantaba lucir su brillante pelaje gris y negro. Como la mayoría de los gatos, era bastante independiente y quisquilloso, no ayudaba mucho que él hubiera crecido en una mansión con un dueño millonario que le cumplía cualquier capricho (Steve había escuchado a su "papá" bromear con que el collar de Tony costaba más que su viejo automóvil). Ellos no tuvieron el mejor de los comienzos debido no a la vieja creencia de que perros y gatos eran enemigos mortales, sino a que sus personalidades y pasatiempos eran muy diferentes. Tony se burlaba mucho de la antigua vida de Steve y de su falta de modales y entrenamiento, pero cuando se dio cuenta de que el can realmente extrañaba su viejo hogar, se volvió un poco más tolerante, pasaba más tiempo con él y de vez en cuando se restregaba en el cuerpo del otro como gesto cariñoso.

-Más o menos –respondió el perro-. En realidad pensaba en mi amiga Wanda, es una gallina. Seguro que ella y Visión ya deben estar rodeados por un montón de pollitos.

-¿Quién rayos les pone esos nombres a una gallina y un gallo?

-Papá es bastante peculiar.

En eso tenía que darle razón el felino, después de todo hablaban del hombre que se enamoró de su serio y poco cariñoso dueño. Sin embargo sabía que Steve no era del todo sincero y estaba buscando desviar el tema. Nat, la gata siamesa de la mansión vecina, ya le había aconsejado lidiar con esa añoranza de Steve antes de que el perro decidiera escapar para regresar a su viejo hogar o que se enfermara gravemente, algo que en realidad Tony sabía ya preocupaba a sus dueños, de acuerdo a algunas conversaciones que escuchó. El gato residente no pensaba permitir que Steve desapareciera, era la criatura con la que más se había encariñado en el mundo (y eso incluía al humano que le servía salmón en sus comidas) y pensaba conservarlo a como diera lugar.

-Si tú también deseas tener hijos, siempre podemos adoptar un cachorro, un gatito o ambos –comentó, acariciando con su cabeza el pelaje del otro-. Espacio y dinero son lo de menos, podemos tener una familia tan numerosa como quieras.

Si Steve fuese humano, seguro que sus mejillas se habrían puesto rojas por lo que implicaban las palabras de Tony. ¿En serio un gato tan increíble, fino y elegante deseaba compartir su vida y formar una familia con un sencillo perro como él? Su cola comenzó a moverse con alegría mientras escuchaba los ronroneos de su compañero.

Acurrucados fue como sus dueños los encontraron horas más tarde. Se veían tan felices y en paz que ambos hombres pelinegros sonrieron. El de gafas más que el otro.

-Parece que el veterinario ya no será necesario, Clark –mencionó el más serio

-Estaba preocupado porque tuviera que llevar y dejar a Steve en la granja, pero por lo que veo, tú y Tony realmente saben cómo hacernos felices, Bruce.

-... Déjalos dormir y vayamos a cenar, estoy cansado –respondió Bruce, tratando de aparentar su seriedad de siempre

Clark Kent rió un poco al ver a su esposo casi huir. Bruce Wayne no era el hombre más expresivo del mundo, sin embargo con sus acciones demostraba cómo se sentía.

-Es bueno verte animado otra vez, amigo –dijo Clark, acariciando la cabeza de su perro-. Así que debemos esforzarnos para cuidar a nuestra nueva familia, ¿de acuerdo?

Steve movió su cola con entusiasmo mientras seguía soñando con un montón de cachorros y gatitos pidiéndoles a él y a Tony que jugaran con ellos. El futuro pintaba bastante bien.

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