Peter estaba muy agradecido por las oportunidades que le dio la vida. No recordaba nada de su familia biológica, en realidad su primer recuerdo era el frío y miedo que sintió dentro de aquella caja abandonada en el parque. No estaba seguro de cuánto tiempo estuvo ahí antes de que un enorme perro labrador lo encontrara. El primer instinto de Peter fue asustarse, pero entonces ese noble can que luego se convertiría en su querido papá Steve, hizo un sonido de consuelo y procedió a lamerlo de manera reconfortante. Peter no culpaba al abuelo Bruce por no resistir la mirada que papá Steve le dio para que se lo llevaran a casa, ni siquiera el resto de la familia era capaz de negarle algo a esa mirada.
Todos sus hermanos eran increíbles, siempre se daban tiempo para jugar con él o enseñarle lecciones que ellos consideraban serían importantes para su vida futura, aunque aún le costaba un poco entender las clases de manipulación de Loki. Papá Tony fue posiblemente quien más lo sorprendió, porque no solo lo aceptó a pesar de que eran de razas diferentes, sino que se convirtió en el más sobreprotector con él y siempre dejaba claro que era su bebé.
Ahora que Peter había crecido más, se propuso demostrarles a todos que ya no era ese cachorro inocente e indefenso. Bueno, aceptaba que todavía era algo ingenuo y distraído, sin embargo estaba seguro de que eso era influencia de los otros dos perros de la familia (Thor podría ser enorme, aún así siempre caía en las bromas de Loki y Shuri).
-¿En qué estás pensando, hermano pequeño?
Peter salió de sus cavilaciones al escuchar la pregunta de T'Challa. Incluso él consideraba que ese gato era el más sensato de todos ellos; siempre resultaba agradable charlar con su hermano mediano ya que éste le hablaba como si fuera un adulto.
-... ¿Qué debería hacer para que nuestros padres y hermanos mayores ya no me traten como a un cachorrito?
-Bien, ciertamente todavía eres joven, eso no lo podemos negar. Simplemente dales tiempo para que vean que de verdad estás creciendo y madurando, sé que es difícil cuando nuestros padres se exceden con su protección.
El perro rió al ver la mueca del felino. No había que olvidar que papá Tony había ido a espiarlo para averiguar por qué T'Challa desaparecía constantemente de la casa. Aún ahora en ocasiones todavía iba a vigilarlo (en secreto a voces) para asegurarse que no se estaba metiendo en problemas.
-Deberías traer a Everett para que toda la familia lo conozca oficialmente –opinó Peter-. Me cae bien, es un gato simpático.
-Lo haría si no me preocupara que terminen espantándolo. Pero regresando al tema de tú siendo ya todo un perro guardián feroz...
-¡Oye! ¡Seguro creceré tanto como Thor!
-... Claro. Como decía, tampoco te apresures en crecer, Peter. Disfruta tu vida, aprende lo que necesitas para ser un buen perro y deja que nuestros padres te mimen de vez en cuando. A papá Tony seguro le daría un ataque si de pronto su pequeño ya no quisiera tomar siestas con él bajo el sol.
El siguiente fin de semana Peter se encontraba en el parque con Clark mientras esperaban que Bruce regresara del veterinario con Thor. Habían dejado en casa a Steve para que vigilara a todos los felinos de la familia. Estaban jugando hasta que el humano recibió una llamada del trabajo, ordenó al perrito que no se alejara y procedió a hablar con la otra persona en la línea.
-¡Baby dog!
-Hola, Wade.
El perro recién llegado le dio un lametón cariñoso, por lo que Peter simplemente agitó su cabeza. Wade era un poco exasperante en ocasiones, pero a pesar de su obvia diferencia de edad siempre lo trataba como su igual.

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De perros y gatos
HumorStony. Steve es un labrador retriever que solía vivir en una granja, Tony un gato siberiano acostumbrado a los lujos y comodidades. Tras la boda de sus dueños comienzan a vivir juntos y, a pesar de sus muchas diferencias tanto de razas como de perso...